¡Ay, Dios mío! Álvaro Ramírez, el candidato del PLN a diputado por San José, ha soltado una bomba que dejó a muchos con la boca abierta. Resulta que, previo a empezar siquiera su período en la Asamblea Legislativa, ya anda hablando de renunciar a esos chuches que le tocan a los diputados, como los 500 litros de nafta y la línea telefónica gratis. ¡Imagínate, todavía ni le han dado el puesto y ya quiere renunciar a los varos!
Como bien saben, Ramírez está buscando llegar a Cuesta de Moras desde mayo del año que viene, prometiendo abrir el diálogo y sacudirle el polvo a la capital. En una charla que dio para el podcast ‘Costa Rica Decide 2026’ de Diario Extra, este mae nos explicó que su preocupación es que la gente vea estos beneficios como un cachivache que debilita la democracia. Él mismo dice que se considera un político “no tradicional”, alguien que viene del mundo de los organismos internacionales y no de la arena política pura.
Pero vamos por partes. Ramírez pintaba un panorama bastante oscuro de cómo está San José. Según él, vivimos en una ciudad “fea”, principalmente por la falta de atención de la municipalidad en temas clave como seguridad, botes de basura reventados y la indigencia que se vive en cada esquina. Aunque reconoce que algunos de estos bretes tienen que ser resueltos a nivel nacional, insiste en que desde la Asamblea se puede hacer mucho para darle un empujón a la capital.
Lo interesante es que, pese a que el PLN gobernó San José por casi medio siglo, Ramírez no cree que la culpa sea solamente de ellos. Dice que ahora hay que enfocar los esfuerzos en trabajar juntos, en cooperar entre los diferentes entes del Estado. Claramente, este mae está tratando de restarle importancia a la larga historia de poder verdiblanco en la capital, buscando proyectarse como un agente de cambio que trabaja por el bien común, sin importar colores políticos.
Ahora, esto de renunciar a los privilegios es una movida astuta, diay. Ramírez sabe que la gente está harta de ver a los políticos viviendo a lo grande mientras el país está pasando apuros. Al mostrarse dispuesto a dejar ir estas cosas, busca ganarse la simpatía del votante promedio, el que apenas le alcanza pa’ el gallito y el queso. Es una jugada de marketing política muy bien pensada, aunque queda por ver si realmente piensa hacerlo o es solo palabrería pa' la campaña.
Y claro, no podemos olvidar hablar del tema de la seguridad, que es una de las mayores preocupaciones de los josefinos. Ramírez promete ser un defensor incansable de la seguridad ciudadana, impulsando iniciativas para fortalecer la policía y combatir la delincuencia. Pero, como siempre, la pregunta es: ¿cómo va a lograrlo sin aumentar los impuestos o comprometer los derechos humanos?
En fin, Ramírez está haciendo ruido con sus propuestas y su discurso “no tradicional”. Su planteamiento de renunciar a los privilegios diputacionales ha generado controversia y curiosidad a partes iguales. Veremos si logra convencer a los josefinos de que es el candidato adecuado para representarlos en la Asamblea Legislativa y si cumple con lo que promete o si, como tantos otros, se irá al traste intentándolo.
¿Creen que la decisión de Ramírez de renunciar a los privilegios diputacionales es genuina o simplemente una estrategia de marketing electoral? ¿Y consideran que su enfoque en la cooperación interinstitucional podría funcionar para solucionar los problemas de San José, o creen que es demasiado optimista? ¡Den sus opiniones en el foro!
Como bien saben, Ramírez está buscando llegar a Cuesta de Moras desde mayo del año que viene, prometiendo abrir el diálogo y sacudirle el polvo a la capital. En una charla que dio para el podcast ‘Costa Rica Decide 2026’ de Diario Extra, este mae nos explicó que su preocupación es que la gente vea estos beneficios como un cachivache que debilita la democracia. Él mismo dice que se considera un político “no tradicional”, alguien que viene del mundo de los organismos internacionales y no de la arena política pura.
Pero vamos por partes. Ramírez pintaba un panorama bastante oscuro de cómo está San José. Según él, vivimos en una ciudad “fea”, principalmente por la falta de atención de la municipalidad en temas clave como seguridad, botes de basura reventados y la indigencia que se vive en cada esquina. Aunque reconoce que algunos de estos bretes tienen que ser resueltos a nivel nacional, insiste en que desde la Asamblea se puede hacer mucho para darle un empujón a la capital.
Lo interesante es que, pese a que el PLN gobernó San José por casi medio siglo, Ramírez no cree que la culpa sea solamente de ellos. Dice que ahora hay que enfocar los esfuerzos en trabajar juntos, en cooperar entre los diferentes entes del Estado. Claramente, este mae está tratando de restarle importancia a la larga historia de poder verdiblanco en la capital, buscando proyectarse como un agente de cambio que trabaja por el bien común, sin importar colores políticos.
Ahora, esto de renunciar a los privilegios es una movida astuta, diay. Ramírez sabe que la gente está harta de ver a los políticos viviendo a lo grande mientras el país está pasando apuros. Al mostrarse dispuesto a dejar ir estas cosas, busca ganarse la simpatía del votante promedio, el que apenas le alcanza pa’ el gallito y el queso. Es una jugada de marketing política muy bien pensada, aunque queda por ver si realmente piensa hacerlo o es solo palabrería pa' la campaña.
Y claro, no podemos olvidar hablar del tema de la seguridad, que es una de las mayores preocupaciones de los josefinos. Ramírez promete ser un defensor incansable de la seguridad ciudadana, impulsando iniciativas para fortalecer la policía y combatir la delincuencia. Pero, como siempre, la pregunta es: ¿cómo va a lograrlo sin aumentar los impuestos o comprometer los derechos humanos?
En fin, Ramírez está haciendo ruido con sus propuestas y su discurso “no tradicional”. Su planteamiento de renunciar a los privilegios diputacionales ha generado controversia y curiosidad a partes iguales. Veremos si logra convencer a los josefinos de que es el candidato adecuado para representarlos en la Asamblea Legislativa y si cumple con lo que promete o si, como tantos otros, se irá al traste intentándolo.
¿Creen que la decisión de Ramírez de renunciar a los privilegios diputacionales es genuina o simplemente una estrategia de marketing electoral? ¿Y consideran que su enfoque en la cooperación interinstitucional podría funcionar para solucionar los problemas de San José, o creen que es demasiado optimista? ¡Den sus opiniones en el foro!