¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez, viendo cómo se nos va la lana en cosas que nadie entiende realmente. Resulta que la Municipalidad de San José, en medio de una crisis que parece no tener fin – indigencia a todas horas, basura por todos lados y un servicio público que da penita –, decidió lanzar una nueva marca ciudad llamada “San José te quiere aquí”. Sí, así mismo, como leen.
Y pa’ qué tanta vaina, dicen desde el Concejo. Dicen que es pa' darle una 'nueva cara' a la capital, pa' proyectar 'nuevos valores'. Pero bueno, ¿qué valores nuevos puede proyectar San José cuando ni siquiera logra recoger la basura? Como si una simple campaña publicitaria fuera a solucionar los problemas reales que nos comen vivos, mae. Parece sacado de una película comedia, pero es la cruda realidad.
La inversión total, según datos oficiales que ya me tienen hasta las cachas de leer, ascendió a poco más de ¢80 millones. ¡Ochenta palos! Ese dinero podría haber servido para contratar más policías, mejorar las clínicas solidarias, arreglar las calles llenas de baches o incluso comprar unos cuantos contenedores de basura decentes. En lugar de eso, le dieron ¢24 millones SÓLO por diseñar el logo. ¡Un desperdicio total!
Diego Miranda, el alcalde, salió a defender la jugada diciendo que esto no es priorizar la marca ciudad por encima de los problemas sociales. Pero, dígame, ¿cómo demonios se explica que destinen semejante cantidad de plata a algo tan superficial cuando hay gente durmiendo en la calle y las alcantarillas rebosan? Parece que viven en otro planeta, sinceramente. Con esa bronca, podrían abrir refugios dignos para las personas en situación vulnerable, pero no, prefirieron gastar en marketing.
El proceso de creación de la marca, según el ayuntamiento, incluyó talleres, entrevistas y encuestas. Claro, porque la opinión de la gente importa... hasta que se trata de decidir dónde meterle la mano al bolsillo. Resulta que el 67% de los encuestados dijo que la marca anterior no los identificaba, y un 81% tenía una percepción negativa de ella. Entonces, ¿por qué no metieron una vara gigante y le dijeron que la dejaran estar? Pero no, ahí entraron los creativos con sus ideas 'innovadoras', despilfarando nuestro dinero.
Lo que más me preocupa de toda esta vaina, además de la falta de sensatez, es la sensación de que nos toman por tontos. Nos presentan una marca ciudad con una campaña publicitaria vistosa, mientras ignoran los problemas que nos afectan directamente. Es como pintar las paredes de una casa que se está cayendo a pedazos; no resuelve el problema estructural, solo lo disimula temporalmente. Y nosotros, los ciudadanos, somos los que terminamos pagando la factura.
Algunos argumentan que una marca ciudad puede atraer inversión turística y mejorar la imagen de San José a nivel internacional. Pero ¿quién va a querer visitar una ciudad llena de pobreza, inseguridad y problemas de infraestructura? Las apariencias engañan, y creo que muchos inversores potenciales se van a dar cuenta rápido de que la realidad de San José es bien diferente a la que quieren vendernos con esta campaña. Además, ¿de verdad creen que alguien va a elegir ir a comer a un restaurante en San José porque tenga un logo bonito?
En fin, esta vaina me deja con más preguntas que respuestas. ¿Será que nuestros políticos han perdido el sentido común? ¿O simplemente les gusta jugar con nuestra paciencia? ¿Creen ustedes que esta campaña de marca ciudad traerá algún beneficio real a San José, o es solo otro despilfarro de recursos que podríamos utilizar para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos? ¡Déjenme saber qué piensan!
Y pa’ qué tanta vaina, dicen desde el Concejo. Dicen que es pa' darle una 'nueva cara' a la capital, pa' proyectar 'nuevos valores'. Pero bueno, ¿qué valores nuevos puede proyectar San José cuando ni siquiera logra recoger la basura? Como si una simple campaña publicitaria fuera a solucionar los problemas reales que nos comen vivos, mae. Parece sacado de una película comedia, pero es la cruda realidad.
La inversión total, según datos oficiales que ya me tienen hasta las cachas de leer, ascendió a poco más de ¢80 millones. ¡Ochenta palos! Ese dinero podría haber servido para contratar más policías, mejorar las clínicas solidarias, arreglar las calles llenas de baches o incluso comprar unos cuantos contenedores de basura decentes. En lugar de eso, le dieron ¢24 millones SÓLO por diseñar el logo. ¡Un desperdicio total!
Diego Miranda, el alcalde, salió a defender la jugada diciendo que esto no es priorizar la marca ciudad por encima de los problemas sociales. Pero, dígame, ¿cómo demonios se explica que destinen semejante cantidad de plata a algo tan superficial cuando hay gente durmiendo en la calle y las alcantarillas rebosan? Parece que viven en otro planeta, sinceramente. Con esa bronca, podrían abrir refugios dignos para las personas en situación vulnerable, pero no, prefirieron gastar en marketing.
El proceso de creación de la marca, según el ayuntamiento, incluyó talleres, entrevistas y encuestas. Claro, porque la opinión de la gente importa... hasta que se trata de decidir dónde meterle la mano al bolsillo. Resulta que el 67% de los encuestados dijo que la marca anterior no los identificaba, y un 81% tenía una percepción negativa de ella. Entonces, ¿por qué no metieron una vara gigante y le dijeron que la dejaran estar? Pero no, ahí entraron los creativos con sus ideas 'innovadoras', despilfarando nuestro dinero.
Lo que más me preocupa de toda esta vaina, además de la falta de sensatez, es la sensación de que nos toman por tontos. Nos presentan una marca ciudad con una campaña publicitaria vistosa, mientras ignoran los problemas que nos afectan directamente. Es como pintar las paredes de una casa que se está cayendo a pedazos; no resuelve el problema estructural, solo lo disimula temporalmente. Y nosotros, los ciudadanos, somos los que terminamos pagando la factura.
Algunos argumentan que una marca ciudad puede atraer inversión turística y mejorar la imagen de San José a nivel internacional. Pero ¿quién va a querer visitar una ciudad llena de pobreza, inseguridad y problemas de infraestructura? Las apariencias engañan, y creo que muchos inversores potenciales se van a dar cuenta rápido de que la realidad de San José es bien diferente a la que quieren vendernos con esta campaña. Además, ¿de verdad creen que alguien va a elegir ir a comer a un restaurante en San José porque tenga un logo bonito?
En fin, esta vaina me deja con más preguntas que respuestas. ¿Será que nuestros políticos han perdido el sentido común? ¿O simplemente les gusta jugar con nuestra paciencia? ¿Creen ustedes que esta campaña de marca ciudad traerá algún beneficio real a San José, o es solo otro despilfarro de recursos que podríamos utilizar para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos? ¡Déjenme saber qué piensan!
