¡Ay, Dios mío! La Sala Constitucional mandó un carta bomba al Congreso, y no precisamente para regalarle flores. Resulta que estamos a semanas de que caduquen los nombramientos de los doce magistrados suplentes del Tribunal, y si eso pasa, ¡nos vamos al brullo!, me entienden, ¿no?
Para ponerlos en el contexto, imaginen esto: el Tribunal Constitucional es como el referee de la democracia, el que decide si las leyes y acciones del gobierno cumplen con la Constitución. Si no hay suficientes jueces –y ahí entran los suplentes–, el Tribunal puede verse obligado a suspender algunas labores, y eso, fiarme ustedes, no es pinta ni papayo.
Don Fernando Castillo, el presidente de la Sala IV, escribió directamente al congresista Rodrigo Arias para encender todas las alarmas. Le dijo, prácticamente, que olvídese de las limosnas y ponga manos a la obra nombrando a los nuevos magistrados. Porque si no, las cosas se pueden complicar bastante, hasta llegar a afectar los derechos fundamentales de todos nosotros, ¡qué sal!
Según la carta, si el Tribunal no funciona bien, podríamos tener problemas internacionales, porque Costa Rica tiene compromisos con otros países para proteger nuestros derechos. Imagínense que alguien se sienta afectado por una decisión del Tribunal y se lo lleva a la Corte Internacional… ¡ufff! Eso no es bueno para nadie, ni para el país, ni para la bolsa del presidente.
Y ojo, que esto no es culpa exclusiva del Congreso. La Corte Suprema de Justicia ya les pasó una lista de ternas con gente capacitadísima, tanto varones como damas, listas para asumir el cargo. Pero parece que algunos diputados andan arrastrando los pies, y el tiempo se acaba a pasos agigantados, ¡qué torta la cosa!
En la lista de posibles magistradas y magistrados tenemos figuras conocidas como Alexandra Alvarado, Kattia Araya, Ana Cristina Fernández, Rosibel Jara, e incluso algunos nombres más frescos como Christian Campos y Abraham Sequeira. Varios tienen experiencia comprobada en temas constitucionales y derechos humanos, así que no creo que haya excusa para demorar más en tomar una decisión. El material está listo, ¡a darle!
Ahora bien, recordemos que los magistrados suplentes tienen un periodo de cuatro años. Cuando fueron nombrados en 2021, no debió haber tantas complicaciones, pero los tiempos políticos cambian y a veces, simplemente, las cosas se ponen difíciles. Lo importante ahora es encontrar una salida rápida y evitar que el Tribunal se quede paralizado, porque eso sí que sería una verdadera crisis institucional, un agarrón nacional. A ver si los diputados se espabilan, ¡por favor!
Con todo esto, me pregunto: ¿Creen que realmente los diputados van a actuar a tiempo y evitar esta crisis, o seguiremos viendo cómo el Tribunal Constitucional se tambalea al borde del precipicio? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, a ver qué piensa el Foro al respecto!
Para ponerlos en el contexto, imaginen esto: el Tribunal Constitucional es como el referee de la democracia, el que decide si las leyes y acciones del gobierno cumplen con la Constitución. Si no hay suficientes jueces –y ahí entran los suplentes–, el Tribunal puede verse obligado a suspender algunas labores, y eso, fiarme ustedes, no es pinta ni papayo.
Don Fernando Castillo, el presidente de la Sala IV, escribió directamente al congresista Rodrigo Arias para encender todas las alarmas. Le dijo, prácticamente, que olvídese de las limosnas y ponga manos a la obra nombrando a los nuevos magistrados. Porque si no, las cosas se pueden complicar bastante, hasta llegar a afectar los derechos fundamentales de todos nosotros, ¡qué sal!
Según la carta, si el Tribunal no funciona bien, podríamos tener problemas internacionales, porque Costa Rica tiene compromisos con otros países para proteger nuestros derechos. Imagínense que alguien se sienta afectado por una decisión del Tribunal y se lo lleva a la Corte Internacional… ¡ufff! Eso no es bueno para nadie, ni para el país, ni para la bolsa del presidente.
Y ojo, que esto no es culpa exclusiva del Congreso. La Corte Suprema de Justicia ya les pasó una lista de ternas con gente capacitadísima, tanto varones como damas, listas para asumir el cargo. Pero parece que algunos diputados andan arrastrando los pies, y el tiempo se acaba a pasos agigantados, ¡qué torta la cosa!
En la lista de posibles magistradas y magistrados tenemos figuras conocidas como Alexandra Alvarado, Kattia Araya, Ana Cristina Fernández, Rosibel Jara, e incluso algunos nombres más frescos como Christian Campos y Abraham Sequeira. Varios tienen experiencia comprobada en temas constitucionales y derechos humanos, así que no creo que haya excusa para demorar más en tomar una decisión. El material está listo, ¡a darle!
Ahora bien, recordemos que los magistrados suplentes tienen un periodo de cuatro años. Cuando fueron nombrados en 2021, no debió haber tantas complicaciones, pero los tiempos políticos cambian y a veces, simplemente, las cosas se ponen difíciles. Lo importante ahora es encontrar una salida rápida y evitar que el Tribunal se quede paralizado, porque eso sí que sería una verdadera crisis institucional, un agarrón nacional. A ver si los diputados se espabilan, ¡por favor!
Con todo esto, me pregunto: ¿Creen que realmente los diputados van a actuar a tiempo y evitar esta crisis, o seguiremos viendo cómo el Tribunal Constitucional se tambalea al borde del precipicio? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, a ver qué piensa el Foro al respecto!
