Ay, Dios mío, qué bronca se armó el lunes en la noche tras el partidazo entre Cartaginés y Alajuelense. Ya saben, el clásico siempre es candelero, pero esta vez el ambiente se encendió tanto dentro como fuera de la cancha, dejando un sabor amargo y a varios gerentes con cara larga.
Como ya todos saben, el partido estuvo tenso de principio a fin. Esa falta de Diego Mesén a Anthony Hernández que le costó la roja al brumo… ¡ufff!, eso prendió la mecha. El banquillo de Cartaginés explotó, el profe Óscar Ramírez hasta tiró la gorra, y adentro del campo los empujones eran pan de cada día. Pero lo bueno, o lo malo, dependiendo de cómo lo vea uno, estaba por venir.
José Pablo Meza, del departamento de comunicación de Cartaginés, nos contó toda la vaina, sin pelos en la lengua. Resulta que los brumosos decidieron aplicar la jugada que Alajuela había hecho en el partido anterior, restringiendo el acceso al camerino solo al gerente deportivo y al vocero. Parece detallito, ¿verdad? Pues parece que a la gente de Alajuela no les cayó nada bien esa movida, y ahí empezó el circo.
Según Meza, la cosa escaló rapidísimo cuando alguien del cuerpo técnico de Alajuelense le propinó un golpe al gerente administrativo de Cartaginés, David Vargas. “Un puñetazo certero al rostro, pa’ que no quede cuento”, aseguró Meza. “Estamos hablando de un golpe de verdad, un agarrón que dejó a David con hielo y la cara hinchada”. ¡Imagínense la escena!
Por suerte, y a pesar de todo el tumulto, hubo señales de caballerosidad. Después del partido, Mesén se acercó a Hernández para pedirle perdón y se dieron la mano como buenos compañeros. Una muestra de respeto deportivo en medio del caos. El técnico Andrés Carevic tampoco tardó en criticar estas situaciones, diciendo que no deberían pasar, protegiendo así la integridad de los jugadores y evitando expulsiones injustas.
Ahora, la pelota está en el tejado de Unafut. Se espera que los comisarios revisen las grabaciones de las cámaras de seguridad del estadio para identificar al agresor. Meza afirma que sí aparece a plena vista quien causó el daño, vestido con la ropa oficial de Alajuela. Las autoridades deportivas tendrán mucho que investigar, y Cartaginés asegura que no se quedará de brazos cruzados.
Esta bronca nos hace pensar en el comportamiento de algunos integrantes de estos equipos. ¿Hasta dónde podemos permitir que la pasión por el fútbol se traduzca en violencia e insultos? Cada vez vemos más incidentes como estos y empieza a dar pena ajena, especialmente cuando hay niños presentes disfrutando del deporte rey. Y ni hablar del impacto negativo en la imagen del fútbol nacional.
En fin, una noche llena de emociones encontradas, con goles, tarjetas rojas y hasta golpes. ¡Qué barbaridad! Ahora, díganme, ustedes qué opinan: ¿debería haber sanciones más duras para quienes incurren en actos violentos en los estadios, o la solución pasa por fomentar una cultura deportiva más sana y respetuosa?
Como ya todos saben, el partido estuvo tenso de principio a fin. Esa falta de Diego Mesén a Anthony Hernández que le costó la roja al brumo… ¡ufff!, eso prendió la mecha. El banquillo de Cartaginés explotó, el profe Óscar Ramírez hasta tiró la gorra, y adentro del campo los empujones eran pan de cada día. Pero lo bueno, o lo malo, dependiendo de cómo lo vea uno, estaba por venir.
José Pablo Meza, del departamento de comunicación de Cartaginés, nos contó toda la vaina, sin pelos en la lengua. Resulta que los brumosos decidieron aplicar la jugada que Alajuela había hecho en el partido anterior, restringiendo el acceso al camerino solo al gerente deportivo y al vocero. Parece detallito, ¿verdad? Pues parece que a la gente de Alajuela no les cayó nada bien esa movida, y ahí empezó el circo.
Según Meza, la cosa escaló rapidísimo cuando alguien del cuerpo técnico de Alajuelense le propinó un golpe al gerente administrativo de Cartaginés, David Vargas. “Un puñetazo certero al rostro, pa’ que no quede cuento”, aseguró Meza. “Estamos hablando de un golpe de verdad, un agarrón que dejó a David con hielo y la cara hinchada”. ¡Imagínense la escena!
Por suerte, y a pesar de todo el tumulto, hubo señales de caballerosidad. Después del partido, Mesén se acercó a Hernández para pedirle perdón y se dieron la mano como buenos compañeros. Una muestra de respeto deportivo en medio del caos. El técnico Andrés Carevic tampoco tardó en criticar estas situaciones, diciendo que no deberían pasar, protegiendo así la integridad de los jugadores y evitando expulsiones injustas.
Ahora, la pelota está en el tejado de Unafut. Se espera que los comisarios revisen las grabaciones de las cámaras de seguridad del estadio para identificar al agresor. Meza afirma que sí aparece a plena vista quien causó el daño, vestido con la ropa oficial de Alajuela. Las autoridades deportivas tendrán mucho que investigar, y Cartaginés asegura que no se quedará de brazos cruzados.
Esta bronca nos hace pensar en el comportamiento de algunos integrantes de estos equipos. ¿Hasta dónde podemos permitir que la pasión por el fútbol se traduzca en violencia e insultos? Cada vez vemos más incidentes como estos y empieza a dar pena ajena, especialmente cuando hay niños presentes disfrutando del deporte rey. Y ni hablar del impacto negativo en la imagen del fútbol nacional.
En fin, una noche llena de emociones encontradas, con goles, tarjetas rojas y hasta golpes. ¡Qué barbaridad! Ahora, díganme, ustedes qué opinan: ¿debería haber sanciones más duras para quienes incurren en actos violentos en los estadios, o la solución pasa por fomentar una cultura deportiva más sana y respetuosa?