¡Ay, Dios mío, qué historia!
Randall Zúñiga, el mismísimo director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ahora anda metido en un brete bastante turbio. Ya suman tres denuncias por presunta violación, y la cosa pinta fea, muy fea. Imagínate, el encargado de investigar delitos sexuales ahora mismo tiene que lidiar con uno suyo propio... ¡Qué carga!
Este martes, el Segundo Circuito Judicial en Goicoechea recibió una nueva querella formal en contra del jerarca. Además de la acusación de violación, ahora también se le imputa haber transmitido una enfermedad venérea a la víctima. Como dicen por ahí, 'más sabe el diablo por viejo', pero parece que Zúñiga no aprendió la lección, ¿eh?
Recordemos que el lunes pasado salió a luz la primera denuncia, justo cuando empezaban a circular capturas de pantalla de conversaciones de WhatsApp. En esos chats, Zúñiga enviaba mensajes a varias mujeres, algunos de ellos con contenido bastante comprometedor. Se armó un tremendo desmadre mediático, y la presión pública ha sido constante desde entonces.
Para intentar enfriar las cosas, el mismo Zúñiga publicó un video en redes sociales donde se muestra a disposición de las autoridades. Dice que no va a interferir en la investigación para no echarle agua al río. ¡Claro, porque así es como se resuelven los problemas, verdad! Pero la verdad es que todos estamos esperando ver cómo se desarrolla esto, porque huele a gallina flaca, diay.
Lo curioso de todo esto es la ironía: el hombre que debería garantizar la seguridad jurídica y la integridad de las víctimas está precisamente bajo sospecha de cometer los mismos actos que investiga. Esto pone en tela de juicio la confianza en las instituciones policiales y judiciales del país. No es un buen momento para el OIJ, ni para Costa Rica en general. La imagen del país en el extranjero, ya estaba medio chueca, y ahora esto no ayuda para nada.
Muchos se preguntan si habrá más denuncias en el futuro, o si otras mujeres saldrán a declarar. Las autoridades judiciales han asegurado que llevarán el caso con toda la seriedad que merece y que se aplicarán las leyes correspondientes, independientemente del cargo de la persona involucrada. Esperamos que sí, porque la justicia debe ser ciega, aunque a veces parezca que solo cierra los ojos cuando hay figuras poderosas involucradas.
Esta situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia del consentimiento en las relaciones íntimas y sobre la necesidad de combatir la violencia de género en todas sus formas. Y hablando de eso… ¿Ustedes creen que esta crisis obligará a una reforma profunda en el OIJ, o simplemente será otro escándalo más que se olvidará pronto en el cajón de las vergüenzas nacionales?
Randall Zúñiga, el mismísimo director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ahora anda metido en un brete bastante turbio. Ya suman tres denuncias por presunta violación, y la cosa pinta fea, muy fea. Imagínate, el encargado de investigar delitos sexuales ahora mismo tiene que lidiar con uno suyo propio... ¡Qué carga!
Este martes, el Segundo Circuito Judicial en Goicoechea recibió una nueva querella formal en contra del jerarca. Además de la acusación de violación, ahora también se le imputa haber transmitido una enfermedad venérea a la víctima. Como dicen por ahí, 'más sabe el diablo por viejo', pero parece que Zúñiga no aprendió la lección, ¿eh?
Recordemos que el lunes pasado salió a luz la primera denuncia, justo cuando empezaban a circular capturas de pantalla de conversaciones de WhatsApp. En esos chats, Zúñiga enviaba mensajes a varias mujeres, algunos de ellos con contenido bastante comprometedor. Se armó un tremendo desmadre mediático, y la presión pública ha sido constante desde entonces.
Para intentar enfriar las cosas, el mismo Zúñiga publicó un video en redes sociales donde se muestra a disposición de las autoridades. Dice que no va a interferir en la investigación para no echarle agua al río. ¡Claro, porque así es como se resuelven los problemas, verdad! Pero la verdad es que todos estamos esperando ver cómo se desarrolla esto, porque huele a gallina flaca, diay.
Lo curioso de todo esto es la ironía: el hombre que debería garantizar la seguridad jurídica y la integridad de las víctimas está precisamente bajo sospecha de cometer los mismos actos que investiga. Esto pone en tela de juicio la confianza en las instituciones policiales y judiciales del país. No es un buen momento para el OIJ, ni para Costa Rica en general. La imagen del país en el extranjero, ya estaba medio chueca, y ahora esto no ayuda para nada.
Muchos se preguntan si habrá más denuncias en el futuro, o si otras mujeres saldrán a declarar. Las autoridades judiciales han asegurado que llevarán el caso con toda la seriedad que merece y que se aplicarán las leyes correspondientes, independientemente del cargo de la persona involucrada. Esperamos que sí, porque la justicia debe ser ciega, aunque a veces parezca que solo cierra los ojos cuando hay figuras poderosas involucradas.
Esta situación nos obliga a reflexionar sobre la importancia del consentimiento en las relaciones íntimas y sobre la necesidad de combatir la violencia de género en todas sus formas. Y hablando de eso… ¿Ustedes creen que esta crisis obligará a una reforma profunda en el OIJ, o simplemente será otro escándalo más que se olvidará pronto en el cajón de las vergüenzas nacionales?
