¡Ay, Dios mío, qué manera de meter pata! El Presidente Chaves firmando decretos a diestra y siniestra, y ahora anda echándole hielo a las mujeres con esta vaina del aborto terapéutico. ¿Se van a quedar así, con esto?, parece que más le importan los voticos de unos pocos rucas que la salud de nosotras.
La diputada Rocío Alfaro, jefa de la bancada del Frente Amplio, explotó –y con razón– contra la decisión del gobierno, calificándolo como un “acto de profunda cobardía” y una “afrenta” a todas las mujeres del país. No se anduvo con rodeos, la señora, y ahí la tenemos defendiendo nuestros derechos como debe ser. Pa’ qué vamos a tener representantes si luego nos abandonan en estos temas tan sensibles.
Resulta que el nuevo decreto, firmado este miércoles, aprieta la tuerca y solo permite el aborto terapéutico cuando la vida de la madre esté en peligro. Eliminaron la definición más amplia de “salud” que tenía la normativa, tal como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¡Una barbaridad!, señores, una verdadera patada en el trasero a la medicina y a los derechos reproductivos.
Alfaro, con toda la razón del mundo, acusó a Chaves de estar haciendo cálculos electorales a costa de nuestra salud. Dijo textualmente: “En razón de que la salud de las mujeres le importa menos que los votos que pueda terminarle de arrancar a los sectores más conservadores”. ¡Y vaya que es cierto, mae! Parece que estamos viviendo en otro siglo, donde las decisiones políticas se toman pensando en complacer a los más fanáticos.
Además, la diputada remarcó que esta jugada busca eliminar la preocupación del Estado por la salud femenina, ignorando totalmente lo que ya había dictaminado la Sala Constitucional. ¡Pero bueno!, ¿qué esperábamos de un gobierno que parece tomar las decisiones a mordidas y sin pensar en las consecuencias?
La verdad, la reacción de Rocío Alfaro fue necesaria. Necesitamos voces fuertes como la suya que defiendan nuestros derechos y que no tengan miedo de confrontar a quienes abusan de su poder. Que siga así, luchando por nosotras, porque parece que alguien tiene que hacerlo.
No podemos permitir que retrocedamos en derechos fundamentales. Esta decisión es un golpe duro a la autonomía de las mujeres y pone en riesgo nuestra salud y nuestro bienestar. Basta ya de politiquería y de poner en juego nuestras vidas por conveniencia política. El país necesita soluciones reales, no ocurrencias impulsivas que solo benefician a unos pocos.
Ahora, díganme, ¿creen que este decreto es realmente necesario para atender las preocupaciones de la población, o simplemente es una estrategia política para ganar votos? ¿Hasta dónde estamos dispuestas a ceder nuestros derechos en aras de la estabilidad política? ¿Deberían reconsiderar esta decisión y volver a consultar a expertos en salud y derechos humanos?
La diputada Rocío Alfaro, jefa de la bancada del Frente Amplio, explotó –y con razón– contra la decisión del gobierno, calificándolo como un “acto de profunda cobardía” y una “afrenta” a todas las mujeres del país. No se anduvo con rodeos, la señora, y ahí la tenemos defendiendo nuestros derechos como debe ser. Pa’ qué vamos a tener representantes si luego nos abandonan en estos temas tan sensibles.
Resulta que el nuevo decreto, firmado este miércoles, aprieta la tuerca y solo permite el aborto terapéutico cuando la vida de la madre esté en peligro. Eliminaron la definición más amplia de “salud” que tenía la normativa, tal como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¡Una barbaridad!, señores, una verdadera patada en el trasero a la medicina y a los derechos reproductivos.
Alfaro, con toda la razón del mundo, acusó a Chaves de estar haciendo cálculos electorales a costa de nuestra salud. Dijo textualmente: “En razón de que la salud de las mujeres le importa menos que los votos que pueda terminarle de arrancar a los sectores más conservadores”. ¡Y vaya que es cierto, mae! Parece que estamos viviendo en otro siglo, donde las decisiones políticas se toman pensando en complacer a los más fanáticos.
Además, la diputada remarcó que esta jugada busca eliminar la preocupación del Estado por la salud femenina, ignorando totalmente lo que ya había dictaminado la Sala Constitucional. ¡Pero bueno!, ¿qué esperábamos de un gobierno que parece tomar las decisiones a mordidas y sin pensar en las consecuencias?
La verdad, la reacción de Rocío Alfaro fue necesaria. Necesitamos voces fuertes como la suya que defiendan nuestros derechos y que no tengan miedo de confrontar a quienes abusan de su poder. Que siga así, luchando por nosotras, porque parece que alguien tiene que hacerlo.
No podemos permitir que retrocedamos en derechos fundamentales. Esta decisión es un golpe duro a la autonomía de las mujeres y pone en riesgo nuestra salud y nuestro bienestar. Basta ya de politiquería y de poner en juego nuestras vidas por conveniencia política. El país necesita soluciones reales, no ocurrencias impulsivas que solo benefician a unos pocos.
Ahora, díganme, ¿creen que este decreto es realmente necesario para atender las preocupaciones de la población, o simplemente es una estrategia política para ganar votos? ¿Hasta dónde estamos dispuestas a ceder nuestros derechos en aras de la estabilidad política? ¿Deberían reconsiderar esta decisión y volver a consultar a expertos en salud y derechos humanos?
