¡Aguante la máquina! Resulta que la sexta edición de "Salvando Corazones" fue un éxito rotundo, reunió a unas 200 personas en la UCR para ponerse al día con la reanimación cardiopulmonar (RCP). Parece simple, pero tener a tanta gente capacitada para ayudar en una emergencia... ¡eso sí que suma, fíjate tú!
Esta iniciativa, que ya lleva seis años rodando, ha logrado empoderar a más de 3,500 costarricenses con las herramientas y conocimientos necesarios para actuar rápido en situaciones críticas. Imagínate, si tienes un familiar o un vecino que sufre un paro cardíaco, saber qué hacer puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. ¡Eso no tiene precio, diay!
La capacitación se llevó a cabo en el pretil de la UCR, un espacio amplio y accesible para recibir a estudiantes, profesores, administrativos y público en general. Entre los instructores, encontramos profesionales destacados del Colegio de Médicos y Cirujanos, el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, el 9-1-1 e incluso médicos del Hospital Internacional La Católica. Un verdadero equipo multidisciplinario dispuesto a compartir sus conocimientos.
Según Elliott Garita Jiménez, presidente del Colegio de Médicos, el éxito de “Salvando Corazones” refleja la disposición de los ticos para involucrarse activamente en la protección de la vida. "Cada persona que se capacita se convierte en un potencial rescatador, capaz de hacer la diferencia en esos primeros minutos cruciales", afirmó Garita, quien añadió que la rapidez en la atención médica es clave para aumentar las posibilidades de supervivencia de un paciente con paro cardiaco.
Durante la jornada, los asistentes practicaron técnicas de RCP en maniquíes, aprendieron a identificar los signos de un ataque cardíaco y comprendieron la importancia de llamar al 9-1-1 de inmediato. Hubo mucha dinámica, preguntas y respuestas, y un ambiente muy positivo donde todos estaban ansiosos por adquirir nuevos conocimientos y sentirse preparados para enfrentar una posible emergencia. ¡Se rifaron a darle!
Lo interesante de este programa es que no solo beneficia a las personas directamente involucradas en la capacitación, sino también a toda la comunidad. Al tener más personas capacitadas en RCP, aumenta la probabilidad de que alguien pueda brindar asistencia inmediata en caso de un paro cardíaco, mientras llega la ambulancia o el personal médico especializado. En otras palabras, es una inversión en seguridad ciudadana y bienestar social.
Este tipo de iniciativas demuestran que, aunque tengamos nuestros problemas y nuestras broncas de siempre, los ticos somos capaces de unirnos y trabajar juntos para mejorar nuestra sociedad. En medio de tantas noticias negativas que nos llegan diariamente, ver proyectos como “Salvando Corazones” da esperanza y reafirma nuestra capacidad de construir un país más seguro y solidario. ¡Nos vamos con eso, compas!
Después de ver este éxito, te pregunto, ¿crees que deberíamos incluir la capacitación en RCP como parte obligatoria del currículo escolar en todas las escuelas públicas de Costa Rica? ¿Será una buena idea garantizar que desde jóvenes, todos los costarricenses tengan las habilidades necesarias para salvar vidas?
Esta iniciativa, que ya lleva seis años rodando, ha logrado empoderar a más de 3,500 costarricenses con las herramientas y conocimientos necesarios para actuar rápido en situaciones críticas. Imagínate, si tienes un familiar o un vecino que sufre un paro cardíaco, saber qué hacer puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. ¡Eso no tiene precio, diay!
La capacitación se llevó a cabo en el pretil de la UCR, un espacio amplio y accesible para recibir a estudiantes, profesores, administrativos y público en general. Entre los instructores, encontramos profesionales destacados del Colegio de Médicos y Cirujanos, el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, el 9-1-1 e incluso médicos del Hospital Internacional La Católica. Un verdadero equipo multidisciplinario dispuesto a compartir sus conocimientos.
Según Elliott Garita Jiménez, presidente del Colegio de Médicos, el éxito de “Salvando Corazones” refleja la disposición de los ticos para involucrarse activamente en la protección de la vida. "Cada persona que se capacita se convierte en un potencial rescatador, capaz de hacer la diferencia en esos primeros minutos cruciales", afirmó Garita, quien añadió que la rapidez en la atención médica es clave para aumentar las posibilidades de supervivencia de un paciente con paro cardiaco.
Durante la jornada, los asistentes practicaron técnicas de RCP en maniquíes, aprendieron a identificar los signos de un ataque cardíaco y comprendieron la importancia de llamar al 9-1-1 de inmediato. Hubo mucha dinámica, preguntas y respuestas, y un ambiente muy positivo donde todos estaban ansiosos por adquirir nuevos conocimientos y sentirse preparados para enfrentar una posible emergencia. ¡Se rifaron a darle!
Lo interesante de este programa es que no solo beneficia a las personas directamente involucradas en la capacitación, sino también a toda la comunidad. Al tener más personas capacitadas en RCP, aumenta la probabilidad de que alguien pueda brindar asistencia inmediata en caso de un paro cardíaco, mientras llega la ambulancia o el personal médico especializado. En otras palabras, es una inversión en seguridad ciudadana y bienestar social.
Este tipo de iniciativas demuestran que, aunque tengamos nuestros problemas y nuestras broncas de siempre, los ticos somos capaces de unirnos y trabajar juntos para mejorar nuestra sociedad. En medio de tantas noticias negativas que nos llegan diariamente, ver proyectos como “Salvando Corazones” da esperanza y reafirma nuestra capacidad de construir un país más seguro y solidario. ¡Nos vamos con eso, compas!
Después de ver este éxito, te pregunto, ¿crees que deberíamos incluir la capacitación en RCP como parte obligatoria del currículo escolar en todas las escuelas públicas de Costa Rica? ¿Será una buena idea garantizar que desde jóvenes, todos los costarricenses tengan las habilidades necesarias para salvar vidas?