Maes, agárrense porque esta vara está buena. Imagínense el panorama: la Fuerza Pública de San Isidro de Heredia, los maes que se supone nos tienen que cuidar, andan básicamente sin casa. Pero lo que colmó el vaso y armó el zafarrancho no es solo que los están "desalojando" de donde estaban, sino la razón que, según el alcalde Eddie Ramírez, dieron para rechazar una de las nuevas opciones: simple y sencillamente, les da miedo. Así como lo leen. La situación es un dime que te diré entre la Municipalidad y el Ministerio de Seguridad que ya parece una novela de las buenas.
El despiche se destapó cuando el alcalde soltó la bomba. Según él, la Muni les ofreció un chante para que se instalaran, pero la respuesta de los oficiales fue de película. “Los oficiales de San Isidro dicen que les da miedo el lugar”, afirmó Ramírez, explicando que aunque la zona es “un lugar sano”, es de “bajos recursos”. El alcalde, visiblemente molesto, agregó: “Es preocupante que Fuerza Pública diga que un lugar les causa miedo estar, que ahí les van a tirar piedras”. Diay, aquí es donde uno se pregunta, ¿cómo se supone que van a cuidar a la gente de una comunidad si de entrada ya le tienen pánico? Es una vara que no calza por ningún lado y que, de ser cierta, deja muy mal parada a la institución.
Pero aquí es donde el arroz se empieza a hacer con mango. El Ministerio de Seguridad tiene su propia versión del cuento. Ellos alegan que los dos inmuebles que les ofreció la Muni están en condiciones “muy deterioradas”. Sin embargo, el alcalde Ramírez les salió al paso y desmintió esa versión a medias. Aceptó que uno de los chunches sí estaba para el tigre, pero que el segundo inmueble “está en perfectas condiciones”. Incluso, asegura que era el que más les gustaba a los mismos policías. La frase del alcalde lo resume todo: “Una cosa es que el inmueble esté mal y otra cosa muy distinta es que no quieran pasarse para ese inmueble”. En tico: una cosa es que el chereque no sirva, y otra muy diferente es que no les dé la gana.
Y como si el enredo no fuera suficiente, esta novela no es de ayer. El problema del alquiler viene dándose desde el año pasado y ninguna de las dos partes ha logrado ponerse de acuerdo. Mientras tanto, la Fuerza Pública sacó una solución temporal que es para sentarse a llorar (o a reír, depende de cómo se vea). Planean hospedar a los oficiales en San Miguel de Santo Domingo y que de ahí se trasladen a "bretear" a San Isidro. O sea, para que entiendan la lógica: los van a tener de huéspedes en otro cantón mientras se dignan a resolver el brete en San Isidro. Con razón el alcalde espera que la vara “llegue a buen puerto”, porque de momento parece un barco a la deriva en medio de una tormenta de burocracia y excusas.
Al final del día, la vara está así: tenemos a un alcalde que acusa a la policía de tenerle miedo a una comunidad de bajos recursos, y a una Fuerza Pública que dice que el municipio solo les ofrece ruinas para trabajar. En medio quedan los vecinos de San Isidro, que ven cómo las instituciones que deberían coordinar para protegerlos se tiran la bola la una a la otra sin llegar a nada. La falta de una delegación fija y funcional es un problema serio que afecta a todo el cantón. Maes, en serio, ¿qué opinan de todo este despiche? ¿Es pura excusa de la Fuerza Pública para no instalarse en esa zona, o de verdad la Muni les está ofreciendo puros chunches en mal estado? ¿Quién se está jalando la torta aquí?
El despiche se destapó cuando el alcalde soltó la bomba. Según él, la Muni les ofreció un chante para que se instalaran, pero la respuesta de los oficiales fue de película. “Los oficiales de San Isidro dicen que les da miedo el lugar”, afirmó Ramírez, explicando que aunque la zona es “un lugar sano”, es de “bajos recursos”. El alcalde, visiblemente molesto, agregó: “Es preocupante que Fuerza Pública diga que un lugar les causa miedo estar, que ahí les van a tirar piedras”. Diay, aquí es donde uno se pregunta, ¿cómo se supone que van a cuidar a la gente de una comunidad si de entrada ya le tienen pánico? Es una vara que no calza por ningún lado y que, de ser cierta, deja muy mal parada a la institución.
Pero aquí es donde el arroz se empieza a hacer con mango. El Ministerio de Seguridad tiene su propia versión del cuento. Ellos alegan que los dos inmuebles que les ofreció la Muni están en condiciones “muy deterioradas”. Sin embargo, el alcalde Ramírez les salió al paso y desmintió esa versión a medias. Aceptó que uno de los chunches sí estaba para el tigre, pero que el segundo inmueble “está en perfectas condiciones”. Incluso, asegura que era el que más les gustaba a los mismos policías. La frase del alcalde lo resume todo: “Una cosa es que el inmueble esté mal y otra cosa muy distinta es que no quieran pasarse para ese inmueble”. En tico: una cosa es que el chereque no sirva, y otra muy diferente es que no les dé la gana.
Y como si el enredo no fuera suficiente, esta novela no es de ayer. El problema del alquiler viene dándose desde el año pasado y ninguna de las dos partes ha logrado ponerse de acuerdo. Mientras tanto, la Fuerza Pública sacó una solución temporal que es para sentarse a llorar (o a reír, depende de cómo se vea). Planean hospedar a los oficiales en San Miguel de Santo Domingo y que de ahí se trasladen a "bretear" a San Isidro. O sea, para que entiendan la lógica: los van a tener de huéspedes en otro cantón mientras se dignan a resolver el brete en San Isidro. Con razón el alcalde espera que la vara “llegue a buen puerto”, porque de momento parece un barco a la deriva en medio de una tormenta de burocracia y excusas.
Al final del día, la vara está así: tenemos a un alcalde que acusa a la policía de tenerle miedo a una comunidad de bajos recursos, y a una Fuerza Pública que dice que el municipio solo les ofrece ruinas para trabajar. En medio quedan los vecinos de San Isidro, que ven cómo las instituciones que deberían coordinar para protegerlos se tiran la bola la una a la otra sin llegar a nada. La falta de una delegación fija y funcional es un problema serio que afecta a todo el cantón. Maes, en serio, ¿qué opinan de todo este despiche? ¿Es pura excusa de la Fuerza Pública para no instalarse en esa zona, o de verdad la Muni les está ofreciendo puros chunches en mal estado? ¿Quién se está jalando la torta aquí?