¡Ay, Dios mío, qué chimba esto! Así amanecimos hoy, con más de 66 mil estudiantes de sexto grado sudorosos, nerviosos y comiéndose las uñas porque arrancaron las Pruebas Nacionales Estandarizadas. Ya saben, la que define si pasan o no a séptimo, ¡qué brete!
Parece mentira, pero ya casi terminamos este ciclo escolar. Imagínate, 66,496 críos de 3,779 escuelas, tanto públicas como privadas, metidos en la tarea de demostrar que sí aprendieron algo en estos seis años. Y ni hablar de los que necesitan un empujoncito extra – cerca de 18,242 estudiantes recibirán apoyos especiales: pruebas en braile, tutores especialistas, letras más grandes y hasta más tiempo. Esto demuestra que el Ministerio de Educación está intentando ponerle atención a todos, aunque siempre hay controversia sobre si estas pruebas realmente miden lo que dicen medir.
Las pruebas van a ir por componentes, pa’ que no se agobien de golpe. Empezaron hoy mismo con Estudios Sociales, mañana es de Matemáticas, el jueves toca Español y cierran el telón el viernes con Ciencias. Un maratón intelectual, vamos. Lo bueno es que la mayoría va a hacer la prueba tanto en papel como en computadora, dependiendo de cómo esté el equipamiento de cada escuela y también considerando el clima, ¡porque aquí nunca sabemos qué nos puede tocar! Una tormenta repentina puede arruinarte el día…y la prueba.
Ahora, atención: esta prueba no es cualquier vaina, es sumativa. Esto significa que le dan un peso considerable a la nota final. El Consejo Superior de Educación (CSE) decidió que vale el 50% de la nota final, mientras que el otro 50% viene del trabajo diario en el salón de clases. Esta decisión aplica tanto para primaria como para secundaria, así que a los de sétimo también les tocará sudar la gota gorda. Ya ni hablemos de los padres, que andan más estresados que loro en jaula.
Pero ojo, no todo es estrés y presión. En marzo ya hicieron una prueba diagnóstica, pa' ver cómo les estaba quedando a los niños. Con esos resultados, los profes pudieron enfocarse en lo que cada quien necesitaba reforzar. Eso sí, hubo algunos quejumbros de que la prueba diagnóstica era muy larga y difícil... ¡pero bueno, eso es lo de siempre! La idea es que ahora, con toda esta preparación, los nenes estén listos para darle con todo.
La Dirección de Gestión de la Calidad (DGEC) se lució preparando materiales en línea para que los niños practicaran y se familiarizaran con el tipo de preguntas que les iban a llegar. Dijeron que fueron hechos a medida para ayudarles a tener confianza y a sentirse seguros. Espero que sirvan, la verdad, porque el nerviosismo puede jugarles una mala pasada. Verlos pensar y esforzarse es algo admirable, independientemente del resultado.
La Escuela Pilar Jiménez Solís, allá por San José Norte, tuvo el honor de dar el puntapié inicial a estas pruebas. Ahí, 122 estudiantes demostraron que estaban listos para enfrentar el reto. Fue un momento simbólico, de esperanza y de expectativa por el futuro de estos jóvenes ticos. Uno esperaría que las autoridades pusieran más recursos en todas las escuelas, pero bueno, ahí va la cosa... Siempre hay prioridades diferentes.
En fin, los pequeños ya entraron en calor. Ahora me pregunto: ¿Ustedes creen que esta insistencia en las pruebas nacionales realmente prepara mejor a nuestros niños para el futuro, o estamos poniendo demasiada presión en ellos desde temprana edad? ¿Sería más útil invertir en mejorar la calidad de la enseñanza diaria en lugar de depender tanto de evaluaciones estandarizadas? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Parece mentira, pero ya casi terminamos este ciclo escolar. Imagínate, 66,496 críos de 3,779 escuelas, tanto públicas como privadas, metidos en la tarea de demostrar que sí aprendieron algo en estos seis años. Y ni hablar de los que necesitan un empujoncito extra – cerca de 18,242 estudiantes recibirán apoyos especiales: pruebas en braile, tutores especialistas, letras más grandes y hasta más tiempo. Esto demuestra que el Ministerio de Educación está intentando ponerle atención a todos, aunque siempre hay controversia sobre si estas pruebas realmente miden lo que dicen medir.
Las pruebas van a ir por componentes, pa’ que no se agobien de golpe. Empezaron hoy mismo con Estudios Sociales, mañana es de Matemáticas, el jueves toca Español y cierran el telón el viernes con Ciencias. Un maratón intelectual, vamos. Lo bueno es que la mayoría va a hacer la prueba tanto en papel como en computadora, dependiendo de cómo esté el equipamiento de cada escuela y también considerando el clima, ¡porque aquí nunca sabemos qué nos puede tocar! Una tormenta repentina puede arruinarte el día…y la prueba.
Ahora, atención: esta prueba no es cualquier vaina, es sumativa. Esto significa que le dan un peso considerable a la nota final. El Consejo Superior de Educación (CSE) decidió que vale el 50% de la nota final, mientras que el otro 50% viene del trabajo diario en el salón de clases. Esta decisión aplica tanto para primaria como para secundaria, así que a los de sétimo también les tocará sudar la gota gorda. Ya ni hablemos de los padres, que andan más estresados que loro en jaula.
Pero ojo, no todo es estrés y presión. En marzo ya hicieron una prueba diagnóstica, pa' ver cómo les estaba quedando a los niños. Con esos resultados, los profes pudieron enfocarse en lo que cada quien necesitaba reforzar. Eso sí, hubo algunos quejumbros de que la prueba diagnóstica era muy larga y difícil... ¡pero bueno, eso es lo de siempre! La idea es que ahora, con toda esta preparación, los nenes estén listos para darle con todo.
La Dirección de Gestión de la Calidad (DGEC) se lució preparando materiales en línea para que los niños practicaran y se familiarizaran con el tipo de preguntas que les iban a llegar. Dijeron que fueron hechos a medida para ayudarles a tener confianza y a sentirse seguros. Espero que sirvan, la verdad, porque el nerviosismo puede jugarles una mala pasada. Verlos pensar y esforzarse es algo admirable, independientemente del resultado.
La Escuela Pilar Jiménez Solís, allá por San José Norte, tuvo el honor de dar el puntapié inicial a estas pruebas. Ahí, 122 estudiantes demostraron que estaban listos para enfrentar el reto. Fue un momento simbólico, de esperanza y de expectativa por el futuro de estos jóvenes ticos. Uno esperaría que las autoridades pusieran más recursos en todas las escuelas, pero bueno, ahí va la cosa... Siempre hay prioridades diferentes.
En fin, los pequeños ya entraron en calor. Ahora me pregunto: ¿Ustedes creen que esta insistencia en las pruebas nacionales realmente prepara mejor a nuestros niños para el futuro, o estamos poniendo demasiada presión en ellos desde temprana edad? ¿Sería más útil invertir en mejorar la calidad de la enseñanza diaria en lugar de depender tanto de evaluaciones estandarizadas? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
