¡Ay, Dios mío! Resulta que la Aresep andaba chambeando a toda máquina para retirar del mercado unos cuantos miles de cilindros de gas que estaban más viejos que billete de dos colones. Hablamos de 4.106 cilindros, ¡una barbaridad!, que no cumplían con lo que marca la ley y podían causar un problemón si los seguíamos usando.
Según nos cuentan desde la Autoridad Reguladora, estos cilindros, algunos de aluminio y otros de hierro, llegaron a estar pasándose con el tiempo, presentando desgastes en la lámina. Imagínate la bronca: ¡si esos cilindros explotaban, iba a ser un desastre! Por eso, se pusieron las pilas y los mandaron directo al tacho, en una operación conjunta con las empresas que los venden. Esto es pa’ que vean, señores, que cuidan nuestro pellejo, aunque a veces anden con resaca de tanto papeleo.
Lo más llamativo de todo este brete es quiénes fueron los más afectados. Al parecer, Tomza lleva la peor parte, con un 67% de los cilindros destruidos. Después le siguen Nanogas, con un 25%, Super Gas (solo un 6%), y Gas Zeta, apenas con un 3%. Petrogas, por suerte, salió librada de esto; cero cilindros dañados, ¡pura suerte tienen!
Ahora, la gran pregunta es: ¿esto significa que vamos a pagar más caro el gas? Pues tranquilos, porque la Aresep asegura que no. Dicen que la renovación de los cilindros ya estaba incluida en las tarifas desde el 2023, así que no hay motivo para alarmarse. Eso sí, hay que estar ojo aviso y revisar nuestros cilindros, pues no queremos llevarnos ningún susto.
Y hablando de revisiones, la Aresep nos da unas cuantas recomendaciones pa' mantenernos seguros. Primero, revisen que el cilindro no tenga golpes ni esté oxidado, eso ya es señal de peligro. Segundo, chequen que la válvula tenga el sello de la compañía, eso indica que está en buen estado. Tercero, ¡ojo con las fugas! Si huelen a gas, ¡corran! Y cuarto, verifiquen que tengan todos los datos necesarios: número de serie, peso, capacidad y fecha de fabricación. Pa' asegurarte de que no hay fuga, échales agua jabonosa; si sale burbujas, ¡anda con cuidado, mae!
Además, es importantísimo instalar el cilindro en un lugar ventilado, lejos de la casa y protegido del sol y la lluvia. No vayan a pensar que es un simple capricho, ¡es cuestión de vida o muerte! También hay que controlar que el regulador de gas esté bien puesto y que las mangueras estén en perfecto estado. Un descuido ahí, y ¡zas!, nos podemos ir al traste.
Esto me recuerda la vez que mi vecino dejó el tanque de gas bajo el árbol y cayó un rayo… ¡qué torta! Afortunadamente, nadie resultó herido, pero sí tuvimos que llamar a los bomberos y cambiarle el tanque. ¡Menos mal que aprendió la lección! Estas cosas pasan, y es bueno estar informados y tomar precauciones.
En fin, parece que este negocio de los cilindros de gas es más complicado de lo que aparenta. Aunque la Aresep está haciendo lo posible por cuidarnos, siempre hay que estar atentos y revisar nuestras instalaciones. Ahora, díganme ustedes: ¿creen que deberían hacer revisiones más frecuentes de los cilindros de gas, o el sistema actual es suficiente? Dejen sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan mis compas!
Según nos cuentan desde la Autoridad Reguladora, estos cilindros, algunos de aluminio y otros de hierro, llegaron a estar pasándose con el tiempo, presentando desgastes en la lámina. Imagínate la bronca: ¡si esos cilindros explotaban, iba a ser un desastre! Por eso, se pusieron las pilas y los mandaron directo al tacho, en una operación conjunta con las empresas que los venden. Esto es pa’ que vean, señores, que cuidan nuestro pellejo, aunque a veces anden con resaca de tanto papeleo.
Lo más llamativo de todo este brete es quiénes fueron los más afectados. Al parecer, Tomza lleva la peor parte, con un 67% de los cilindros destruidos. Después le siguen Nanogas, con un 25%, Super Gas (solo un 6%), y Gas Zeta, apenas con un 3%. Petrogas, por suerte, salió librada de esto; cero cilindros dañados, ¡pura suerte tienen!
Ahora, la gran pregunta es: ¿esto significa que vamos a pagar más caro el gas? Pues tranquilos, porque la Aresep asegura que no. Dicen que la renovación de los cilindros ya estaba incluida en las tarifas desde el 2023, así que no hay motivo para alarmarse. Eso sí, hay que estar ojo aviso y revisar nuestros cilindros, pues no queremos llevarnos ningún susto.
Y hablando de revisiones, la Aresep nos da unas cuantas recomendaciones pa' mantenernos seguros. Primero, revisen que el cilindro no tenga golpes ni esté oxidado, eso ya es señal de peligro. Segundo, chequen que la válvula tenga el sello de la compañía, eso indica que está en buen estado. Tercero, ¡ojo con las fugas! Si huelen a gas, ¡corran! Y cuarto, verifiquen que tengan todos los datos necesarios: número de serie, peso, capacidad y fecha de fabricación. Pa' asegurarte de que no hay fuga, échales agua jabonosa; si sale burbujas, ¡anda con cuidado, mae!
Además, es importantísimo instalar el cilindro en un lugar ventilado, lejos de la casa y protegido del sol y la lluvia. No vayan a pensar que es un simple capricho, ¡es cuestión de vida o muerte! También hay que controlar que el regulador de gas esté bien puesto y que las mangueras estén en perfecto estado. Un descuido ahí, y ¡zas!, nos podemos ir al traste.
Esto me recuerda la vez que mi vecino dejó el tanque de gas bajo el árbol y cayó un rayo… ¡qué torta! Afortunadamente, nadie resultó herido, pero sí tuvimos que llamar a los bomberos y cambiarle el tanque. ¡Menos mal que aprendió la lección! Estas cosas pasan, y es bueno estar informados y tomar precauciones.
En fin, parece que este negocio de los cilindros de gas es más complicado de lo que aparenta. Aunque la Aresep está haciendo lo posible por cuidarnos, siempre hay que estar atentos y revisar nuestras instalaciones. Ahora, díganme ustedes: ¿creen que deberían hacer revisiones más frecuentes de los cilindros de gas, o el sistema actual es suficiente? Dejen sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan mis compas!