¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, a pocos días de Navidad y con la campaña presidencial a tope. Parecía que íbamos a terminar con los parlantes a todo volumen y los carteles pegados en cada esquina, pero bueno, parece que alguien escuchó mis rezos (y los de muchos otros), porque llegó la famosa Tregua Navideña. Ya saben, ese periodo de calma chicha donde los candidatos tienen que bajarle un poquito al ritmo y dejar que la gente disfrute las fiestas sin sentir que les están haciendo publicidad cada cinco minutos.
Para los que no estén muy pejos con el tema, la Tregua Navideña es una especie de acuerdo tácito (y legalmente respaldado, eh) que se aplica desde el 16 de diciembre hasta el 1 de enero. La idea es sencilla: darle un respiro a la población de tanta propaganda política, para que puedan enfocarse en celebrar con sus familias y amigos, sin tener que lidiar con discursos interminables y promesas que sabemos bien que difícilmente se cumplen. Es como si le pusieran freno a un carro que iba cuesta abajo a toda velocidad.
Ahora, no crean que esto significa que los candidatos van a desaparecer mágicamente. ¡Claro que no! La ley dice explícitamente qué cosas sí pueden hacer y cuáles están terminantemente prohibidas. Por ejemplo, ya no va a poder ver carteles gigantes de los candidatos en cada semáforo, ni escuchar anuncios políticos a cada rato en la radio. Todas esas cosas quedan suspendidas durante la Tregua. ¡Menos mal, porque ya estábamos hartos de escuchar las mismas canciones repetidas mil veces!
Pero ojo, que no todo está prohibido. Los candidatos todavía pueden participar en debates, entrevistas y programas de opinión. También les está permitido andar volteando, es decir, repartiendo volantes y gritándole a la gente para que los escuchen. ¡Tradición pura! Además, cada quien puede lanzar hasta tres mensajes navideños, uno por cada medio: televisión, radio y periódico. Así que preparen sus posavasos, porque seguramente van a estar viendo anuncios festivos de los candidatos mientras esperan su gallito.
Y ahora, la gran pregunta: ¿realmente va a haber paz y armonía durante estos días? Bueno, si nos ponemos a pensar, la historia nos ha enseñado que mantener a los políticos quietos es tarea titánica. Siempre hay algún maestrillo que intenta buscarle la quinta pata al gato, tratando de saltarse las reglas y seguir echando su propaganda por todos lados. Hay que estar muy pendientes, diay, para que no se vayan al traste los esfuerzos por tener unas fiestas tranquilas.
La Superintendencia de Elecciones y Registro Civil (SUNCAE) ha dejado claro que no va a tolerar ninguna infracción a la normativa. Con razón, porque los que se pasen de listo pueden terminar pagando multas millonarias – hablamos de ¢23 millones, ¡una suma considerable! Así que, candidatos, agarren la onda y respeten la Tregua. No sean despistados y eviten meterse en problemas innecesarios.
Este brete de la campaña presidencial ha sido intenso, con propuestas de todo tipo y discusiones acaloradas. Muchos hemos sentido que la información se ha vuelto un chururrismo constante, abrumándonos con datos y opiniones contradictorias. Ahora, con la Tregua Navideña, tenemos la oportunidad de pausar un poco, reflexionar sobre lo que realmente queremos para nuestro país y disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos. Espero que esta pausa sea productiva para todos y nos ayude a tomar decisiones más informadas en las próximas semanas.
Entonces, mias, díganme... ¿creen que los candidatos realmente van a respetar la Tregua Navideña o ya están buscando la forma de sortear las reglas? ¿Cuál creen que será la estrategia más astuta para mantenerse presentes en la mente de los votantes sin caer en sanciones?
Para los que no estén muy pejos con el tema, la Tregua Navideña es una especie de acuerdo tácito (y legalmente respaldado, eh) que se aplica desde el 16 de diciembre hasta el 1 de enero. La idea es sencilla: darle un respiro a la población de tanta propaganda política, para que puedan enfocarse en celebrar con sus familias y amigos, sin tener que lidiar con discursos interminables y promesas que sabemos bien que difícilmente se cumplen. Es como si le pusieran freno a un carro que iba cuesta abajo a toda velocidad.
Ahora, no crean que esto significa que los candidatos van a desaparecer mágicamente. ¡Claro que no! La ley dice explícitamente qué cosas sí pueden hacer y cuáles están terminantemente prohibidas. Por ejemplo, ya no va a poder ver carteles gigantes de los candidatos en cada semáforo, ni escuchar anuncios políticos a cada rato en la radio. Todas esas cosas quedan suspendidas durante la Tregua. ¡Menos mal, porque ya estábamos hartos de escuchar las mismas canciones repetidas mil veces!
Pero ojo, que no todo está prohibido. Los candidatos todavía pueden participar en debates, entrevistas y programas de opinión. También les está permitido andar volteando, es decir, repartiendo volantes y gritándole a la gente para que los escuchen. ¡Tradición pura! Además, cada quien puede lanzar hasta tres mensajes navideños, uno por cada medio: televisión, radio y periódico. Así que preparen sus posavasos, porque seguramente van a estar viendo anuncios festivos de los candidatos mientras esperan su gallito.
Y ahora, la gran pregunta: ¿realmente va a haber paz y armonía durante estos días? Bueno, si nos ponemos a pensar, la historia nos ha enseñado que mantener a los políticos quietos es tarea titánica. Siempre hay algún maestrillo que intenta buscarle la quinta pata al gato, tratando de saltarse las reglas y seguir echando su propaganda por todos lados. Hay que estar muy pendientes, diay, para que no se vayan al traste los esfuerzos por tener unas fiestas tranquilas.
La Superintendencia de Elecciones y Registro Civil (SUNCAE) ha dejado claro que no va a tolerar ninguna infracción a la normativa. Con razón, porque los que se pasen de listo pueden terminar pagando multas millonarias – hablamos de ¢23 millones, ¡una suma considerable! Así que, candidatos, agarren la onda y respeten la Tregua. No sean despistados y eviten meterse en problemas innecesarios.
Este brete de la campaña presidencial ha sido intenso, con propuestas de todo tipo y discusiones acaloradas. Muchos hemos sentido que la información se ha vuelto un chururrismo constante, abrumándonos con datos y opiniones contradictorias. Ahora, con la Tregua Navideña, tenemos la oportunidad de pausar un poco, reflexionar sobre lo que realmente queremos para nuestro país y disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos. Espero que esta pausa sea productiva para todos y nos ayude a tomar decisiones más informadas en las próximas semanas.
Entonces, mias, díganme... ¿creen que los candidatos realmente van a respetar la Tregua Navideña o ya están buscando la forma de sortear las reglas? ¿Cuál creen que será la estrategia más astuta para mantenerse presentes en la mente de los votantes sin caer en sanciones?