¡Ay, Dios mío! Parece mentira que sigamos hablando de esto, pero la situación de la salud mental en nuestras escuelas es un verdadero broncas. Los números hablan por sí solos: mil seis cientos psicólogos para atender casi cinco mil centros educativos. ¡Una torta monumental! Esto significa que nuestros puros niños y adolescentes están pasando factura, sin la ayuda que necesitan, y eso nos duele a todos, ¿verdad?
Ivannia Serrano, presidenta del Colegio de Psicólogos, soltó la bomba hace unos días: “No es un lujo contar con estos profesionales, es un requisito esencial”. Sí, doña Ivannia, díganos algo que no sepamos. Pero que ella lo diga, con toda la razón del mundo, le da un empuje extra a este tema que lleva años arrastrando. La verdad es que la pandemia dejó secuelas profundas, y ahora vemos cómo afecta directamente la salud mental de los más jóvenes.
Para ponerle pausa, la matrícula escolar en 2024 superó el millón de estudiantes. Eso quiere decir que cada psicólogo tiene que lidiar con alrededor de 945 alumnos. ¡Un brete! Imaginen la presión, el estrés… y todo eso mientras intentan ayudar a los niños a superar sus problemas. Esto pone en riesgo la implementación de la Ley 24.528, esa que declaraba de interés público la salud mental en las escuelas. ¡A ver cuándo alguien se anima a cumplirla de verdad!
Y ojo, que los problemas son muchos: bullying, ansiedad, depresiones, violencia... Una mezcla explosiva que requiere atención profesional constante. Según señalan, esos casos de violencia están por las nubes. Se han registrado miles de incidentes desde el año pasado, incluyendo bullying, peleas entre estudiantes e incluso agresiones de adultos hacia menores. ¡Qué sal!
Pero no basta con tener la ley, necesita acción, ¿eh? Serrano advierte que el MEP (Ministerio de Educación Pública) anda cortos de miras y recursos. Dicen que no hay suficiente personal capacitado, ni programas de formación para los docentes. ¡Otra vez la misma vaina! ¿Será que esperan a que explote la olla para moverse?
La solución, según los expertos, pasa por ampliar el número de psicólogos, claro, pero también por capacitar a los maestros para que estén atentos a las señales de alerta. También proponen involucrar a las familias y a las comunidades en estas iniciativas. Un trabajo en equipo completo, vamos. Porque esto no es problema de nadie, es un tema que nos compete a todos, desde el gobierno hasta la abuela que cuida a los nietos.
Y no solo eso, parece que los protocolos existentes para manejar estas situaciones son una verdadera torta. Ingrid Naranjo, otra psicóloga especializada, dice que necesitamos inspirarnos en modelos internacionales, como el famoso método KiVa de Finlandia, que es pionero en la prevención del bullying. ¿Por qué siempre tenemos que reinventar la rueda si ya hay soluciones probadas en otros lados?
Así que aquí estamos, frente a un panorama complicado, pero no insuperable. Tenemos la ley, tenemos los expertos, tenemos el conocimiento... Lo único que falta es la voluntad política y el presupuesto para hacerlo realidad. Ahora les pregunto, ¿qué medidas concretas creen que deberían tomarse urgentemente para garantizar la salud mental de nuestros niños y adolescentes en las escuelas? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
Ivannia Serrano, presidenta del Colegio de Psicólogos, soltó la bomba hace unos días: “No es un lujo contar con estos profesionales, es un requisito esencial”. Sí, doña Ivannia, díganos algo que no sepamos. Pero que ella lo diga, con toda la razón del mundo, le da un empuje extra a este tema que lleva años arrastrando. La verdad es que la pandemia dejó secuelas profundas, y ahora vemos cómo afecta directamente la salud mental de los más jóvenes.
Para ponerle pausa, la matrícula escolar en 2024 superó el millón de estudiantes. Eso quiere decir que cada psicólogo tiene que lidiar con alrededor de 945 alumnos. ¡Un brete! Imaginen la presión, el estrés… y todo eso mientras intentan ayudar a los niños a superar sus problemas. Esto pone en riesgo la implementación de la Ley 24.528, esa que declaraba de interés público la salud mental en las escuelas. ¡A ver cuándo alguien se anima a cumplirla de verdad!
Y ojo, que los problemas son muchos: bullying, ansiedad, depresiones, violencia... Una mezcla explosiva que requiere atención profesional constante. Según señalan, esos casos de violencia están por las nubes. Se han registrado miles de incidentes desde el año pasado, incluyendo bullying, peleas entre estudiantes e incluso agresiones de adultos hacia menores. ¡Qué sal!
Pero no basta con tener la ley, necesita acción, ¿eh? Serrano advierte que el MEP (Ministerio de Educación Pública) anda cortos de miras y recursos. Dicen que no hay suficiente personal capacitado, ni programas de formación para los docentes. ¡Otra vez la misma vaina! ¿Será que esperan a que explote la olla para moverse?
La solución, según los expertos, pasa por ampliar el número de psicólogos, claro, pero también por capacitar a los maestros para que estén atentos a las señales de alerta. También proponen involucrar a las familias y a las comunidades en estas iniciativas. Un trabajo en equipo completo, vamos. Porque esto no es problema de nadie, es un tema que nos compete a todos, desde el gobierno hasta la abuela que cuida a los nietos.
Y no solo eso, parece que los protocolos existentes para manejar estas situaciones son una verdadera torta. Ingrid Naranjo, otra psicóloga especializada, dice que necesitamos inspirarnos en modelos internacionales, como el famoso método KiVa de Finlandia, que es pionero en la prevención del bullying. ¿Por qué siempre tenemos que reinventar la rueda si ya hay soluciones probadas en otros lados?
Así que aquí estamos, frente a un panorama complicado, pero no insuperable. Tenemos la ley, tenemos los expertos, tenemos el conocimiento... Lo único que falta es la voluntad política y el presupuesto para hacerlo realidad. Ahora les pregunto, ¿qué medidas concretas creen que deberían tomarse urgentemente para garantizar la salud mental de nuestros niños y adolescentes en las escuelas? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!