¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, hablando de la Caja y cómo le andan dando pa’l brinco. Un nuevo informe de la Comisión Permanente para el Control de Ingreso y Gasto Público acaba de soltar la bomba: la gestión de la deuda con la CCSS durante el gobierno de Chaves es la peor que hemos visto en ¡redoble de tambores!… veinte años. Vaya bronca, má.
Según los diputados, desde mayo del 2022, la administración Chaves ha estado más perdida que gallina en Navidad con los pagos a la Caja. No solo les deben al Seguro de Salud, sino también al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), ¡el IVM, gente! Ese que nos da tranquilidad cuando pensamos en el futuro. Parece que a algunos, la seguridad social les queda grande, chunches.
El auditor interno, Ólger Sánchez, lo puso claro en la Comisión: “los pagos han sido muy pocos”. Y no es que Hacienda tenga problemas económicos, ¡qué va! Según parece, hay una actitud de “renuencia y desinterés” ante sus obligaciones. Una verdadera falta de respeto hacia la salud de todos los costarricenses, diay. Más que una deuda, esto se siente como una patada en el trasero a la CCSS.
Lo más preocupante es que la narrativa que está manejando Hacienda es de “colapso” de la Caja, usándolo como excusa para recortar fondos y, en el peor de los casos, ¡privatizar servicios! Pero como bien señala el informe, este cuento de que la CCSS está quebrar es pura tela, sin ningún fundamento técnico. La incertidumbre viene de la negativa de Hacienda a reconocer la deuda histórica del Estado, vaya brete.
Y para colmo, tenemos a ex directivos como Adrián Torrealba y Juan Ignacio Monge, que se sumaron al coro del “la Caja está quebrada” para justificar la suspensión del portafolio de inversiones. ¡Pero ojo!, varios estudios actuariales ya habían advertido que las obras podrían hacerse si el Estado pagaba la deuda. ¿Será que estaban buscando un pretexto para meterle mano a los activos de la Caja?
Además, el informe no deja pasar por alto que Torrealba, ese mismo, aparece como financista del fideicomiso de campaña de Chaves y le debe a la CCSS más de 156 millones de colones. ¡Imagínate la vara! Ya empezamos a ver conexiones turbias que dan más que qué pensar, mae. Esto huele a changüí.
Las auditorías internas y externas, incluyendo la de Deloitte, han confirmado que los estados financieros de la CCSS son razonables. Deloitte, ni siquiera encontró errores, simplemente señaló la omisión grave del Ministerio de Hacienda al no validar los saldos de deuda. Hay una comisión interinstitucional que supuestamente busca conciliar la deuda, pero parece que su único propósito es evadir la obligación del Estado. ¡Qué torta!
Gustavo Picado, el gerente financiero de la CCSS, ha insistido en que la institución tiene superávit, algo que sería imposible si estuvieran al borde del abismo. Recordemos la frase de Marta Esquivel, expresidenta ejecutiva: “Primero tengo que poner la casa en orden antes de que me entre dinero”. En otras palabras, Hacienda le dijo a la Caja que no les pagara. ¡Y ahora resulta que la Caja es la que está mal! Entonces, ¿quién anda jugando con la salud del país, compas? Con todo esto, ¿usted cree que el gobierno debería priorizar el pago de la deuda a la CCSS, incluso si eso implica recortes en otros sectores, o considera que existen alternativas más viables para garantizar la sostenibilidad financiera de la institución?
Según los diputados, desde mayo del 2022, la administración Chaves ha estado más perdida que gallina en Navidad con los pagos a la Caja. No solo les deben al Seguro de Salud, sino también al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), ¡el IVM, gente! Ese que nos da tranquilidad cuando pensamos en el futuro. Parece que a algunos, la seguridad social les queda grande, chunches.
El auditor interno, Ólger Sánchez, lo puso claro en la Comisión: “los pagos han sido muy pocos”. Y no es que Hacienda tenga problemas económicos, ¡qué va! Según parece, hay una actitud de “renuencia y desinterés” ante sus obligaciones. Una verdadera falta de respeto hacia la salud de todos los costarricenses, diay. Más que una deuda, esto se siente como una patada en el trasero a la CCSS.
Lo más preocupante es que la narrativa que está manejando Hacienda es de “colapso” de la Caja, usándolo como excusa para recortar fondos y, en el peor de los casos, ¡privatizar servicios! Pero como bien señala el informe, este cuento de que la CCSS está quebrar es pura tela, sin ningún fundamento técnico. La incertidumbre viene de la negativa de Hacienda a reconocer la deuda histórica del Estado, vaya brete.
Y para colmo, tenemos a ex directivos como Adrián Torrealba y Juan Ignacio Monge, que se sumaron al coro del “la Caja está quebrada” para justificar la suspensión del portafolio de inversiones. ¡Pero ojo!, varios estudios actuariales ya habían advertido que las obras podrían hacerse si el Estado pagaba la deuda. ¿Será que estaban buscando un pretexto para meterle mano a los activos de la Caja?
Además, el informe no deja pasar por alto que Torrealba, ese mismo, aparece como financista del fideicomiso de campaña de Chaves y le debe a la CCSS más de 156 millones de colones. ¡Imagínate la vara! Ya empezamos a ver conexiones turbias que dan más que qué pensar, mae. Esto huele a changüí.
Las auditorías internas y externas, incluyendo la de Deloitte, han confirmado que los estados financieros de la CCSS son razonables. Deloitte, ni siquiera encontró errores, simplemente señaló la omisión grave del Ministerio de Hacienda al no validar los saldos de deuda. Hay una comisión interinstitucional que supuestamente busca conciliar la deuda, pero parece que su único propósito es evadir la obligación del Estado. ¡Qué torta!
Gustavo Picado, el gerente financiero de la CCSS, ha insistido en que la institución tiene superávit, algo que sería imposible si estuvieran al borde del abismo. Recordemos la frase de Marta Esquivel, expresidenta ejecutiva: “Primero tengo que poner la casa en orden antes de que me entre dinero”. En otras palabras, Hacienda le dijo a la Caja que no les pagara. ¡Y ahora resulta que la Caja es la que está mal! Entonces, ¿quién anda jugando con la salud del país, compas? Con todo esto, ¿usted cree que el gobierno debería priorizar el pago de la deuda a la CCSS, incluso si eso implica recortes en otros sectores, o considera que existen alternativas más viables para garantizar la sostenibilidad financiera de la institución?
