¡Ay, Dios mío! Guanacaste está sudando la gota gorda con estas lluvias que no le dan tregua. La Cruz Roja tuvo que activar el planazo y evacuar a más de veinte familias de Casitas, en medio de un panorama que, díganlo en voz alta, estaba bien feo. Imagínate, el agua hasta las rodillas, maes pidiendo ayuda… ¡Qué torta!
Según nos cuentan los compañeros de Extra, la cosa empezó a picar bastante en la tarde de este jueves. Las lluvias, que ya llevan días castigando la zona, causaron inundaciones repentinas en varios cantones. No es novedad que Guanacaste siempre ha sido vulnerable a este tipo de situaciones, con sus ríos bravíos y pendientes pronunciadas, pero esto se salió de control.
Los lugares más afectados fueron Samara, Nicoya Centro, Mansión, Casitas, Curime y esos rincones de 27 de Abril en Santa Cruz donde parece que el agua quiere quedarse de vacaciones. Los carros atascados, las calles convertidas en río, gente buscando dónde meterse… Un verdadero brete para todos los que viven por allá.
La Cruz Roja Costarricense, chapeau para ellos, se movilizó rápido y logró rescatar a esas 21 personas, llevándolas a casas de familiares en Casitas. Se nota que están dando pelea, aunque la magnitud de la emergencia es tremenda. Dicen que han atendido más de treinta incidentes relacionados con las inundaciones, así que todavía queda mucho por hacer.
Ahora, señores, hay que entender que el cambio climático no espera a nadie. Estas lluvias torrenciales no son normales, y si no hacemos algo para mitigar el impacto, vamos a seguir viendo escenarios como estos. ¿Recuerdan la época de los huracanes? Pues parece que estamos volviendo a eso, pero con lluvias intensas y constantes.
Y claro, no podemos olvidar la infraestructura deficiente en muchas comunidades guanacastecas. Calles sin alcantarillado adecuado, sistemas de drenaje colapsados… todo contribuye a agravar la situación cuando llueve a cántaros. Alguien tendría que ponerle pausa a tanta promesa incumplida y empezar a invertir de verdad en la prevención de desastres.
Algunos analistas políticos, esos que siempre tienen algo que decir, opinan que esta crisis podría afectar el clima político nacional, especialmente teniendo en cuenta que estamos a pocos meses de ver quién asumirá la presidencia en 2025. Una cosa es clara: el gobierno entrante tendrá que lidiar con esto y demostrar que puede proteger a los ciudadanos ante los embates de la naturaleza. ¡Menos discursos bonitos y más soluciones prácticas, por favor!
En fin, espero que la situación mejore pronto para nuestros hermanos guanacastecos. Que el aguacate pare de caer, que los ríos regresen a su cauce y que la vida vuelva a la normalidad. Pero dime, ¿crees que el Estado está haciendo lo suficiente para prevenir y mitigar los efectos del cambio climático en nuestras comunidades más vulnerables? Déjanos tus comentarios y comparte tu opinión en el foro. ¡A darle candela a la conversación!
Según nos cuentan los compañeros de Extra, la cosa empezó a picar bastante en la tarde de este jueves. Las lluvias, que ya llevan días castigando la zona, causaron inundaciones repentinas en varios cantones. No es novedad que Guanacaste siempre ha sido vulnerable a este tipo de situaciones, con sus ríos bravíos y pendientes pronunciadas, pero esto se salió de control.
Los lugares más afectados fueron Samara, Nicoya Centro, Mansión, Casitas, Curime y esos rincones de 27 de Abril en Santa Cruz donde parece que el agua quiere quedarse de vacaciones. Los carros atascados, las calles convertidas en río, gente buscando dónde meterse… Un verdadero brete para todos los que viven por allá.
La Cruz Roja Costarricense, chapeau para ellos, se movilizó rápido y logró rescatar a esas 21 personas, llevándolas a casas de familiares en Casitas. Se nota que están dando pelea, aunque la magnitud de la emergencia es tremenda. Dicen que han atendido más de treinta incidentes relacionados con las inundaciones, así que todavía queda mucho por hacer.
Ahora, señores, hay que entender que el cambio climático no espera a nadie. Estas lluvias torrenciales no son normales, y si no hacemos algo para mitigar el impacto, vamos a seguir viendo escenarios como estos. ¿Recuerdan la época de los huracanes? Pues parece que estamos volviendo a eso, pero con lluvias intensas y constantes.
Y claro, no podemos olvidar la infraestructura deficiente en muchas comunidades guanacastecas. Calles sin alcantarillado adecuado, sistemas de drenaje colapsados… todo contribuye a agravar la situación cuando llueve a cántaros. Alguien tendría que ponerle pausa a tanta promesa incumplida y empezar a invertir de verdad en la prevención de desastres.
Algunos analistas políticos, esos que siempre tienen algo que decir, opinan que esta crisis podría afectar el clima político nacional, especialmente teniendo en cuenta que estamos a pocos meses de ver quién asumirá la presidencia en 2025. Una cosa es clara: el gobierno entrante tendrá que lidiar con esto y demostrar que puede proteger a los ciudadanos ante los embates de la naturaleza. ¡Menos discursos bonitos y más soluciones prácticas, por favor!
En fin, espero que la situación mejore pronto para nuestros hermanos guanacastecos. Que el aguacate pare de caer, que los ríos regresen a su cauce y que la vida vuelva a la normalidad. Pero dime, ¿crees que el Estado está haciendo lo suficiente para prevenir y mitigar los efectos del cambio climático en nuestras comunidades más vulnerables? Déjanos tus comentarios y comparte tu opinión en el foro. ¡A darle candela a la conversación!
