¡Ay, Dios mío, qué barbaridad! El caso del gringo Eshraghollah Vatani sigue dando vuelta y vuelta, y parece que la cosa no va a solucionarse rápido. El Juzgado Penal de Heredia, con toda la calma del mundo, le dio tres meses más de prisión preventiva a Brown Reid, Westney y Donaldson Martínez, los sospechosos de haberle quitado la vida al pobre señor.
Para refrescarles la memoria a algunos, este asunto empezó el 19 de mayo cuando el señor Vatani, un ingeniero civil de Dallas, Texas, desapareció en Río Segundo de Alajuela. Pasaron días buscando al mae, hasta que finalmente el 27 de mayo abrieron una investigación para encontrarlo. Un descuido así puede traer más problemas de los que uno quiere admitir, ¡digan lo que digan!
Pues resulta que unos días después, el 5 de junio, el OIJ encontró un cuerpo en Bermejo de Quebradilla, en Cartago. Imagínate la sorpresa del muchacho que cuidaba la finca; ahí apareció el cadáver, atado de pies y manos, ¡parecía sacado de película de terror! Estaba tan podrido que apenas se le notaban unas heridas de bala. ¡Qué sal!
Después de hacerle todas las pruebas necesarias, el OIJ confirmó que el cuerpo era del señor Vatani. Lo reconocieron por la ropa, algunas grabaciones de cámaras de seguridad y, claro, las pruebas forenses no dejaron lugar a dudas. Parece que el hombre tenía mala suerte desde el principio, ¿no?
Ahora sí, vamos al grano de la plata. Se dice que el motivo detrás de todo esto fue el robo. Le quitaron unos $18.000 – ¡unas nuevecito colones!, usaron sus tarjetas de crédito para gastar otros $10.000 en diferentes lugares y, encima, le robaron el carro. Hasta ahora, nadie sabe dónde quedó aparcado el chunche. ¡Qué rata!
Vatani, aunque gringo, era un mae trabajador. Tenía 71 años, nació en Irán y vivía en Dallas. Era ingeniero civil y tenía una empresa de consultorías, así que imagínate el daño que le hicieron a su familia con esto. Siempre hay personas que se creen listas, pero al final terminan metiéndose en un brete del que no pueden salir.
El caso está corriendo bajo el expediente 25-003071-0058-PE, si alguien quiere echarle un ojo más de cerca. Las autoridades todavía andan buscando pistas sobre el carro robado y esperando que aparezcan nuevos testigos que puedan aportar información valiosa. ¡Espero que agarren pronto a esos maes y les den con todo!
En fin, este caso nos deja pensando en cómo, a pesar de vivir en un país tranquilo, la delincuencia sigue poniendo en riesgo la seguridad de todos. ¿Creen ustedes que las autoridades están haciendo lo suficiente para combatir el aumento de crímenes violentos en Costa Rica, o necesitamos medidas más drásticas para sentirnos seguros en nuestras propias casas?
Para refrescarles la memoria a algunos, este asunto empezó el 19 de mayo cuando el señor Vatani, un ingeniero civil de Dallas, Texas, desapareció en Río Segundo de Alajuela. Pasaron días buscando al mae, hasta que finalmente el 27 de mayo abrieron una investigación para encontrarlo. Un descuido así puede traer más problemas de los que uno quiere admitir, ¡digan lo que digan!
Pues resulta que unos días después, el 5 de junio, el OIJ encontró un cuerpo en Bermejo de Quebradilla, en Cartago. Imagínate la sorpresa del muchacho que cuidaba la finca; ahí apareció el cadáver, atado de pies y manos, ¡parecía sacado de película de terror! Estaba tan podrido que apenas se le notaban unas heridas de bala. ¡Qué sal!
Después de hacerle todas las pruebas necesarias, el OIJ confirmó que el cuerpo era del señor Vatani. Lo reconocieron por la ropa, algunas grabaciones de cámaras de seguridad y, claro, las pruebas forenses no dejaron lugar a dudas. Parece que el hombre tenía mala suerte desde el principio, ¿no?
Ahora sí, vamos al grano de la plata. Se dice que el motivo detrás de todo esto fue el robo. Le quitaron unos $18.000 – ¡unas nuevecito colones!, usaron sus tarjetas de crédito para gastar otros $10.000 en diferentes lugares y, encima, le robaron el carro. Hasta ahora, nadie sabe dónde quedó aparcado el chunche. ¡Qué rata!
Vatani, aunque gringo, era un mae trabajador. Tenía 71 años, nació en Irán y vivía en Dallas. Era ingeniero civil y tenía una empresa de consultorías, así que imagínate el daño que le hicieron a su familia con esto. Siempre hay personas que se creen listas, pero al final terminan metiéndose en un brete del que no pueden salir.
El caso está corriendo bajo el expediente 25-003071-0058-PE, si alguien quiere echarle un ojo más de cerca. Las autoridades todavía andan buscando pistas sobre el carro robado y esperando que aparezcan nuevos testigos que puedan aportar información valiosa. ¡Espero que agarren pronto a esos maes y les den con todo!
En fin, este caso nos deja pensando en cómo, a pesar de vivir en un país tranquilo, la delincuencia sigue poniendo en riesgo la seguridad de todos. ¿Creen ustedes que las autoridades están haciendo lo suficiente para combatir el aumento de crímenes violentos en Costa Rica, o necesitamos medidas más drásticas para sentirnos seguros en nuestras propias casas?
