¡Ay, Dios mío! Aquí la cosa se puso rara este lunes en la entrada a Cuajimiquil. Resulta que un pobre tucán de pico amarillo, esas aves que nos hacen sentir orgullosos de nuestra biodiversidad, terminó estrellándose contra un carro. Sí, así como lo leen, un tucán versus un vehículo en movimiento. Parece sacado de película, pero pasó acá mismo, en nuestro terruño.
Según nos cuentan desde la Fuerza Pública de Sarapiquí, la llamada llegó temprano. Imaginen la escena: oficiales moviéndose entre el tráfico y buscando un pajarito herido. Lo primero que hicieron, como buenos profesionales que son, fue asegurar el área para que el pobre animal no terminara siendo pisoteado. Un alivio que reaccionaron rápido porque estos animales son súper delicados y cualquier golpe puede ser fatal.
Al llegar al lugar, el tucán estaba medio aturdido, con algunas heridas visibles. No daba ni pena verlo, ahí, solito y confundido. Pero gracias a Dios, los oficiales no dudaron en pedir ayuda y contactaron al Centro de Rescate Tucán. Ellos, que siempre andan pilas rescatando fauna silvestre, llegaron rapidísimo al rescate y se llevaron al mágnum al centro especializado.
Y hablando del Centro de Rescate Tucán, ahí le dieron toda la atención que necesitaba. Le hicieron unos exámenes, limpiaron sus heridas y le están dando un tratamiento especial para que se recupere pronto. Por lo que nos reportan, el tucán está evolucionando favorablemente, dice el doctor, así que hay esperanza de que regrese a volar por nuestros bosques sanito y contento. ¡Qué bueno!
Pero esto también nos sirve para recordarnos a todos, conductores y peatones, que debemos tener mucho cuidado en nuestras carreteras, especialmente en zonas rurales como Sarapiquí. Ahí, el mae se topa de todo: venados, monos, iguanas… ¡hasta tucanes! Así que, a bajar la velocidad y estar siempre alerta, porfa. Piensen en los animales, ellos no tienen la culpa de andar compartiendo espacio con nosotros.
Además, la situación nos obliga a reflexionar sobre cómo estamos afectando los ecosistemas. La deforestación, la contaminación y el cambio climático están poniendo en peligro la vida de muchas especies, incluyendo estas aves hermosas que tanto nos gustan. Tenemos que cuidarlas más, porque si ellas no están bien, nosotros tampoco lo estaremos.
Por cierto, este caso me recordó aquella vez que mi abuela vio un perezoso cruzando la calle en mitad del día. ¡Se quedó paralizada del susto! Dijo que era señal de que el mundo se estaba acabando. Yo creo que es una señal de que tenemos que tomar cartas en el asunto y empezar a proteger nuestro patrimonio natural antes de que sea demasiado tarde. Ya saben, ¡la Pura Vida no se vive sola, sino en armonía con la naturaleza!
En fin, esperemos que este tucán se recupere pronto y vuelva a desplegar sus colores vibrantes en nuestros cielos. Pero me pregunto: ¿qué medidas concretas deberíamos implementar para reducir los accidentes entre vehículos y fauna silvestre en nuestras carreteras y garantizar la seguridad de ambos?
Según nos cuentan desde la Fuerza Pública de Sarapiquí, la llamada llegó temprano. Imaginen la escena: oficiales moviéndose entre el tráfico y buscando un pajarito herido. Lo primero que hicieron, como buenos profesionales que son, fue asegurar el área para que el pobre animal no terminara siendo pisoteado. Un alivio que reaccionaron rápido porque estos animales son súper delicados y cualquier golpe puede ser fatal.
Al llegar al lugar, el tucán estaba medio aturdido, con algunas heridas visibles. No daba ni pena verlo, ahí, solito y confundido. Pero gracias a Dios, los oficiales no dudaron en pedir ayuda y contactaron al Centro de Rescate Tucán. Ellos, que siempre andan pilas rescatando fauna silvestre, llegaron rapidísimo al rescate y se llevaron al mágnum al centro especializado.
Y hablando del Centro de Rescate Tucán, ahí le dieron toda la atención que necesitaba. Le hicieron unos exámenes, limpiaron sus heridas y le están dando un tratamiento especial para que se recupere pronto. Por lo que nos reportan, el tucán está evolucionando favorablemente, dice el doctor, así que hay esperanza de que regrese a volar por nuestros bosques sanito y contento. ¡Qué bueno!
Pero esto también nos sirve para recordarnos a todos, conductores y peatones, que debemos tener mucho cuidado en nuestras carreteras, especialmente en zonas rurales como Sarapiquí. Ahí, el mae se topa de todo: venados, monos, iguanas… ¡hasta tucanes! Así que, a bajar la velocidad y estar siempre alerta, porfa. Piensen en los animales, ellos no tienen la culpa de andar compartiendo espacio con nosotros.
Además, la situación nos obliga a reflexionar sobre cómo estamos afectando los ecosistemas. La deforestación, la contaminación y el cambio climático están poniendo en peligro la vida de muchas especies, incluyendo estas aves hermosas que tanto nos gustan. Tenemos que cuidarlas más, porque si ellas no están bien, nosotros tampoco lo estaremos.
Por cierto, este caso me recordó aquella vez que mi abuela vio un perezoso cruzando la calle en mitad del día. ¡Se quedó paralizada del susto! Dijo que era señal de que el mundo se estaba acabando. Yo creo que es una señal de que tenemos que tomar cartas en el asunto y empezar a proteger nuestro patrimonio natural antes de que sea demasiado tarde. Ya saben, ¡la Pura Vida no se vive sola, sino en armonía con la naturaleza!
En fin, esperemos que este tucán se recupere pronto y vuelva a desplegar sus colores vibrantes en nuestros cielos. Pero me pregunto: ¿qué medidas concretas deberíamos implementar para reducir los accidentes entre vehículos y fauna silvestre en nuestras carreteras y garantizar la seguridad de ambos?
