¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez hablando de plata para la educación. Resulta que un estudio de la OCDE, sí, la misma que siempre nos pone a prueba, nos dice que seguimos siendo de los que menos le meten mano a la formación de nuestros puros. Parece mentira, teniendo en cuenta todo lo que le ponemos de corazón a enseñarles a los niños, ¿verdad?
El reporte, llamado “Panorama de la Educación 2025”, pinta feo pa’ nosotros. Nos compara con los demás países desarrollados y nos deja viendo la luz desde lejos. Dicen que gastamos apenas $5,226 por alumno, desde primaria hasta bachillerato y programas postsecundarios que no sean universidad. Eso es re poquito si lo piensas bien, porque el promedio de esos países anda en unos $12,438. ¡Una diferencia abismal, mae!
Para ponerle pausa al asunto, hay que decir que algunos lugares se rifan con inversiones que ni te imaginas. Países como Luxemburgo, Suiza y Corea invierten más de $20,000 por cabeza en educación. Ya ven qué lejísimos estamos nosotros de eso. Por otro lado, también hay quienes andan más apretados que nosotros, como México, Perú y Turquía, que destinan menos de $4,000. Ahí nos encontramos en un punto medio, aunque bastante abajo en la escala.
Pero espérense, que la cosa no está tan negra, según el mismo informe. Al parecer, vamos ganando terreno en cuanto al porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) que dedicamos a la educación primaria y secundaria. Esto significa que, a pesar de tener menos recursos económicos, estamos esforzándonos más para invertir en el futuro de nuestros jóvenes. ¡Un maite ahí! Aunque todavía queda mucho brete por recorrer, por supuesto.
Cuando llegamos a la inversión en la universidad, la situación mejora un poquito, pero tampoco es que estemos brillando. Gastamos alrededor de $18,405 por estudiante universitario, lo cual sigue estando por debajo de muchos países que sí tienen el bolsillo más hondo. Estos sí invierten más en investigación y desarrollo, algo que aquí todavía estamos rezagados. Hay que admitir que la ciencia y la tecnología necesitan una buen empujoncito, diay.
Lo curioso es que el informe señala que la inversión educativa varía bastante entre los países. Algunos destinan más dinero a la educación primaria, otros a la secundaria y otros a la universitaria. Todo esto depende de sus prioridades y de cómo esté estructurado su sistema educativo. Lo importante es encontrar un equilibrio que funcione para cada país, y eso lleva tiempo y esfuerzo, sin duda alguna. Además, el estudio dejó claro que en Costa Rica, el dato que presentan considera solamente la inversión pública; no se incluyen los gastos privados, como colegios particulares y donaciones.
Ahora bien, con toda esta información, uno se pregunta qué podemos hacer para mejorar la calidad de la educación en nuestro país. Aumentar el presupuesto es fundamental, pero también necesitamos reformar el sistema educativo, capacitar mejor a los profesores y fomentar la innovación. No es fácil, pero tampoco imposible. Tenemos que buscar soluciones creativas y trabajar juntos para darle a nuestros hijos las herramientas necesarias para enfrentar el futuro con éxito. Porque al final del día, ellos son nuestra mayor riqueza y la clave para construir un país mejor.
Así que, después de tanto hablar de números y estadísticas, me pregunto: ¿Crees que con los actuales esfuerzos y recursos, Costa Rica podrá alcanzar los estándares de inversión educativa de los países de la OCDE, o deberíamos explorar modelos alternativos enfocados en maximizar el impacto de cada colón invertido en la educación de nuestros jóvenes? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios, que queremos saber qué piensas tú!
El reporte, llamado “Panorama de la Educación 2025”, pinta feo pa’ nosotros. Nos compara con los demás países desarrollados y nos deja viendo la luz desde lejos. Dicen que gastamos apenas $5,226 por alumno, desde primaria hasta bachillerato y programas postsecundarios que no sean universidad. Eso es re poquito si lo piensas bien, porque el promedio de esos países anda en unos $12,438. ¡Una diferencia abismal, mae!
Para ponerle pausa al asunto, hay que decir que algunos lugares se rifan con inversiones que ni te imaginas. Países como Luxemburgo, Suiza y Corea invierten más de $20,000 por cabeza en educación. Ya ven qué lejísimos estamos nosotros de eso. Por otro lado, también hay quienes andan más apretados que nosotros, como México, Perú y Turquía, que destinan menos de $4,000. Ahí nos encontramos en un punto medio, aunque bastante abajo en la escala.
Pero espérense, que la cosa no está tan negra, según el mismo informe. Al parecer, vamos ganando terreno en cuanto al porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) que dedicamos a la educación primaria y secundaria. Esto significa que, a pesar de tener menos recursos económicos, estamos esforzándonos más para invertir en el futuro de nuestros jóvenes. ¡Un maite ahí! Aunque todavía queda mucho brete por recorrer, por supuesto.
Cuando llegamos a la inversión en la universidad, la situación mejora un poquito, pero tampoco es que estemos brillando. Gastamos alrededor de $18,405 por estudiante universitario, lo cual sigue estando por debajo de muchos países que sí tienen el bolsillo más hondo. Estos sí invierten más en investigación y desarrollo, algo que aquí todavía estamos rezagados. Hay que admitir que la ciencia y la tecnología necesitan una buen empujoncito, diay.
Lo curioso es que el informe señala que la inversión educativa varía bastante entre los países. Algunos destinan más dinero a la educación primaria, otros a la secundaria y otros a la universitaria. Todo esto depende de sus prioridades y de cómo esté estructurado su sistema educativo. Lo importante es encontrar un equilibrio que funcione para cada país, y eso lleva tiempo y esfuerzo, sin duda alguna. Además, el estudio dejó claro que en Costa Rica, el dato que presentan considera solamente la inversión pública; no se incluyen los gastos privados, como colegios particulares y donaciones.
Ahora bien, con toda esta información, uno se pregunta qué podemos hacer para mejorar la calidad de la educación en nuestro país. Aumentar el presupuesto es fundamental, pero también necesitamos reformar el sistema educativo, capacitar mejor a los profesores y fomentar la innovación. No es fácil, pero tampoco imposible. Tenemos que buscar soluciones creativas y trabajar juntos para darle a nuestros hijos las herramientas necesarias para enfrentar el futuro con éxito. Porque al final del día, ellos son nuestra mayor riqueza y la clave para construir un país mejor.
Así que, después de tanto hablar de números y estadísticas, me pregunto: ¿Crees que con los actuales esfuerzos y recursos, Costa Rica podrá alcanzar los estándares de inversión educativa de los países de la OCDE, o deberíamos explorar modelos alternativos enfocados en maximizar el impacto de cada colón invertido en la educación de nuestros jóvenes? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios, que queremos saber qué piensas tú!