Maes, a veces uno lee noticias que parecen sacadas de una serie de Netflix, pero no, esto es la pura y santa realidad tica. Pónganle atención a esta vara: José Miguel Villalobos, el abogado que todo el mundo conoce por ser amigo confeso del presi Chaves y que ahora se postula para diputado con el nuevo partido del oficialismo, el PPSO, está en el ojo del huracán. ¿La razón? Se mandó a defender a un mae llamado Gredy Esquivel, quien, según el OIJ, no es cualquier pintado en la pared. El tipo es sospechoso de ser una pieza de alto calibre en el engranaje de una red narco que movía droga y lavaba plata entre Costa Rica, Colombia y México. ¡Qué despiche!
La cosa es así: a este Esquivel lo investigan como uno de los operadores logísticos del famoso 'Caso Pana'. Según el expediente judicial, el mae era el encargado de coordinar los pagos y el movimiento de la harina (cocaína, para los que no están en la jugada) a nivel internacional. ¿Cómo lo saben? Diay, porque cuando lo detuvieron en agosto del 2024, le quitaron el chunche (el celular) y se encontraron el tesoro. Tenía un chat encriptado en una aplicación llamada Threema, de esas que usan los que de verdad no quieren que los encuentren, donde coordinaba todo el brete sucio bajo el alias de 'Bert K'.
Y el OIJ no está bateando. En esos chats, a los que CRHoy tuvo acceso, la vara se pone color de hormiga. Hay conversaciones con otro sujeto, 'Popeye', donde cuadran pagos en Bogotá y en el DF mexicano por cargamentos de hasta 250 'paquetes'. Y no, no eran paquetes de galletas. Incluso, el mismo Esquivel compartió en el chat un link de Instagram de un decomiso de 250 kilos de coca en Chiriquí, Panamá, como quien reporta que se cayó una venta. Para rematar, en otra conversación mandan la foto de un paquete de coca con un troquel de estrella, como para mostrar la 'calidad del producto'. Esto no es un juego, es una operación criminal a gran escala.
Pero el despiche no para ahí. La legitimación de capitales es la otra mitad del pastel. En otras conversaciones, esta vez con su propio hermano César (a quien, por cierto, también defiende Villalobos), se ponen de acuerdo para esconder plata. El audio es de película: "Men, hágame un favor, ahí por el mueble del desayunador... hay una garrafa... ahí adentro hay una plata, tráigamela". Hablaban de contar "documentos" de 130 "hojas", que al final eran 13 fajos de billetes. O sea, la plata era tanta que ni la podían meter al banco y tenían que guardarla en garrafas de leche. Una trama digna de los mejores guionistas de Hollywood, pero con el sello de Pérez Zeledón.
Y aquí es donde todo se conecta y la torta se hace más grande. No estamos hablando de cualquier abogado. Es José Miguel Villalobos. Una figura pública, aspirante a una curul en la Asamblea Legislativa con el partido que se autoproclama 'soberano' y que es la nueva casa política del chavismo. El derecho a la defensa es sagrado, nadie lo discute. Pero la elección de clientes también envía un mensaje. ¿Qué mensaje envía un futuro 'padre de la patria' al tomar un caso con pruebas tan contundentes de narcotráfico y lavado de dinero a una escala tan masiva? ¿Es pura casualidad o hay algo más que no estamos viendo?
Ahora se los tiro a ustedes, maes. Más allá del principio de que todo mundo merece un abogado, ¿les parece ético o simplemente 'normal' que un candidato a diputado por un partido tan mediático se meta a defender a una presunta ficha clave del narco internacional? ¿Esto mancha la imagen del PPSO desde antes de nacer o es simplemente 'brete es brete'? Cuenten qué piensan, que el foro está abierto.
La cosa es así: a este Esquivel lo investigan como uno de los operadores logísticos del famoso 'Caso Pana'. Según el expediente judicial, el mae era el encargado de coordinar los pagos y el movimiento de la harina (cocaína, para los que no están en la jugada) a nivel internacional. ¿Cómo lo saben? Diay, porque cuando lo detuvieron en agosto del 2024, le quitaron el chunche (el celular) y se encontraron el tesoro. Tenía un chat encriptado en una aplicación llamada Threema, de esas que usan los que de verdad no quieren que los encuentren, donde coordinaba todo el brete sucio bajo el alias de 'Bert K'.
Y el OIJ no está bateando. En esos chats, a los que CRHoy tuvo acceso, la vara se pone color de hormiga. Hay conversaciones con otro sujeto, 'Popeye', donde cuadran pagos en Bogotá y en el DF mexicano por cargamentos de hasta 250 'paquetes'. Y no, no eran paquetes de galletas. Incluso, el mismo Esquivel compartió en el chat un link de Instagram de un decomiso de 250 kilos de coca en Chiriquí, Panamá, como quien reporta que se cayó una venta. Para rematar, en otra conversación mandan la foto de un paquete de coca con un troquel de estrella, como para mostrar la 'calidad del producto'. Esto no es un juego, es una operación criminal a gran escala.
Pero el despiche no para ahí. La legitimación de capitales es la otra mitad del pastel. En otras conversaciones, esta vez con su propio hermano César (a quien, por cierto, también defiende Villalobos), se ponen de acuerdo para esconder plata. El audio es de película: "Men, hágame un favor, ahí por el mueble del desayunador... hay una garrafa... ahí adentro hay una plata, tráigamela". Hablaban de contar "documentos" de 130 "hojas", que al final eran 13 fajos de billetes. O sea, la plata era tanta que ni la podían meter al banco y tenían que guardarla en garrafas de leche. Una trama digna de los mejores guionistas de Hollywood, pero con el sello de Pérez Zeledón.
Y aquí es donde todo se conecta y la torta se hace más grande. No estamos hablando de cualquier abogado. Es José Miguel Villalobos. Una figura pública, aspirante a una curul en la Asamblea Legislativa con el partido que se autoproclama 'soberano' y que es la nueva casa política del chavismo. El derecho a la defensa es sagrado, nadie lo discute. Pero la elección de clientes también envía un mensaje. ¿Qué mensaje envía un futuro 'padre de la patria' al tomar un caso con pruebas tan contundentes de narcotráfico y lavado de dinero a una escala tan masiva? ¿Es pura casualidad o hay algo más que no estamos viendo?
Ahora se los tiro a ustedes, maes. Más allá del principio de que todo mundo merece un abogado, ¿les parece ético o simplemente 'normal' que un candidato a diputado por un partido tan mediático se meta a defender a una presunta ficha clave del narco internacional? ¿Esto mancha la imagen del PPSO desde antes de nacer o es simplemente 'brete es brete'? Cuenten qué piensan, que el foro está abierto.