¡Ay, Dios mío! Parece que seguimos metidos en un brete complicado con las escuelas de Costa Rica. Resulta que, según la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE), tenemos 115 centros educativos con la orden de cierre total, ¡y eso sin contar los otros mil cincuenta con alguna indicación sanitaria! Esto pinta feísimo, mae, porque afecta directamente a los chiquitos y a sus familias.
La DIE está soltando números que dan qué pensar. De esas 1050 instituciones con algun problema, apenas el 11% está en riesgo de cierre total, pero igual, ¡es un problema que hay que tomarlo en serio! Imagínate tener que cambiar a tus hijos de colegio a última hora, buscar otra opción... un verdadero estrés, diay. Y todo esto ocurre mientras seguimos lidiando con este tema que parece no tener fin.
Ahora sí, entremos en llano: durante la administración Chaves Robles, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha inyectado más de ¢42 mil millones en infraestructura desde 2022 hasta ahorita. Eso suena chévere, ¿verdad? Pues, resulta que de esas 143 instituciones que recibieron mejoras, ¡muchas todavía tienen la orden sanitaria vigente! Es decir, tiramos la casa por la ventana, pero el problema sigue ahí, echándonos una vara.
Allan Ramírez, el jefe de la DIE, lo dejó claro: no todos esos dineros solucionan el problema de raíz. Algunos son arreglos temporales, otros cuestan los estudios iniciales, o incluso la compra del terrenito. “No siempre es la solución definitiva,” dice él. Es como ponerle curitas a un elefante, mae. Tenemos que atacar el problema de fondo, sino vamos a seguir dando vueltas en círculos.”
Y hablando de dónde están estos centros problemáticos, la distribución es bastante dispersa. Hay escuelas cerradas en Desamparados, Puriscal, Pérez Zeledón, Alajuela, Sarapiquí, Guanacaste... ¡en casi todas partes! Hasta en Limón, donde ya andaban batallando con tantas cosas, aparecen siete escuelas más con problemas. ¡Qué torta!, parece que nadie escapa.
Ramírez también reconoce que las necesidades son muchísimas, y que los recursos son limitados. Dice que cumplen con la ley de contrataciones públicas, que todo va “con calma” y “orden”. Pero bueno, a veces esa institucionalidad es lo que más nos jala para atrás. Vemos cómo se acumulan recursos en Caja Única, esperando pacientemente a ser usados… mientras tanto, los niños siguen estudiando en condiciones precarias. Ya sabemos cómo anda la cosa, diay.
Nos recuerda que hace unos años encontramos más de ¢95 mil millones varados en Caja Única, dinero que llevaba años sin moverse. Era como si le estuvieran dando vacaciones a los bloques de cemento. Ahora, poco a poco, están empezando a construir, pero el camino es largo. Ramírez afirma que “hoy estamos caminando”, pero la verdad es que a veces sentimos que damos pasos de tortuga.
Así que, aquí estamos, con 115 escuelas cerradas y miles más con problemas, y con la esperanza de que el gobierno pueda encontrar una solución real y duradera. ¿Será que finalmente lograremos darle a nuestros niños las condiciones dignas que merecen para aprender y crecer, o seguiremos viendo cómo se van al traste nuestras oportunidades educativas? ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Cuál creen que debería ser la prioridad del MEP para mejorar la infraestructura educativa en Costa Rica?
La DIE está soltando números que dan qué pensar. De esas 1050 instituciones con algun problema, apenas el 11% está en riesgo de cierre total, pero igual, ¡es un problema que hay que tomarlo en serio! Imagínate tener que cambiar a tus hijos de colegio a última hora, buscar otra opción... un verdadero estrés, diay. Y todo esto ocurre mientras seguimos lidiando con este tema que parece no tener fin.
Ahora sí, entremos en llano: durante la administración Chaves Robles, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha inyectado más de ¢42 mil millones en infraestructura desde 2022 hasta ahorita. Eso suena chévere, ¿verdad? Pues, resulta que de esas 143 instituciones que recibieron mejoras, ¡muchas todavía tienen la orden sanitaria vigente! Es decir, tiramos la casa por la ventana, pero el problema sigue ahí, echándonos una vara.
Allan Ramírez, el jefe de la DIE, lo dejó claro: no todos esos dineros solucionan el problema de raíz. Algunos son arreglos temporales, otros cuestan los estudios iniciales, o incluso la compra del terrenito. “No siempre es la solución definitiva,” dice él. Es como ponerle curitas a un elefante, mae. Tenemos que atacar el problema de fondo, sino vamos a seguir dando vueltas en círculos.”
Y hablando de dónde están estos centros problemáticos, la distribución es bastante dispersa. Hay escuelas cerradas en Desamparados, Puriscal, Pérez Zeledón, Alajuela, Sarapiquí, Guanacaste... ¡en casi todas partes! Hasta en Limón, donde ya andaban batallando con tantas cosas, aparecen siete escuelas más con problemas. ¡Qué torta!, parece que nadie escapa.
Ramírez también reconoce que las necesidades son muchísimas, y que los recursos son limitados. Dice que cumplen con la ley de contrataciones públicas, que todo va “con calma” y “orden”. Pero bueno, a veces esa institucionalidad es lo que más nos jala para atrás. Vemos cómo se acumulan recursos en Caja Única, esperando pacientemente a ser usados… mientras tanto, los niños siguen estudiando en condiciones precarias. Ya sabemos cómo anda la cosa, diay.
Nos recuerda que hace unos años encontramos más de ¢95 mil millones varados en Caja Única, dinero que llevaba años sin moverse. Era como si le estuvieran dando vacaciones a los bloques de cemento. Ahora, poco a poco, están empezando a construir, pero el camino es largo. Ramírez afirma que “hoy estamos caminando”, pero la verdad es que a veces sentimos que damos pasos de tortuga.
Así que, aquí estamos, con 115 escuelas cerradas y miles más con problemas, y con la esperanza de que el gobierno pueda encontrar una solución real y duradera. ¿Será que finalmente lograremos darle a nuestros niños las condiciones dignas que merecen para aprender y crecer, o seguiremos viendo cómo se van al traste nuestras oportunidades educativas? ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Cuál creen que debería ser la prioridad del MEP para mejorar la infraestructura educativa en Costa Rica?