¡Ay, Dios mío, qué torta! Parece que tenemos un problemón a huevo con la educación bilingüe en nuestras escuelas. Un estudio nuevo de la UCR echó aguas frías, revelando que muchos de nuestros estudiantes, esos que deberían estar dominando el inglés a toda madre, andan medio rezagados en cuanto a la escritura. Ni les vamos a mentir, esto nos da que pensar, ¿no?
Resulta que la UCR, juntitos con el MEP, le hicieron una prueba a mil estudiantes de colegios bilingües de todas partes del país. Revisaron cómo escribían en inglés, pidiéndoles que describieran temas actuales y hasta que defendieran sus ideas en un pequeño ensayo. La intención era ver dónde estábamos parados realmente, si todo ese esfuerzo por promover el bilingüismo estaba dando frutos o no.
Y bueno, los resultados no fueron precisamente motivo de celebración. El 41.5% de los estudiantes evaluados se quedaron en el nivel A1, que es el nivel más básico, el de “Hola, me llamo…”. Imaginen eso: estudiantes que ya llevan tiempo en programas bilingües apenas pueden armar unas frases cortitas en inglés. ¡Qué chimba! Pero ojo, no todo está perdido porque hay una luzita de esperanza al final del túnel.
La cosa es que la prueba también mostró que algunos estudiantes sí están avanzando, escalando peldaños en su desarrollo lingüístico. Hay muchachos y muchachas que están agarrando ritmo, aprendiendo nuevas palabras y mejorando su forma de expresarse. Eso sí da alegría, porque demuestra que el trabajo está dando algún resultado, aunque todavía faltan muchas cosas por mejorar.
Pero aquí viene la vaina, el detalle que nos pone un poco nerviosos. Al parecer, la diferencia entre las zonas rurales y la capital es abismal. Los estudiantes que viven en zonas más alejadas, en pueblitos donde el acceso a recursos educativos es limitado, tienen más probabilidades de quedarse atascados en esos niveles básicos. ¡Qué sal! Esto refuerza la idea de que no todos los niños tienen las mismas oportunidades en este país.
Mientras tanto, en la Gran Área Metropolitana (GAM), los centros educativos parecen estar funcionando mejor. Ahí, la mayoría de los estudiantes van avanzando hacia niveles intermedios (B1 y B2), lo que indica que tienen acceso a mejores herramientas y profesores más preparados. Claramente, necesitamos darle una manito a esos compañeros que andan batallando en las zonas más apartadas, porque la educación es un derecho de todos, diay.
Según los expertos de la UCR, estas dificultades en la escritura se deben a varias razones: poca práctica con la gramática, textos que no fluyen bien y falta de vocabulario amplio. Sobre todo, les cuesta mucho defender sus puntos de vista en los ensayos, como si no supieran ni por dónde empezar. Allen Quesada, director de la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR, lo dijo claro: necesitamos ponerle empeño y crear programas especiales para ayudar a estos estudiantes a salir adelante.
Así que ahí la tienes, mi gente. Tenemos un desafío importante por delante: mejorar la calidad de la educación bilingüe en nuestro país y asegurarnos de que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades, independientemente de dónde vivan. Ahora dime, ¿crees que el gobierno debería invertir más en programas de apoyo para las escuelas bilingües en zonas rurales, o deberíamos enfocarnos en mejorar la capacitación de los maestros de inglés? ¡Déjanos tus comentarios y compartamos nuestras opiniones!
Resulta que la UCR, juntitos con el MEP, le hicieron una prueba a mil estudiantes de colegios bilingües de todas partes del país. Revisaron cómo escribían en inglés, pidiéndoles que describieran temas actuales y hasta que defendieran sus ideas en un pequeño ensayo. La intención era ver dónde estábamos parados realmente, si todo ese esfuerzo por promover el bilingüismo estaba dando frutos o no.
Y bueno, los resultados no fueron precisamente motivo de celebración. El 41.5% de los estudiantes evaluados se quedaron en el nivel A1, que es el nivel más básico, el de “Hola, me llamo…”. Imaginen eso: estudiantes que ya llevan tiempo en programas bilingües apenas pueden armar unas frases cortitas en inglés. ¡Qué chimba! Pero ojo, no todo está perdido porque hay una luzita de esperanza al final del túnel.
La cosa es que la prueba también mostró que algunos estudiantes sí están avanzando, escalando peldaños en su desarrollo lingüístico. Hay muchachos y muchachas que están agarrando ritmo, aprendiendo nuevas palabras y mejorando su forma de expresarse. Eso sí da alegría, porque demuestra que el trabajo está dando algún resultado, aunque todavía faltan muchas cosas por mejorar.
Pero aquí viene la vaina, el detalle que nos pone un poco nerviosos. Al parecer, la diferencia entre las zonas rurales y la capital es abismal. Los estudiantes que viven en zonas más alejadas, en pueblitos donde el acceso a recursos educativos es limitado, tienen más probabilidades de quedarse atascados en esos niveles básicos. ¡Qué sal! Esto refuerza la idea de que no todos los niños tienen las mismas oportunidades en este país.
Mientras tanto, en la Gran Área Metropolitana (GAM), los centros educativos parecen estar funcionando mejor. Ahí, la mayoría de los estudiantes van avanzando hacia niveles intermedios (B1 y B2), lo que indica que tienen acceso a mejores herramientas y profesores más preparados. Claramente, necesitamos darle una manito a esos compañeros que andan batallando en las zonas más apartadas, porque la educación es un derecho de todos, diay.
Según los expertos de la UCR, estas dificultades en la escritura se deben a varias razones: poca práctica con la gramática, textos que no fluyen bien y falta de vocabulario amplio. Sobre todo, les cuesta mucho defender sus puntos de vista en los ensayos, como si no supieran ni por dónde empezar. Allen Quesada, director de la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR, lo dijo claro: necesitamos ponerle empeño y crear programas especiales para ayudar a estos estudiantes a salir adelante.
Así que ahí la tienes, mi gente. Tenemos un desafío importante por delante: mejorar la calidad de la educación bilingüe en nuestro país y asegurarnos de que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades, independientemente de dónde vivan. Ahora dime, ¿crees que el gobierno debería invertir más en programas de apoyo para las escuelas bilingües en zonas rurales, o deberíamos enfocarnos en mejorar la capacitación de los maestros de inglés? ¡Déjanos tus comentarios y compartamos nuestras opiniones!