¡Ay, mi gente! Aquí les va la nota que todos los que pedimos comida a domicilio estaban esperando. Resulta que nuestros queridos repartidores, esos que se rifan bajo el sol y la lluvia para traernos el almuerzo, podrían tener más derechos de los que pensábamos gracias a un nuevo proyecto de ley que acaba de pasar por la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Legislativa. Ya saben, esos mae que andan volando en bici o moto pa’ llevarle el pollo pepe a don Lolo.
La jugada es que este proyecto, impulsado por la diputada Sofia Guillén, busca cambiar algunas cositas del Código de Trabajo para que se asuma que, por lo general, estas personas que trabajan para plataformas digitales sí tienen una relación laboral. Esto quiere decir que tendrían derecho a cosas básicas como salario mínimo, horas extras, aguinaldo y hasta seguro social. Imaginen eso, ¡un cambio radical!
Como bien dicen por ahí, la cosa está buscando cubrir un vacío legal que ha estado dando dolores de cabeza tanto a trabajadores como a empleadores. Porque miren, ahorita muchas veces se les considera “colaboradores independientes”, o sea, que no tienen los mismos beneficios que un empleado regular. Pero la realidad es que muchos de ellos dependen de esas plataformas para sobrevivir y trabajan horas y horas, a veces sin siquiera llegar a ganar el salario digno.
Según explica la diputada Guillén, y esto me parece clave, “Los repartidores ponen el cuerpo bajo sol y lluvia para entregar pedidos, muchos trabajan largas jornadas y aun así ganan menos del salario mínimo. Como sociedad debemos proteger sus derechos, y las plataformas reconocer la relación laboral existente.” ¡Digo, amen!, totalmente cierto. Porque si no, ¿pa' qué nos servimos de leyes, eh?
Ahora, claro, no todo es miel sobre hojuelas. Un abogado experto en derecho laboral, Don Rafael Rodríguez Salazar, nos comenta que hay diferentes puntos de vista al respecto. Él dice que es importante buscar un equilibrio, porque también hay colegas de las plataformas que quieren mantener cierta flexibilidad, evitar tanta burocracia. Entendemos, nadie quiere irse al traste por querer hacer las cosas bien.
Lo que Don Rafael sugiere es encontrar un punto medio, donde se protejan los derechos de los repartidores pero sin ponerle trabas excesivas a las empresas. Que no se les vaya el chunche, como dicen por acá. Que cada quien cumpla con sus responsabilidades, que los repartidores tengan su paguitas y las plataformas hagan lo suyo de forma justa.
Y ahora viene la neta, el proyecto pasa al Plenario Legislativo, donde los diputados van a debatir y votar si lo convierten en ley. Se espera que haya debates interesantes, mociones de todo tipo, y quizás algún que otro despiche, como siempre ocurre en política. Pero vamos a tener los ojos bien abiertos para ver cómo termina esta cosa, porque esto podría marcar un antes y un después en la vida de miles de trabajadores en Costa Rica. ¡Sería tremendo, diay!
Esta nueva ley representa un paso importante hacia la formalización del trabajo en la era digital, pero... ¿cree usted que esta medida realmente solucionará la problemática de los repartidores o simplemente generará nuevos desafíos para las plataformas digitales y los trabajadores? ¡Déjenos sus opiniones en los comentarios!
La jugada es que este proyecto, impulsado por la diputada Sofia Guillén, busca cambiar algunas cositas del Código de Trabajo para que se asuma que, por lo general, estas personas que trabajan para plataformas digitales sí tienen una relación laboral. Esto quiere decir que tendrían derecho a cosas básicas como salario mínimo, horas extras, aguinaldo y hasta seguro social. Imaginen eso, ¡un cambio radical!
Como bien dicen por ahí, la cosa está buscando cubrir un vacío legal que ha estado dando dolores de cabeza tanto a trabajadores como a empleadores. Porque miren, ahorita muchas veces se les considera “colaboradores independientes”, o sea, que no tienen los mismos beneficios que un empleado regular. Pero la realidad es que muchos de ellos dependen de esas plataformas para sobrevivir y trabajan horas y horas, a veces sin siquiera llegar a ganar el salario digno.
Según explica la diputada Guillén, y esto me parece clave, “Los repartidores ponen el cuerpo bajo sol y lluvia para entregar pedidos, muchos trabajan largas jornadas y aun así ganan menos del salario mínimo. Como sociedad debemos proteger sus derechos, y las plataformas reconocer la relación laboral existente.” ¡Digo, amen!, totalmente cierto. Porque si no, ¿pa' qué nos servimos de leyes, eh?
Ahora, claro, no todo es miel sobre hojuelas. Un abogado experto en derecho laboral, Don Rafael Rodríguez Salazar, nos comenta que hay diferentes puntos de vista al respecto. Él dice que es importante buscar un equilibrio, porque también hay colegas de las plataformas que quieren mantener cierta flexibilidad, evitar tanta burocracia. Entendemos, nadie quiere irse al traste por querer hacer las cosas bien.
Lo que Don Rafael sugiere es encontrar un punto medio, donde se protejan los derechos de los repartidores pero sin ponerle trabas excesivas a las empresas. Que no se les vaya el chunche, como dicen por acá. Que cada quien cumpla con sus responsabilidades, que los repartidores tengan su paguitas y las plataformas hagan lo suyo de forma justa.
Y ahora viene la neta, el proyecto pasa al Plenario Legislativo, donde los diputados van a debatir y votar si lo convierten en ley. Se espera que haya debates interesantes, mociones de todo tipo, y quizás algún que otro despiche, como siempre ocurre en política. Pero vamos a tener los ojos bien abiertos para ver cómo termina esta cosa, porque esto podría marcar un antes y un después en la vida de miles de trabajadores en Costa Rica. ¡Sería tremendo, diay!
Esta nueva ley representa un paso importante hacia la formalización del trabajo en la era digital, pero... ¿cree usted que esta medida realmente solucionará la problemática de los repartidores o simplemente generará nuevos desafíos para las plataformas digitales y los trabajadores? ¡Déjenos sus opiniones en los comentarios!