Mae, ¿se acuerdan del trecho ese medio abandonado entre el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa y el corazón de La California? Ese pedazo que uno pasaba casi que corriendo para llegar a algún lado. Pues bueno, parece que esa vara por fin va a tener forma y se va a convertir en un espacio público en toda la regla. La Municipalidad de San José, con Diego Miranda a la cabeza, acaba de soltar la sopa: el nuevo bulevar que conecta toda esa zona estará listo para el próximo mes de septiembre. ¡Qué chiva! Justo a tiempo para las fiestas patrias, para ir a darse una vuelta después de ver los desfiles y sentirse en una ciudad un toque más ordenada.
Y no crean que esto es solo una "mano de gato" o una capa de asfalto nueva. Para nada. El brete, que se le adjudicó a la empresa Pedregal, implicó una inversión de ¢865 melones, que no es cualquier harina. Según el reporte, le metieron con todo: una superficie de adoquines que le da otro aire, mobiliario urbano nuevo (ojalá la gente lo cuide, ¿verdad?), una mejora al sistema pluvial para que no se convierta en una piscina con el primer baldazo de la tarde, y toda la señalización renovada. O sea, es un proyecto pensado para que caminar por ahí sea una experiencia completamente distinta. La idea es que uno pueda ir desde el congreso hasta calle 21 sintiéndose en un espacio seguro, limpio y diseñado para la gente, no solo para los carros.
Ahora, vamos a lo que a todos nos interesa: el chisme. Como en todo proyecto de este calibre, hubo sus contratiempos. La obra se atrasó unos cuantos meses respecto al plan original. Y uno, que ya está curado de espantos, de una vez piensa: "¡Listo, fijo nos costó un ojo de la cara ese atraso!". Pero aquí viene la sorpresa. Según el propio alcalde Miranda, y esto sí es de aplaudir si es así, la situación no generó sobrecostos para la Municipalidad. El mismo alcalde explicó que no han hecho la inauguración oficial con bombos y platillos porque quieren aprovechar el marco de las fiestas patrias para estrenarlo con actividades y que el espacio público cobre vida desde el primer día. Una jugada inteligente, la verdad.
El proyecto es más grande de lo que parece y se dividió en dos partes. La primera, que es la que está a punto de caramelo, es el bulevar 100% peatonal que va desde la Asamblea hasta el famoso Bar La Flota, en La Cali. Un corredor que promete ser un desahogo en una de las zonas con más movimiento de la capital. La segunda fase de la vara es un tramo de 600 metros que será de uso mixto, o sea, para peatones y vehículos, y que irá desde la antigua Soda Chelles hasta el Museo de Jade. Esto pinta como parte de esa movida de recuperar Chepe para la gente, ¿no creen? Quitarle un poco de protagonismo al carro y dárselo a los que andamos a pata, que al final somos la mayoría.
La verdad, ¡qué tuanis que se estén haciendo estos bretes! Uno a veces se queja, y con razón, de que Chepe está descuidado o que es un caos, pero cuando se concretan proyectos así, que conectan puntos clave de la ciudad y le dan un respiro a la gente, diay, da gusto. Un bulevar bien hecho puede cambiarle la dinámica a todo un barrio, atraer comercio, turismo y, lo más importante, hacer que los mismos ticos queramos pasar más tiempo en nuestra capital. Se siente como un paso en la dirección correcta para tener una ciudad más humana y caminable. Ojalá sea el primero de muchos chunches así.
Ahora la pregunta del millón, maes: ¿Creen que de verdad vamos a aprovechar estos nuevos espacios como ciudadanos? ¿O se va a convertir en otro lugar de paso sin alma? ¿Qué tipo de actividades les gustaría ver ahí para que la vara de verdad pegue y se sienta viva?
Y no crean que esto es solo una "mano de gato" o una capa de asfalto nueva. Para nada. El brete, que se le adjudicó a la empresa Pedregal, implicó una inversión de ¢865 melones, que no es cualquier harina. Según el reporte, le metieron con todo: una superficie de adoquines que le da otro aire, mobiliario urbano nuevo (ojalá la gente lo cuide, ¿verdad?), una mejora al sistema pluvial para que no se convierta en una piscina con el primer baldazo de la tarde, y toda la señalización renovada. O sea, es un proyecto pensado para que caminar por ahí sea una experiencia completamente distinta. La idea es que uno pueda ir desde el congreso hasta calle 21 sintiéndose en un espacio seguro, limpio y diseñado para la gente, no solo para los carros.
Ahora, vamos a lo que a todos nos interesa: el chisme. Como en todo proyecto de este calibre, hubo sus contratiempos. La obra se atrasó unos cuantos meses respecto al plan original. Y uno, que ya está curado de espantos, de una vez piensa: "¡Listo, fijo nos costó un ojo de la cara ese atraso!". Pero aquí viene la sorpresa. Según el propio alcalde Miranda, y esto sí es de aplaudir si es así, la situación no generó sobrecostos para la Municipalidad. El mismo alcalde explicó que no han hecho la inauguración oficial con bombos y platillos porque quieren aprovechar el marco de las fiestas patrias para estrenarlo con actividades y que el espacio público cobre vida desde el primer día. Una jugada inteligente, la verdad.
El proyecto es más grande de lo que parece y se dividió en dos partes. La primera, que es la que está a punto de caramelo, es el bulevar 100% peatonal que va desde la Asamblea hasta el famoso Bar La Flota, en La Cali. Un corredor que promete ser un desahogo en una de las zonas con más movimiento de la capital. La segunda fase de la vara es un tramo de 600 metros que será de uso mixto, o sea, para peatones y vehículos, y que irá desde la antigua Soda Chelles hasta el Museo de Jade. Esto pinta como parte de esa movida de recuperar Chepe para la gente, ¿no creen? Quitarle un poco de protagonismo al carro y dárselo a los que andamos a pata, que al final somos la mayoría.
La verdad, ¡qué tuanis que se estén haciendo estos bretes! Uno a veces se queja, y con razón, de que Chepe está descuidado o que es un caos, pero cuando se concretan proyectos así, que conectan puntos clave de la ciudad y le dan un respiro a la gente, diay, da gusto. Un bulevar bien hecho puede cambiarle la dinámica a todo un barrio, atraer comercio, turismo y, lo más importante, hacer que los mismos ticos queramos pasar más tiempo en nuestra capital. Se siente como un paso en la dirección correcta para tener una ciudad más humana y caminable. Ojalá sea el primero de muchos chunches así.
Ahora la pregunta del millón, maes: ¿Creen que de verdad vamos a aprovechar estos nuevos espacios como ciudadanos? ¿O se va a convertir en otro lugar de paso sin alma? ¿Qué tipo de actividades les gustaría ver ahí para que la vara de verdad pegue y se sienta viva?