¡Ay, Dios mío! El Presidente Rodrigo Chaves soltó la bomba en su última rueda de prensa: confesó haber cometido un error monumental al contratar al exministro de Obras Públicas, Luis Amador. Resulta que trajeron a este señor desde Canadá y, según Chaves, le han costado una fortuna y un buen retraso en varios proyectos. Claramente, el tema sigue dando qué hablar y la gente está sacando humos por todos lados.
La historia data de marzo de 2024, cuando Chaves echó a Amador de manera sorpresiva. En aquel momento, hubo muchas especulaciones sobre las razones de la salida, pero ahora el mandatario ha puesto la lupa directamente sobre la competencia del exfuncionario. Vamos, que no anduvo mintiendo nadie; aunque tardó en decirlo, ¡la verdad salió a la luz!
En su conferencia, el Presidente no se anduvo con rodeos. Directamente acusó a Amador de incompetencia, afirmando que sus decisiones administrativas eran un verdadero lío. Según Chaves, el exministro era como “un pozo sin fondo” que dificultaba cualquier avance. ¡Imagínate la bronca que debieron tener por detrás! Parece que el mae se pasaba de lanza y le ponía piedras al riel.
“Nos costó 120 millones y dos años de atraso la incompetencia de este señor,” declaró Chaves con evidente frustración. Esa cifra da escalofríos a cualquiera. Piensa en todas las cosas que podríamos haber hecho con esos millones y esos dos años de trabajo. ¡Una verdadera pena, vamos!
Además, Chaves detalló que Amador tenía problemas para tomar decisiones eficientes y, en ocasiones, bloqueaba procesos importantes. Recordó específicamente un caso donde el exministro impidió la reasignación de un contrato. Parece que este señor hacía gala de un talento especial para enredar las cosas, y eso afecta a todos nosotros, los ciudadanos.
El Presidente asumió toda la responsabilidad por el nombramiento, dejando claro que él era el único culpable. Dijo que, aunque muchos intenten echarle la culpa a los “mandos medios”, la decisión final recae sobre él. Se autoimpuso la castiga, y eso hay que reconocerlo, aunque a estas alturas ya sabemos cómo funciona el brete administrativo en nuestro país.
“Soy el director técnico de este equipo: si ganan, ganan ellos; y si pierden, pierdo yo. Y en este caso de Amador, la pérdida es responsabilidad mía porque yo contraté a una persona incapaz, incompetente,” sentenció Chaves. Esta declaración definitivamente avivó el debate público sobre quién lleva la batuta en el Gobierno y quién realmente es responsable de los resultados. Demuestra que el Presidente no se anda con chiquitas cuando se trata de admitir sus errores, o al menos eso quiere aparentar.
Con todo esto, la pregunta que queda en el aire es: ¿Debería haber existido un proceso de selección más riguroso para designar al Ministro de Obras Públicas, o es inevitable cometer errores en un sistema tan complejo y burocrático como el nuestro? ¡Dime tú, compa, qué piensas al respecto! ¿Crees que este episodio debería llevar a cambios estructurales en la forma en que se contrata personal clave en el gobierno?
La historia data de marzo de 2024, cuando Chaves echó a Amador de manera sorpresiva. En aquel momento, hubo muchas especulaciones sobre las razones de la salida, pero ahora el mandatario ha puesto la lupa directamente sobre la competencia del exfuncionario. Vamos, que no anduvo mintiendo nadie; aunque tardó en decirlo, ¡la verdad salió a la luz!
En su conferencia, el Presidente no se anduvo con rodeos. Directamente acusó a Amador de incompetencia, afirmando que sus decisiones administrativas eran un verdadero lío. Según Chaves, el exministro era como “un pozo sin fondo” que dificultaba cualquier avance. ¡Imagínate la bronca que debieron tener por detrás! Parece que el mae se pasaba de lanza y le ponía piedras al riel.
“Nos costó 120 millones y dos años de atraso la incompetencia de este señor,” declaró Chaves con evidente frustración. Esa cifra da escalofríos a cualquiera. Piensa en todas las cosas que podríamos haber hecho con esos millones y esos dos años de trabajo. ¡Una verdadera pena, vamos!
Además, Chaves detalló que Amador tenía problemas para tomar decisiones eficientes y, en ocasiones, bloqueaba procesos importantes. Recordó específicamente un caso donde el exministro impidió la reasignación de un contrato. Parece que este señor hacía gala de un talento especial para enredar las cosas, y eso afecta a todos nosotros, los ciudadanos.
El Presidente asumió toda la responsabilidad por el nombramiento, dejando claro que él era el único culpable. Dijo que, aunque muchos intenten echarle la culpa a los “mandos medios”, la decisión final recae sobre él. Se autoimpuso la castiga, y eso hay que reconocerlo, aunque a estas alturas ya sabemos cómo funciona el brete administrativo en nuestro país.
“Soy el director técnico de este equipo: si ganan, ganan ellos; y si pierden, pierdo yo. Y en este caso de Amador, la pérdida es responsabilidad mía porque yo contraté a una persona incapaz, incompetente,” sentenció Chaves. Esta declaración definitivamente avivó el debate público sobre quién lleva la batuta en el Gobierno y quién realmente es responsable de los resultados. Demuestra que el Presidente no se anda con chiquitas cuando se trata de admitir sus errores, o al menos eso quiere aparentar.
Con todo esto, la pregunta que queda en el aire es: ¿Debería haber existido un proceso de selección más riguroso para designar al Ministro de Obras Públicas, o es inevitable cometer errores en un sistema tan complejo y burocrático como el nuestro? ¡Dime tú, compa, qué piensas al respecto! ¿Crees que este episodio debería llevar a cambios estructurales en la forma en que se contrata personal clave en el gobierno?