¡Ay, Dios mío! La onda se armó tremenda. Resulta que Robert Méndez Esquivel, un sacerdote tico radicado en Estados Unidos, salió preso allá por cargos bien gordos de abuso sexual a menores. Pero lo que tiene a toda Heredia y al país entero sacudiéndose es que este señor, conocido como ‘Padre Toto’, anduvo dando clases y misa en un colegio católico acá en Santo Domingo de Heredia hace unos años.
La movida empezó a destaparse cuando una madre de familia, cuyo nombre guardaremos bajo confidencialidad por protección de su hijo, contactó a CR Hoy para contar su historia. Dice que su muchacho, cuando iba en séptimo grado – ahora está en décimo, imagínate – se sintió super incómodo con el profe de religión. Ella tuvo que ir directo con la directora de aquel momento para ponerla al tanto, porque la vaina estaba poniéndose feísima.
Según la madre, el problema no llegó a mayores, no hubo un abuso formal como tal, pero los comentarios y los toques eran bien raritos. El sacerdote insistía en que su hijo participara como monaguillo y en otras actividades extracurriculares, cosas que ella rechazó rotundamente. El chico, pobre, tampoco quería saber nada de eso. Él mismo le manifestaba a su mamá que se sentía incómodo porque el padre lo tocaba en los hombros y se demoraba más de lo normal en esos contactos.
Lo más sorprendente es que, tras presentar la queja, el colegio reaccionó rápido, ¡a pura velocidad! La directora, sin pensarlo dos veces, mandó al padre packing y, casualmente, justo después el sujeto se largó pa’ Estados Unidos. La madre asegura que ahí se acabó la movida, aunque siempre tuvo la sospecha de que el tipo escondía algo. "Desde el principio lo sospeché, pero cuando vi la noticia confirmándonoslo, me quedé helada, díay", confesó entre lágrimas.
Las autoridades estadounidenses lo detuvieron el pasado 27 de agosto en Nampa, Idaho, donde ejercía como sacerdote en la parroquia St. Paul's. Al parecer, los delitos fueron cometidos fuera de la iglesia y del colegio, pero la magnitud del caso está generando una ola de indignación a ambos lados del Atlántico. Lo conocen por allá como “Padre Toto,” un nombre que ahora suena agridulce para muchos.
La Diócesis de Puntarenas confirmó que Méndez Esquivel sirvió en varias parroquias en la provincia, incluyendo Esparza, Monteverde y Quepos, antes de solicitar el traslado a Estados Unidos en el 2022. El prelado Daniel Torres Coto también contó que el señor pasó 13 años como misionero en la India, donde se formó y fue ordenado. ¡Tremendo recorrido para terminar así, eh!
Hemos intentado conseguir una reacción del Ministerio de Educación Pública (MEP) para saber si durante el tiempo que Méndez laboró como docente recibieron alguna denuncia en su contra, pero hasta el momento no hemos tenido respuesta. Eso, definitivamente, le da otra dimensión a la cosa. La comunidad educativa entera está esperando respuestas y exigiendo transparencia.
Este caso nos obliga a reflexionar sobre la responsabilidad de las instituciones religiosas y educativas en la protección de nuestros niños y jóvenes. Nos recuerda que debemos estar atentos a cualquier señal de alerta, a cualquier comportamiento extraño, y actuar con firmeza para evitar que estas tragedias se repitan. ¿Ustedes creen que las instituciones religiosas deberían someterse a auditorías externas más rigurosas para prevenir abusos, o qué medidas consideran más efectivas para proteger a los menores?
La movida empezó a destaparse cuando una madre de familia, cuyo nombre guardaremos bajo confidencialidad por protección de su hijo, contactó a CR Hoy para contar su historia. Dice que su muchacho, cuando iba en séptimo grado – ahora está en décimo, imagínate – se sintió super incómodo con el profe de religión. Ella tuvo que ir directo con la directora de aquel momento para ponerla al tanto, porque la vaina estaba poniéndose feísima.
Según la madre, el problema no llegó a mayores, no hubo un abuso formal como tal, pero los comentarios y los toques eran bien raritos. El sacerdote insistía en que su hijo participara como monaguillo y en otras actividades extracurriculares, cosas que ella rechazó rotundamente. El chico, pobre, tampoco quería saber nada de eso. Él mismo le manifestaba a su mamá que se sentía incómodo porque el padre lo tocaba en los hombros y se demoraba más de lo normal en esos contactos.
Lo más sorprendente es que, tras presentar la queja, el colegio reaccionó rápido, ¡a pura velocidad! La directora, sin pensarlo dos veces, mandó al padre packing y, casualmente, justo después el sujeto se largó pa’ Estados Unidos. La madre asegura que ahí se acabó la movida, aunque siempre tuvo la sospecha de que el tipo escondía algo. "Desde el principio lo sospeché, pero cuando vi la noticia confirmándonoslo, me quedé helada, díay", confesó entre lágrimas.
Las autoridades estadounidenses lo detuvieron el pasado 27 de agosto en Nampa, Idaho, donde ejercía como sacerdote en la parroquia St. Paul's. Al parecer, los delitos fueron cometidos fuera de la iglesia y del colegio, pero la magnitud del caso está generando una ola de indignación a ambos lados del Atlántico. Lo conocen por allá como “Padre Toto,” un nombre que ahora suena agridulce para muchos.
La Diócesis de Puntarenas confirmó que Méndez Esquivel sirvió en varias parroquias en la provincia, incluyendo Esparza, Monteverde y Quepos, antes de solicitar el traslado a Estados Unidos en el 2022. El prelado Daniel Torres Coto también contó que el señor pasó 13 años como misionero en la India, donde se formó y fue ordenado. ¡Tremendo recorrido para terminar así, eh!
Hemos intentado conseguir una reacción del Ministerio de Educación Pública (MEP) para saber si durante el tiempo que Méndez laboró como docente recibieron alguna denuncia en su contra, pero hasta el momento no hemos tenido respuesta. Eso, definitivamente, le da otra dimensión a la cosa. La comunidad educativa entera está esperando respuestas y exigiendo transparencia.
Este caso nos obliga a reflexionar sobre la responsabilidad de las instituciones religiosas y educativas en la protección de nuestros niños y jóvenes. Nos recuerda que debemos estar atentos a cualquier señal de alerta, a cualquier comportamiento extraño, y actuar con firmeza para evitar que estas tragedias se repitan. ¿Ustedes creen que las instituciones religiosas deberían someterse a auditorías externas más rigurosas para prevenir abusos, o qué medidas consideran más efectivas para proteger a los menores?