¡Ay, Dios mío, qué cosa más triste! Una tragedia sacudió a nuestra gente esta semana cuando un señor de 55 años, Don Salvador Montenegro, falleció en un gimnasio en Olinda, Brasil. Pero esto nos toca la fibra sensible porque nos hace pensar: ¿qué tan seguros están nuestros propios bretes aquí en Costa Rica?
Según cuentan las malas lenguas, el pobre Don Salvador estaba haciendo press de banca cuando la barra se le vino encima. Las cámaras de seguridad grabaron todo, y vaya que se viralizó rápido por todas las redes sociales. ¡Qué torta! Ver esas imágenes te da escalofríos, te dejan pensando en cualquier momento podría pasarle a cualquiera.
Las investigaciones preliminares dicen que no había un 'spotter' – saben, esa personita que te ayuda si te sientes débil y vas a jalar una vara pesada. Parece que Don Salvador estaba solito, haciéndose bolas, y ahí se complicaron las cosas. Los expertos están diciendo que para los de más edad, o para cualquiera que esté levantando mucho peso, es vital tener alguien que te respalde, ¿no?
Esto, obviamente, ha encendido las alarmas en toda la comunidad deportiva. Muchos entrenadores e incluso doctores están dando vueltas sobre la importancia de seguir los protocolos básicos: usar las protecciones correctas, no mandarse solo cuando se trabaja con barras, y revisar siempre el equipo. Aquí en Costa Rica, ya hemos tenido algunos sustos similares, y parece que todavía hay mucho por mejorar en cuanto a regulación y control.
Y hablando de regulación, creo que estamos bastante rezagados. ¿Cuántos gimnasios realmente tienen inspecciones regulares? ¿Cuántos obligan a sus clientes a hacer una evaluación física antes de empezar a levantar pesas? La verdad, pocos, y eso es preocupante. Uno quiere echarse unas buenas máquinas, pero también quiere volver a casa entero, diay.
En Brasil, ya están moviendo algunas fichas para exigir más controles y certificaciones para los gimnasios. Dicen que quieren crear normas claras sobre la presencia de spotters y la calidad del equipamiento. Esperemos que nosotros podamos aprender de esto y ponerle orden a la vaina antes de que ocurra otra tragedia. No queremos estar lamentando otra pérdida, ¿verdad?
La familia de Don Salvador está pasando por momentos difíciles, y obvio que están buscando respuestas. Están exigiendo que se investigue a fondo lo sucedido y que se tomen medidas para evitar que esto le pase a otro mae. Es comprensible, nadie merece pasar por esto. Este caso debería servirnos de pelón para tomar conciencia sobre la seguridad en nuestros gimnasios y cuidarnos unos a otros.
Este tema nos toca de cerca a todos los que nos gusta darle duro en el gym. Es hora de preguntarnos: ¿Estamos realmente conscientes de los riesgos que corremos cada vez que entramos a un gimnasio? ¿Crees que el Estado debería intervenir más estrictamente para regular la seguridad en estos lugares o crees que es responsabilidad exclusiva de los propietarios y usuarios? Déjanos tus opiniones en los comentarios; ¡queremos saber qué piensas!
Según cuentan las malas lenguas, el pobre Don Salvador estaba haciendo press de banca cuando la barra se le vino encima. Las cámaras de seguridad grabaron todo, y vaya que se viralizó rápido por todas las redes sociales. ¡Qué torta! Ver esas imágenes te da escalofríos, te dejan pensando en cualquier momento podría pasarle a cualquiera.
Las investigaciones preliminares dicen que no había un 'spotter' – saben, esa personita que te ayuda si te sientes débil y vas a jalar una vara pesada. Parece que Don Salvador estaba solito, haciéndose bolas, y ahí se complicaron las cosas. Los expertos están diciendo que para los de más edad, o para cualquiera que esté levantando mucho peso, es vital tener alguien que te respalde, ¿no?
Esto, obviamente, ha encendido las alarmas en toda la comunidad deportiva. Muchos entrenadores e incluso doctores están dando vueltas sobre la importancia de seguir los protocolos básicos: usar las protecciones correctas, no mandarse solo cuando se trabaja con barras, y revisar siempre el equipo. Aquí en Costa Rica, ya hemos tenido algunos sustos similares, y parece que todavía hay mucho por mejorar en cuanto a regulación y control.
Y hablando de regulación, creo que estamos bastante rezagados. ¿Cuántos gimnasios realmente tienen inspecciones regulares? ¿Cuántos obligan a sus clientes a hacer una evaluación física antes de empezar a levantar pesas? La verdad, pocos, y eso es preocupante. Uno quiere echarse unas buenas máquinas, pero también quiere volver a casa entero, diay.
En Brasil, ya están moviendo algunas fichas para exigir más controles y certificaciones para los gimnasios. Dicen que quieren crear normas claras sobre la presencia de spotters y la calidad del equipamiento. Esperemos que nosotros podamos aprender de esto y ponerle orden a la vaina antes de que ocurra otra tragedia. No queremos estar lamentando otra pérdida, ¿verdad?
La familia de Don Salvador está pasando por momentos difíciles, y obvio que están buscando respuestas. Están exigiendo que se investigue a fondo lo sucedido y que se tomen medidas para evitar que esto le pase a otro mae. Es comprensible, nadie merece pasar por esto. Este caso debería servirnos de pelón para tomar conciencia sobre la seguridad en nuestros gimnasios y cuidarnos unos a otros.
Este tema nos toca de cerca a todos los que nos gusta darle duro en el gym. Es hora de preguntarnos: ¿Estamos realmente conscientes de los riesgos que corremos cada vez que entramos a un gimnasio? ¿Crees que el Estado debería intervenir más estrictamente para regular la seguridad en estos lugares o crees que es responsabilidad exclusiva de los propietarios y usuarios? Déjanos tus opiniones en los comentarios; ¡queremos saber qué piensas!
