¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un fajón. Resulta que los gringos andan con un lío monumental por el cierre del gobierno, y parece que la cosa se va poniendo cada vez peor. Ahora, encima de todo, amenazan con cerrar pedazos del espacio aéreo… ¡Imagínate el cachivache!
Todo esto viene de allá, de Estados Unidos, donde unos 13 mil controladores aéreos andan trabajando sin recibir su salario, gracias al berrinche de políticos que no logran ponerse de acuerdo con el presupuesto. El secretario de Transporte, Sean Duffy, soltó la bomba diciendo que si la situación no mejora pronto, tendrán que restringir ciertas áreas del cielo. ¡Un quilombo, vamos!
Duffy básicamente les está echando la culpa a los demócratas, acusándolos de mantener el cierre del gobierno solo por insistir en extender algunos subsidios médicos. Él dice que si siguen así, van a causar un “caos masivo”. Como si ya no fuera bastante con lo que tenemos aquí, ahora también tenemos que preocuparnos por los problemas de los gringos.
Y no es broma, mae. Aeropuertos importantes como Newark, LaGuardia, Boston y el de Ronald Reagan en Washington están teniendo demoras y cancelaciones a diestra y siniestra. La Administración Federal de Aviación (FAA) reporta escasez de personal en casi la mitad de las torres de control más importantes. ¡Eso sin contar el estrés que le deben estar dando al personal que sí sigue ahí metido!
Lo más triste de todo es pensar en esos controladores, que son trabajadores esenciales, pero que están teniendo que decidir si siguen trabajando sin cobrar para pagar sus cuentas o buscan otro brete. ¡Qué pena ajena! Uno se imagina tener que elegir entre ir a trabajar y poder poner comida en la mesa. Esa vara es dura, compañero.
Además, esto coincide con la época de Acción de Gracias, que es cuando la mayoría de los norteamericanos viajan para visitar a sus familias. ¡Imagínate la bronca si cierran el espacio aéreo! Seguro que muchos se quedan sin ver a sus seres queridos o llegan tarde a la celebración. Un verdadero despiche, vaya.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, dice que todo esto es “ridículo” y que esperan que los congresistas lleguen a un acuerdo pronto. Ellos quieren reabrir el gobierno para que los viajes vuelvan a la normalidad, especialmente ahora que se avecina la temporada alta de turismo. Pero, díganme, ¿qué tan probable es eso con tanta polarización política?
En fin, esta vainera es un ejemplo perfecto de cómo la política puede afectar la vida de la gente común. Y aunque parezca lejano, esto nos afecta a nosotros también, porque la economía global está conectada. Así que crucemos los dedos para que los gringos se pongan las pilas y solucionen este problema rápido, antes de que el asunto se vaya al traste. ¿Ustedes creen que lograrán llegar a un acuerdo antes de que la situación empeore aún más, o estamos condenados a ver un cierre histórico con consecuencias graves para todos?
Todo esto viene de allá, de Estados Unidos, donde unos 13 mil controladores aéreos andan trabajando sin recibir su salario, gracias al berrinche de políticos que no logran ponerse de acuerdo con el presupuesto. El secretario de Transporte, Sean Duffy, soltó la bomba diciendo que si la situación no mejora pronto, tendrán que restringir ciertas áreas del cielo. ¡Un quilombo, vamos!
Duffy básicamente les está echando la culpa a los demócratas, acusándolos de mantener el cierre del gobierno solo por insistir en extender algunos subsidios médicos. Él dice que si siguen así, van a causar un “caos masivo”. Como si ya no fuera bastante con lo que tenemos aquí, ahora también tenemos que preocuparnos por los problemas de los gringos.
Y no es broma, mae. Aeropuertos importantes como Newark, LaGuardia, Boston y el de Ronald Reagan en Washington están teniendo demoras y cancelaciones a diestra y siniestra. La Administración Federal de Aviación (FAA) reporta escasez de personal en casi la mitad de las torres de control más importantes. ¡Eso sin contar el estrés que le deben estar dando al personal que sí sigue ahí metido!
Lo más triste de todo es pensar en esos controladores, que son trabajadores esenciales, pero que están teniendo que decidir si siguen trabajando sin cobrar para pagar sus cuentas o buscan otro brete. ¡Qué pena ajena! Uno se imagina tener que elegir entre ir a trabajar y poder poner comida en la mesa. Esa vara es dura, compañero.
Además, esto coincide con la época de Acción de Gracias, que es cuando la mayoría de los norteamericanos viajan para visitar a sus familias. ¡Imagínate la bronca si cierran el espacio aéreo! Seguro que muchos se quedan sin ver a sus seres queridos o llegan tarde a la celebración. Un verdadero despiche, vaya.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, dice que todo esto es “ridículo” y que esperan que los congresistas lleguen a un acuerdo pronto. Ellos quieren reabrir el gobierno para que los viajes vuelvan a la normalidad, especialmente ahora que se avecina la temporada alta de turismo. Pero, díganme, ¿qué tan probable es eso con tanta polarización política?
En fin, esta vainera es un ejemplo perfecto de cómo la política puede afectar la vida de la gente común. Y aunque parezca lejano, esto nos afecta a nosotros también, porque la economía global está conectada. Así que crucemos los dedos para que los gringos se pongan las pilas y solucionen este problema rápido, antes de que el asunto se vaya al traste. ¿Ustedes creen que lograrán llegar a un acuerdo antes de que la situación empeore aún más, o estamos condenados a ver un cierre histórico con consecuencias graves para todos?