¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con temas que dan qué pensar. Resulta que el Ministerio de Salud echóándole ojo a la comida que andamos comprando, y salió a la luz que algunos productos de la Panadería Vega están circulando sin el visto bueno sanitario adecuado. Imagínate, ahí tienes comprando tus quesadillas dominicales y sin saber qué te estás metiendo en el cuerpo... ¡Qué torta!
Según nos explican desde el Ministerio, la onda es que estos productos –quesadillas, pan casero, bollas, pupusas, pa’l lote completo– llevan un número de registro que parece oficial (1352-2021), pero resulta que ese número corresponde al permiso de un minisúper, no a un registro sanitario para alimentos. Es decir, le están dando gato por liebre, mae.
Y esto no es cualquier cosita, mi gente. Significa que nadie sabe dónde ni cómo están haciendo esos panes y demás. No hay garantías de que cumplan con las normas de higiene y seguridad. ¿Te imaginas la posibilidad de estar comiendo algo que podría enfermarnos? ¡Me da escalofríos solamente de pensarlo! La ley es clara, señores: si no tiene registro sanitario, ¡no debería estar en los anaqueles!
Para ponerle pausa a tanta incertidumbre, el Ministerio de Salud hizo unas recomendaciones bien claras: primero, evitar a toda costa comprar o consumir productos de la Panadería Vega con ese registro dudoso. Segundo, si ya tienes productos de esa marca en casa, ¡directo a la basura! No vale la pena arriesgarse. Tercero, si ves a algún vendedor ambulante o negocio ofreciendo estos productos, denúncialo. Puedes ir al Área Rectora de Salud más cercana o mandar un correo a [email protected]. ¡Que no haya impunidad!
Este tipo de situaciones nos recuerdan la importancia de estar siempre alerta como consumidores. No basta con que un producto se vea rico; tenemos derecho a saber que cumple con todos los requisitos de sanidad. Es responsabilidad tanto del gobierno como de las empresas garantizar la calidad de los alimentos que llegan a nuestras mesas. Y nosotros, como ciudadanos, debemos exigir eso, ¿eh?
Lo que me preocupa, aparte del posible riesgo para la salud, es el impacto económico que esto puede tener en la Panadería Vega. Uno entiende que pueden haber errores, que a veces se complica cumplir con todo el papeleo, pero meterse en un brete así, vendiendo productos ilegales… ¡qué sal! Esperemos que puedan resolver la situación pronto y ponerse al día con las regulaciones.
De hecho, no es la primera vez que escuchamos casos así. Parece que algunas panaderías o pequeños negocios intentan ahorrar dinero evitando los registros sanitarios, poniendo en peligro la salud pública. Las autoridades deberían redoblar esfuerzos para fiscalizar y asegurar que todos cumplen con la ley. Un país seguro es un país donde sabemos qué estamos comiendo, chunches.
Ahora dime, ¿crees que las multas y sanciones actuales son suficientes para disuadir a estos negocios de vender productos sin registro sanitario, o deberíamos endurecer las leyes para proteger la salud de los costarricenses? Déjanos tus opiniones en los comentarios, ¡me interesa mucho saber qué piensas tú también!
Según nos explican desde el Ministerio, la onda es que estos productos –quesadillas, pan casero, bollas, pupusas, pa’l lote completo– llevan un número de registro que parece oficial (1352-2021), pero resulta que ese número corresponde al permiso de un minisúper, no a un registro sanitario para alimentos. Es decir, le están dando gato por liebre, mae.
Y esto no es cualquier cosita, mi gente. Significa que nadie sabe dónde ni cómo están haciendo esos panes y demás. No hay garantías de que cumplan con las normas de higiene y seguridad. ¿Te imaginas la posibilidad de estar comiendo algo que podría enfermarnos? ¡Me da escalofríos solamente de pensarlo! La ley es clara, señores: si no tiene registro sanitario, ¡no debería estar en los anaqueles!
Para ponerle pausa a tanta incertidumbre, el Ministerio de Salud hizo unas recomendaciones bien claras: primero, evitar a toda costa comprar o consumir productos de la Panadería Vega con ese registro dudoso. Segundo, si ya tienes productos de esa marca en casa, ¡directo a la basura! No vale la pena arriesgarse. Tercero, si ves a algún vendedor ambulante o negocio ofreciendo estos productos, denúncialo. Puedes ir al Área Rectora de Salud más cercana o mandar un correo a [email protected]. ¡Que no haya impunidad!
Este tipo de situaciones nos recuerdan la importancia de estar siempre alerta como consumidores. No basta con que un producto se vea rico; tenemos derecho a saber que cumple con todos los requisitos de sanidad. Es responsabilidad tanto del gobierno como de las empresas garantizar la calidad de los alimentos que llegan a nuestras mesas. Y nosotros, como ciudadanos, debemos exigir eso, ¿eh?
Lo que me preocupa, aparte del posible riesgo para la salud, es el impacto económico que esto puede tener en la Panadería Vega. Uno entiende que pueden haber errores, que a veces se complica cumplir con todo el papeleo, pero meterse en un brete así, vendiendo productos ilegales… ¡qué sal! Esperemos que puedan resolver la situación pronto y ponerse al día con las regulaciones.
De hecho, no es la primera vez que escuchamos casos así. Parece que algunas panaderías o pequeños negocios intentan ahorrar dinero evitando los registros sanitarios, poniendo en peligro la salud pública. Las autoridades deberían redoblar esfuerzos para fiscalizar y asegurar que todos cumplen con la ley. Un país seguro es un país donde sabemos qué estamos comiendo, chunches.
Ahora dime, ¿crees que las multas y sanciones actuales son suficientes para disuadir a estos negocios de vender productos sin registro sanitario, o deberíamos endurecer las leyes para proteger la salud de los costarricenses? Déjanos tus opiniones en los comentarios, ¡me interesa mucho saber qué piensas tú también!