¡Ay, Dios mío, qué torta! Acá en Costa Rica uno nunca sabe cuándo le va a tocar vivir un susto así. Resulta que una familia de Río Cuarto, en Alajuela, vivió momentos de pánico tremendo cuando unos malecones decidieron robarles a domicilio. La Policía capturó a dos sospechosos, y vaya que van a tener que sudar la camiseta porque los mandaron directo a la cárcel.
Según nos cuentan desde la Fiscalía Adjunta de San Carlos, la bronca comenzó la noche del 3 de octubre y siguió hasta la madrugada siguiente. Imagínate, la familia – dos adultos y dos niños pequeños – dormía tranquilamente cerca del puente de Río Toro cuando, ¡zas!, aparecieron estos tipos con armas de fuego. Directamente les metieron miedo, los amordazaron y los ataron de pies y manos. ¡Qué barbaridad!
Después de asegurar a la familia, los sospechosos se dedicaron a vaciar la casa. Se llevaron celulares, joyitas y una lana considerable, calculan unos 800 mil colones. ¡Imagínate el apuro! Además, tenían pensado llevarse dos carros que ya estaban preparados para salir pitando, pero gracias al rápido accionar policial eso no pudo ser. La Fuerza Pública es que sí que anda espichada, siempre buscando a esos vándalos.
Lo bueno de la historia es que la policía no tardó en reaccionar. Después de una persecución a toda velocidad, lograron agarrarlos en El Tigre de Sarapiquí, apenas una hora después del asalto. ¡Y vaya que encontraron pruebas! Decomisaron un revólver calibre .22, varios celulares que pertenecían a las víctimas y hasta la billetera. Todo listo para armar el juicio y que paguen por lo que hicieron.
Ahora mismo, Venegas y Wilson, así se llama la parejita de sospechosos, van a pasar seis meses adentro, cumpliendo prisión preventiva mientras la Fiscalía sigue investigando todos los detalles del caso. Abrieron el expediente 25-002280-0065-PE contra ellos, acusándolos de robo agravado y privación de libertad. Vaya brete que se han puesto, ¡qué pena!
Este tipo de situaciones nos hacen pensar en cómo estamos parados como país. Aunque la policía hace un esfuerzo enorme, parece que los delincuentes siempre encuentran la forma de meterse. La inseguridad es una vara que preocupa a muchos, especialmente a quienes tienen familias pequeñas. Hay que seguir exigiendo mayor presencia policial y mejores estrategias para combatir este flagelo.
Y hablando de seguridad, ¿no será que debemos reforzar la vigilancia en zonas rurales como Río Cuarto? Es evidente que hay espacios donde los maleantes pueden actuar con mayor impunidad. Quizás sería bueno implementar programas de prevención del delito, involucrando a la comunidad y creando redes de apoyo vecinal. Con la colaboración de todos, podríamos hacer sentir más seguros a nuestros vecinos.
En fin, este caso nos deja varias preguntas abiertas. ¿Cómo podemos proteger mejor a nuestras familias de este tipo de ataques? ¿Qué medidas adicionales debería tomar el gobierno para reducir la criminalidad en nuestro país? ¡Dime tú, compañero! ¿Qué opinas sobre la respuesta de la policía en este caso y qué soluciones propondrías para prevenir futuros asaltos?
Según nos cuentan desde la Fiscalía Adjunta de San Carlos, la bronca comenzó la noche del 3 de octubre y siguió hasta la madrugada siguiente. Imagínate, la familia – dos adultos y dos niños pequeños – dormía tranquilamente cerca del puente de Río Toro cuando, ¡zas!, aparecieron estos tipos con armas de fuego. Directamente les metieron miedo, los amordazaron y los ataron de pies y manos. ¡Qué barbaridad!
Después de asegurar a la familia, los sospechosos se dedicaron a vaciar la casa. Se llevaron celulares, joyitas y una lana considerable, calculan unos 800 mil colones. ¡Imagínate el apuro! Además, tenían pensado llevarse dos carros que ya estaban preparados para salir pitando, pero gracias al rápido accionar policial eso no pudo ser. La Fuerza Pública es que sí que anda espichada, siempre buscando a esos vándalos.
Lo bueno de la historia es que la policía no tardó en reaccionar. Después de una persecución a toda velocidad, lograron agarrarlos en El Tigre de Sarapiquí, apenas una hora después del asalto. ¡Y vaya que encontraron pruebas! Decomisaron un revólver calibre .22, varios celulares que pertenecían a las víctimas y hasta la billetera. Todo listo para armar el juicio y que paguen por lo que hicieron.
Ahora mismo, Venegas y Wilson, así se llama la parejita de sospechosos, van a pasar seis meses adentro, cumpliendo prisión preventiva mientras la Fiscalía sigue investigando todos los detalles del caso. Abrieron el expediente 25-002280-0065-PE contra ellos, acusándolos de robo agravado y privación de libertad. Vaya brete que se han puesto, ¡qué pena!
Este tipo de situaciones nos hacen pensar en cómo estamos parados como país. Aunque la policía hace un esfuerzo enorme, parece que los delincuentes siempre encuentran la forma de meterse. La inseguridad es una vara que preocupa a muchos, especialmente a quienes tienen familias pequeñas. Hay que seguir exigiendo mayor presencia policial y mejores estrategias para combatir este flagelo.
Y hablando de seguridad, ¿no será que debemos reforzar la vigilancia en zonas rurales como Río Cuarto? Es evidente que hay espacios donde los maleantes pueden actuar con mayor impunidad. Quizás sería bueno implementar programas de prevención del delito, involucrando a la comunidad y creando redes de apoyo vecinal. Con la colaboración de todos, podríamos hacer sentir más seguros a nuestros vecinos.
En fin, este caso nos deja varias preguntas abiertas. ¿Cómo podemos proteger mejor a nuestras familias de este tipo de ataques? ¿Qué medidas adicionales debería tomar el gobierno para reducir la criminalidad en nuestro país? ¡Dime tú, compañero! ¿Qué opinas sobre la respuesta de la policía en este caso y qué soluciones propondrías para prevenir futuros asaltos?