¡Ay, Dios mío! Imagínate esto: te preparas para irte de vacaciones, llegas al aeropuerto, y pum – ¡nada! Todos los vuelos suspendidos, gente desesperada, y tú ahí pensando qué salió mal. Pues eso le pasó a miles de ticos y extranjeros este miércoles, cuando una falla eléctrica en el sistema de radares dejó temporalmente cerrado el espacio aéreo nacional. Un verdadero bronca, mándale.
Según fuentes cercanas al asunto, todo empezó en la madrugada, cuando los operadores comenzaron a notar irregularidades en los radares de aproximación. El problema no era menor, porque afecta directamente la capacidad de controlar el tráfico aéreo de manera segura. Según el Sindicato de Controladores Profesionales de Aproximación de Costa Rica, llevan meses advirtiendo sobre estas fallas, pero parece que nadie les prestó atención. ¡Qué torta!
El ministro de Obras Públicas, don Efraín Zeledón, ya mandó investigar lo sucedido, pero así nomás, sin dar muchos detalles. Dicen que buscan saber qué pasó exactamente, pero la verdad es que la comunidad aeronáutica está bastante picoteada con esta situación. No es la primera vez que surgen alertas sobre la infraestructura obsoleta del país, y ahora estamos viendo las consecuencias directas.
Y no solo eso, el sindicato de controladores – que no es el único, hay varios entre los controladores aéreos y operarios de los radares– ha ido más allá. Han dicho que no van a seguir trabajando bajo estas condiciones, porque ponen en riesgo la vida de las personas. Ya se imaginan, el ambiente en el centro de control debió estar tenso, con los operadores tratando de encontrar soluciones mientras los aviones seguían esperando en tierra.
Otro sindicato, Sitecna, se desligó de las críticas, argumentando que tienen buena relación con la administración. Pero, brete, aunque ellos estén tranquilos, el hecho es que decenas de vuelos se vieron afectados, incluyendo 64 comerciales, 8 de carga y 65 domésticos. Aeris, la encargada del aeropuerto Juan Santamaría, reportó que alrededor de 4.580 pasajeros tuvieron que cambiar sus planes, ¡una verdadera pena!
La diputada Alejandra Larios, de PLN, no tardó en meterle duro al gobierno, acusándolos de negligencia. “Ya los controladores habían advertido, y no pasó nada,” exclamó en sus redes sociales. Y ella no es la única, la candidata presidencial Claudia Dobles también manifestó su preocupación por el impacto negativo en la imagen del país y el turismo. ¡Esto sí nos duele, diay!
Después de varias horas de angustia, el espacio aéreo finalmente se reabrió, gracias al esfuerzo de los técnicos y personal de Aviación Civil, que trabajaron contrarreloj para solucionar el problema. Aunque lograron recuperar el control, la interrogante sigue en el aire: ¿cuánto tiempo tendremos que aguantar estas situaciones si no invertimos en mejorar la infraestructura aérea? Es hora de darle prioridad a esto, porque la seguridad de los viajeros no es negociable.
La situación nos deja varias preguntas flotando. ¿Cómo es posible que, a pesar de las advertencias previas, se haya llegado a un apagón total del sistema de radares? ¿Qué medidas tomarán las autoridades para evitar que esto se repita en el futuro? Y lo más importante, ¿qué tan comprometida está la administración actual con la modernización del sector aeronáutico? Les pregunto a ustedes, ¿creen que el gobierno está tomando en serio este problema, o simplemente vamos a seguir arrastrando este problema hasta que ocurra otra tragedia?
Según fuentes cercanas al asunto, todo empezó en la madrugada, cuando los operadores comenzaron a notar irregularidades en los radares de aproximación. El problema no era menor, porque afecta directamente la capacidad de controlar el tráfico aéreo de manera segura. Según el Sindicato de Controladores Profesionales de Aproximación de Costa Rica, llevan meses advirtiendo sobre estas fallas, pero parece que nadie les prestó atención. ¡Qué torta!
El ministro de Obras Públicas, don Efraín Zeledón, ya mandó investigar lo sucedido, pero así nomás, sin dar muchos detalles. Dicen que buscan saber qué pasó exactamente, pero la verdad es que la comunidad aeronáutica está bastante picoteada con esta situación. No es la primera vez que surgen alertas sobre la infraestructura obsoleta del país, y ahora estamos viendo las consecuencias directas.
Y no solo eso, el sindicato de controladores – que no es el único, hay varios entre los controladores aéreos y operarios de los radares– ha ido más allá. Han dicho que no van a seguir trabajando bajo estas condiciones, porque ponen en riesgo la vida de las personas. Ya se imaginan, el ambiente en el centro de control debió estar tenso, con los operadores tratando de encontrar soluciones mientras los aviones seguían esperando en tierra.
Otro sindicato, Sitecna, se desligó de las críticas, argumentando que tienen buena relación con la administración. Pero, brete, aunque ellos estén tranquilos, el hecho es que decenas de vuelos se vieron afectados, incluyendo 64 comerciales, 8 de carga y 65 domésticos. Aeris, la encargada del aeropuerto Juan Santamaría, reportó que alrededor de 4.580 pasajeros tuvieron que cambiar sus planes, ¡una verdadera pena!
La diputada Alejandra Larios, de PLN, no tardó en meterle duro al gobierno, acusándolos de negligencia. “Ya los controladores habían advertido, y no pasó nada,” exclamó en sus redes sociales. Y ella no es la única, la candidata presidencial Claudia Dobles también manifestó su preocupación por el impacto negativo en la imagen del país y el turismo. ¡Esto sí nos duele, diay!
Después de varias horas de angustia, el espacio aéreo finalmente se reabrió, gracias al esfuerzo de los técnicos y personal de Aviación Civil, que trabajaron contrarreloj para solucionar el problema. Aunque lograron recuperar el control, la interrogante sigue en el aire: ¿cuánto tiempo tendremos que aguantar estas situaciones si no invertimos en mejorar la infraestructura aérea? Es hora de darle prioridad a esto, porque la seguridad de los viajeros no es negociable.
La situación nos deja varias preguntas flotando. ¿Cómo es posible que, a pesar de las advertencias previas, se haya llegado a un apagón total del sistema de radares? ¿Qué medidas tomarán las autoridades para evitar que esto se repita en el futuro? Y lo más importante, ¿qué tan comprometida está la administración actual con la modernización del sector aeronáutico? Les pregunto a ustedes, ¿creen que el gobierno está tomando en serio este problema, o simplemente vamos a seguir arrastrando este problema hasta que ocurra otra tragedia?
