¡Ay, Dios mío! Aquí nos vamos con un brete más en el Congreso, pero esta vez defendiendo algo que sí vale la pena: nuestro glorioso Queso Turrialba. Resulta que ya hay un proyecto de ley buscando darle denominación de origen, pa' que no le metan mano esos coyotes que quieren vender queso chino como si fuera el verdadero.
Pa’ entender la magnitud de esto, hay que saber que un queso con denominación de origen es como tener un sello de garantía pura. Significa que ese queso es único porque viene de una zona específica – en este caso, Santa Cruz de Turrialba – y que sus sabores y texturas tienen que ver con la tierra, el clima y hasta la raza del ganado. No es cualquier quesito, ¡eh!
La diputada Rosaura Méndez Gamboa, quién maneja ese tema desde el partido liberacionista, ha dicho que este proyecto es fundamental para fortalecer la economía de Turrialba. “Busca proteger a nuestros productores”, declaró, “y también castigar a aquellos que se atrevan a usar el nombre ‘Queso Turrialba’ para vender productos que ni huelen a queso de verdad”. ¡Y así debe ser, diay!”, añadió con énfasis.
El documento del proyecto especifica a detalle qué necesita un queso pa’ poder llamarse “Turrialba”. Leche de vaca Jersey, Guernsey o sus mezclas, producida a más de 900 metros sobre el nivel del mar en las faldas del Volcán Turrialba... ¡Eso no es cualquier cosa! Además, prohíbe terminantemente que cualquier queso que no cumpla con estas condiciones se aproveche del prestigio del original.
Mario Alberto Monge Chacón, quien lidera el Consejo Regulador del Queso Turrialba y la ASOPROA, está eufórico. Según él, “esto va a dar tranquilidad a los productores”. Con esta ley, tendrán la certeza de que su esfuerzo será reconocido y que nadie podrá sacar provecho vendiendo imitaciones baratas. “Ni el tipo, ni parecido, ni semejante podrán aparecer en anuncios de queso Turrialba”, sentenció con contundencia. ¡Ya era hora!
Pero ojo, que esto no es solo un tema de proteger la marca. También implica asegurar la calidad del queso. Se creará una asociación que vigilará de cerca todo el proceso productivo, desde la leche hasta el empaque final. Esa asociación tendrá el poder de sancionar a quienes intenten saltarse las reglas. Imaginen, ¡podrían incluso clausurar fábricas que estén haciendo trampas!
Algunos expertos han señalado que esta iniciativa es importante para otros productos típicos de Costa Rica, como el café Tarrazú o el palmito de Talamanca. Si funciona bien con el queso Turrialba, podría servir de modelo para proteger otras joyas gastronómicas nacionales. Sería una carga tremenda para la identidad nacional, y un empujón para la economía local.
Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que esta ley es el camino correcto para defender nuestros productos típicos? ¿O sería preferible apostar por otras estrategias, como campañas de promoción o programas de educación al consumidor? ¡Demos el rollo en los comentarios y cuéntenme qué piensan!
Pa’ entender la magnitud de esto, hay que saber que un queso con denominación de origen es como tener un sello de garantía pura. Significa que ese queso es único porque viene de una zona específica – en este caso, Santa Cruz de Turrialba – y que sus sabores y texturas tienen que ver con la tierra, el clima y hasta la raza del ganado. No es cualquier quesito, ¡eh!
La diputada Rosaura Méndez Gamboa, quién maneja ese tema desde el partido liberacionista, ha dicho que este proyecto es fundamental para fortalecer la economía de Turrialba. “Busca proteger a nuestros productores”, declaró, “y también castigar a aquellos que se atrevan a usar el nombre ‘Queso Turrialba’ para vender productos que ni huelen a queso de verdad”. ¡Y así debe ser, diay!”, añadió con énfasis.
El documento del proyecto especifica a detalle qué necesita un queso pa’ poder llamarse “Turrialba”. Leche de vaca Jersey, Guernsey o sus mezclas, producida a más de 900 metros sobre el nivel del mar en las faldas del Volcán Turrialba... ¡Eso no es cualquier cosa! Además, prohíbe terminantemente que cualquier queso que no cumpla con estas condiciones se aproveche del prestigio del original.
Mario Alberto Monge Chacón, quien lidera el Consejo Regulador del Queso Turrialba y la ASOPROA, está eufórico. Según él, “esto va a dar tranquilidad a los productores”. Con esta ley, tendrán la certeza de que su esfuerzo será reconocido y que nadie podrá sacar provecho vendiendo imitaciones baratas. “Ni el tipo, ni parecido, ni semejante podrán aparecer en anuncios de queso Turrialba”, sentenció con contundencia. ¡Ya era hora!
Pero ojo, que esto no es solo un tema de proteger la marca. También implica asegurar la calidad del queso. Se creará una asociación que vigilará de cerca todo el proceso productivo, desde la leche hasta el empaque final. Esa asociación tendrá el poder de sancionar a quienes intenten saltarse las reglas. Imaginen, ¡podrían incluso clausurar fábricas que estén haciendo trampas!
Algunos expertos han señalado que esta iniciativa es importante para otros productos típicos de Costa Rica, como el café Tarrazú o el palmito de Talamanca. Si funciona bien con el queso Turrialba, podría servir de modelo para proteger otras joyas gastronómicas nacionales. Sería una carga tremenda para la identidad nacional, y un empujón para la economía local.
Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que esta ley es el camino correcto para defender nuestros productos típicos? ¿O sería preferible apostar por otras estrategias, como campañas de promoción o programas de educación al consumidor? ¡Demos el rollo en los comentarios y cuéntenme qué piensan!