Oyé, oyé, gente del Foro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) soltó unas noticias bien fuertes el día de hoy, y no precisamente para celebrar. Parece que la situación en la Franja de Gaza es mucho peor de lo que nos imaginábamos. Hablan de casi 42.000 personas, muchísimos nenes incluidos, con lesiones tan feas que van a necesitar ayuda médica por años. ¡Qué torta!
Según el reporte de la OMS, este panorama se deriva directamente del conflicto que lleva meses sacudiendo Gaza. Desde octubre del año pasado, han registrado más de 167.000 heridos, pero lo realmente alarmante es que una cuarta parte de ellos – ¡casi 42 mil personas! – tienen lesiones incapacitantes, eso significa que estas heridas les van a cambiar la vida para siempre. Imagínate el sufrimiento, mae.
Y ni hablar de las amputaciones. Más de cinco mil personas perdieron extremidades, otras miles quedaron con daños severos en brazos y piernas, problemas de medula espinal... Vamos, un brete de complicaciones. Pura sal, si me preguntás. Dicen que hay más de dos mil personas con lesiones en la médula espinal, cerca de 1.300 con golpes en la cabeza y más de tres mil quemaduras terribles. Claramente esto refleja la intensidad brutal de los combates y la desesperada situación de la población civil.
Pero la cosa no termina ahí. Lo más preocupante es que el sistema de salud en Gaza está colapsado. De los 36 hospitales que había antes de empezar todo esto, ahora apenas funcionan 14, ¡y a duras penas! Además, gran parte de los servicios de rehabilitación, esos que ayudan a las personas a recuperar su calidad de vida después de una lesión, prácticamente desaparecieron. Estamos hablando de familias enteras destinadas a vivir con secuelas permanentes, con pocas opciones de mejorar.
Y el personal médico, cómo se va a hacer frente a semejante demanda con los recursos que tienen disponibles? Antes de la guerra, había alrededor de 1.300 fisioterapeutas y 400 terapeutas ocupacionales cuidando de la población. Muchos tuvieron que huir por la violencia, otros lamentablemente ya no están entre nosotros (la OMS dice que fallecieron al menos 42), y ahora, ¡imagínate!, solo quedan ocho protesistas para atender a tantas personas que necesitan prótesis, especialmente después de tanta amputación. ¡Qué carga!
Esto demuestra la urgencia de enviar ayuda humanitaria a Gaza. No solo necesitamos medicamentos y alimentos, sino también equipos médicos especializados, profesionales de la salud capacitados y, sobre todo, apoyo económico para reconstruir el sistema sanitario. Se necesita una respuesta internacional contundente, porque si no, la recuperación de Gaza se va a ir al traste. Ver a tantos niños sufriendo es una vara que nadie debería tener que ver.
Además de la atención médica inmediata, habrá que invertir fuertemente en programas de rehabilitación a largo plazo. Estas personas van a necesitar terapias físicas, psicológicas, vocacionales… Un acompañamiento integral para poder reintegrarse a la sociedad y llevar una vida digna. Esto requiere un compromiso sostenido por parte de la comunidad internacional y una inversión significativa de recursos. Piensa en la cantidad de vidas rotas, en el futuro truncado de esos chiquitos… es desgarrador, chunche.
En fin, la situación en Gaza es crítica y necesita nuestra atención urgente. ¿Creen ustedes que la comunidad internacional está haciendo lo suficiente para ayudar a la población de Gaza y qué medidas adicionales podríamos tomar desde Costa Rica para aliviar su sufrimiento?
Según el reporte de la OMS, este panorama se deriva directamente del conflicto que lleva meses sacudiendo Gaza. Desde octubre del año pasado, han registrado más de 167.000 heridos, pero lo realmente alarmante es que una cuarta parte de ellos – ¡casi 42 mil personas! – tienen lesiones incapacitantes, eso significa que estas heridas les van a cambiar la vida para siempre. Imagínate el sufrimiento, mae.
Y ni hablar de las amputaciones. Más de cinco mil personas perdieron extremidades, otras miles quedaron con daños severos en brazos y piernas, problemas de medula espinal... Vamos, un brete de complicaciones. Pura sal, si me preguntás. Dicen que hay más de dos mil personas con lesiones en la médula espinal, cerca de 1.300 con golpes en la cabeza y más de tres mil quemaduras terribles. Claramente esto refleja la intensidad brutal de los combates y la desesperada situación de la población civil.
Pero la cosa no termina ahí. Lo más preocupante es que el sistema de salud en Gaza está colapsado. De los 36 hospitales que había antes de empezar todo esto, ahora apenas funcionan 14, ¡y a duras penas! Además, gran parte de los servicios de rehabilitación, esos que ayudan a las personas a recuperar su calidad de vida después de una lesión, prácticamente desaparecieron. Estamos hablando de familias enteras destinadas a vivir con secuelas permanentes, con pocas opciones de mejorar.
Y el personal médico, cómo se va a hacer frente a semejante demanda con los recursos que tienen disponibles? Antes de la guerra, había alrededor de 1.300 fisioterapeutas y 400 terapeutas ocupacionales cuidando de la población. Muchos tuvieron que huir por la violencia, otros lamentablemente ya no están entre nosotros (la OMS dice que fallecieron al menos 42), y ahora, ¡imagínate!, solo quedan ocho protesistas para atender a tantas personas que necesitan prótesis, especialmente después de tanta amputación. ¡Qué carga!
Esto demuestra la urgencia de enviar ayuda humanitaria a Gaza. No solo necesitamos medicamentos y alimentos, sino también equipos médicos especializados, profesionales de la salud capacitados y, sobre todo, apoyo económico para reconstruir el sistema sanitario. Se necesita una respuesta internacional contundente, porque si no, la recuperación de Gaza se va a ir al traste. Ver a tantos niños sufriendo es una vara que nadie debería tener que ver.
Además de la atención médica inmediata, habrá que invertir fuertemente en programas de rehabilitación a largo plazo. Estas personas van a necesitar terapias físicas, psicológicas, vocacionales… Un acompañamiento integral para poder reintegrarse a la sociedad y llevar una vida digna. Esto requiere un compromiso sostenido por parte de la comunidad internacional y una inversión significativa de recursos. Piensa en la cantidad de vidas rotas, en el futuro truncado de esos chiquitos… es desgarrador, chunche.
En fin, la situación en Gaza es crítica y necesita nuestra atención urgente. ¿Creen ustedes que la comunidad internacional está haciendo lo suficiente para ayudar a la población de Gaza y qué medidas adicionales podríamos tomar desde Costa Rica para aliviar su sufrimiento?