Miercoles, mi gente. Con los festejos de fin y principios de año todavía retumbando en nuestros tímpanos (y en el bolsillo), el Ministerio de Salud ha andado echándose un clavazo a todo lo que huele a parranda. Desde Zapote hasta Belén, pasando por Curridabat, parece que los inspectores andan más movidos que un batidor de salsa. Parece que este año no va a haber mucho espacio para mañas ni mamarrachismos.
Y sí, lo sé, algunos van a decir "¡Ay, otra vez el Ministerio metiéndose donde no les llama!". Pero la verdad es que, con todo lo que hemos vivido últimamente, un poquito de precaución no le hace daño a nadie. Hablando claro, la salud es lo primero, ¿no? Entre tanto silvo y baile, hay que asegurarse de que la comida esté bien preparada y los jueguitos sean seguros. No queremos que alguien termine en el hospital porque se intoxicó con una empanada o porque un redondel se vino abajo, diay.
Según el Ministerio, ya han hecho más de 120 pruebas de alimentos. ¡Imagínate cuántos mae andan corriendo! Se revisan carnés, se checa la manipulación de alimentos… casi parecen que están buscando hormigas en el arroz. Han encontrado más de 40 carnés falsos, ¡qué torta! Eso demuestra que hay quienes intentan hacer trampa para sacar provecho, aunque sea poniendo en riesgo la salud de los demás. Lo bueno es que los agarraron y los sacaron del brete. Así se debe hacer, pa’ ponerlos en cintura.
Pero no todo es negativo. También cerraron un juego mecánico en Belén que estaba dando más miedo que un documental de terror. Parece que tenía unos problemas de estabilidad que podían haber terminado muy mal. Afortunadamente, los señores del Ministerio actuaron rápido y evitaron un posible desastre. Uno se imagina la bronca que habría sido si alguien resultaba herido… eso sí sería qué sal.
Ahora, algunos dicen que esto es exceso de control, que el Ministerio está arruinando la diversión. Pero yo creo que es importante mantener un equilibrio. Sí, queremos pasarla bien, pero no a costa de nuestra salud y seguridad. Además, el Ministerio tiene la responsabilidad de velar por el bienestar de todos los asistentes. Al final, estamos hablando de miles de personas congregadas en un solo lugar, con niños, adultos mayores... cualquiera puede sufrir un accidente si no se toman las precauciones necesarias.
Lo que me preocupa un poco es cómo toda esta supervisión afecta a los pequeños comerciantes y emprendedores. Muchos dependen de estas fechas para ganarse la vida, y tener que cumplir con tantas regulaciones puede ser complicado. Claro que es importante cumplir las normas, pero también hay que buscar formas de facilitarles el trabajo y apoyarlos para que puedan prosperar. Porque al final, ellos también forman parte de esta celebración nacional. Un mae trabajador necesita poder comerse un casado tranquilo.
Sin embargo, no podemos negar que la pandemia nos cambió la forma de ver las cosas. Ahora somos más conscientes de la importancia de la higiene, la prevención y la seguridad. Y aunque la situación haya mejorado, no debemos bajar la guardia. Es mejor estar prevenido que lamentado, como dice el dicho. Por eso, aplaudimos el esfuerzo del Ministerio de Salud por mantenernos protegidos, aunque a veces parezca que nos quieren controlar demasiado. Una cosita es cuidar la salud y otra es quitarle la alegría a la fiesta.
Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿creen que el Ministerio de Salud está exagerando con la supervisión en los festivales, o es una medida necesaria para garantizar la seguridad de todos? ¿Consideran que hay un balance justo entre la diversión y la protección de la salud, o debería haber algún cambio en las regulaciones?
Y sí, lo sé, algunos van a decir "¡Ay, otra vez el Ministerio metiéndose donde no les llama!". Pero la verdad es que, con todo lo que hemos vivido últimamente, un poquito de precaución no le hace daño a nadie. Hablando claro, la salud es lo primero, ¿no? Entre tanto silvo y baile, hay que asegurarse de que la comida esté bien preparada y los jueguitos sean seguros. No queremos que alguien termine en el hospital porque se intoxicó con una empanada o porque un redondel se vino abajo, diay.
Según el Ministerio, ya han hecho más de 120 pruebas de alimentos. ¡Imagínate cuántos mae andan corriendo! Se revisan carnés, se checa la manipulación de alimentos… casi parecen que están buscando hormigas en el arroz. Han encontrado más de 40 carnés falsos, ¡qué torta! Eso demuestra que hay quienes intentan hacer trampa para sacar provecho, aunque sea poniendo en riesgo la salud de los demás. Lo bueno es que los agarraron y los sacaron del brete. Así se debe hacer, pa’ ponerlos en cintura.
Pero no todo es negativo. También cerraron un juego mecánico en Belén que estaba dando más miedo que un documental de terror. Parece que tenía unos problemas de estabilidad que podían haber terminado muy mal. Afortunadamente, los señores del Ministerio actuaron rápido y evitaron un posible desastre. Uno se imagina la bronca que habría sido si alguien resultaba herido… eso sí sería qué sal.
Ahora, algunos dicen que esto es exceso de control, que el Ministerio está arruinando la diversión. Pero yo creo que es importante mantener un equilibrio. Sí, queremos pasarla bien, pero no a costa de nuestra salud y seguridad. Además, el Ministerio tiene la responsabilidad de velar por el bienestar de todos los asistentes. Al final, estamos hablando de miles de personas congregadas en un solo lugar, con niños, adultos mayores... cualquiera puede sufrir un accidente si no se toman las precauciones necesarias.
Lo que me preocupa un poco es cómo toda esta supervisión afecta a los pequeños comerciantes y emprendedores. Muchos dependen de estas fechas para ganarse la vida, y tener que cumplir con tantas regulaciones puede ser complicado. Claro que es importante cumplir las normas, pero también hay que buscar formas de facilitarles el trabajo y apoyarlos para que puedan prosperar. Porque al final, ellos también forman parte de esta celebración nacional. Un mae trabajador necesita poder comerse un casado tranquilo.
Sin embargo, no podemos negar que la pandemia nos cambió la forma de ver las cosas. Ahora somos más conscientes de la importancia de la higiene, la prevención y la seguridad. Y aunque la situación haya mejorado, no debemos bajar la guardia. Es mejor estar prevenido que lamentado, como dice el dicho. Por eso, aplaudimos el esfuerzo del Ministerio de Salud por mantenernos protegidos, aunque a veces parezca que nos quieren controlar demasiado. Una cosita es cuidar la salud y otra es quitarle la alegría a la fiesta.
Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿creen que el Ministerio de Salud está exagerando con la supervisión en los festivales, o es una medida necesaria para garantizar la seguridad de todos? ¿Consideran que hay un balance justo entre la diversión y la protección de la salud, o debería haber algún cambio en las regulaciones?
