¡Ay, Dios mío, qué vaivén! Resulta que el tema de las tarjetas de crédito en nuestro país ha dado un brinco impresionante. Al cierre del 2024, ya teníamos unas 2.7 millones circulando, pero pa’ junio del 2025, ¡bam!, nos pasamos de las 3 millones. Eso quiere decir que le metimos casi 300 mil tarjetas nuevas al sistema. Quiubo, parece que todos nos estamos lanzando a gastar, diay.
Según el MEIC (Ministerio de Economía, para los que no andan al día), esto se desprende de su informe semestral comparativo de medios de pago. Claro, porque ¿quién más nos iba a echar la lupa encima? Los bancos, obvio, contentos con toda esta movida, pero bueno, el MEIC ahí, vigilando la cosa. Y fíjate que no es solo el aumento en la cantidad, sino que ahora tenemos 476 tipos diferentes de tarjetas dando vueltas. ¡Una locura!
Y hablando de bancos, los pesos pesados –Banco Popular, BAC San José y Banco Promérica– siguen siendo los que tienen más variedad de opciones. Dicen que eso los consolida como ‘actores relevantes’, cómo dirían ellos. Suena a publicidad barata, pero bueno, ahí está la data. O sea, si quieres una tarjeta, seguramente alguno de estos tres te va a tener bien atendido, aunque te carguen hasta las pestañas.
Pero espérate, que la cosa no es tan simple. En medio de este boom de tarjetas, el MEIC también descubrió que el saldo total de la deuda asociadas a ellas, en colones y dólares, ¡bajó! Sí, así como lo lees. De poquito, claro, unos 40 billones menos que el año pasado, pero bajó. Pasamos de ¢1.657.789 millones a ¢1.618.163 millones. A ver, ¿será que finalmente nos estamos dando cuenta de que vivir al día es mejor que estar ahogados en deudas?
Ahora, ojo con esto: el MEIC advierte que esa bajada del saldo no significa necesariamente que andamos más tranquilos económicamente. Puede ser cualquier cosa: que nos ajustaron los límites de crédito, que cambió el tipo de cambio, o simplemente que hicimos un esfuerzo extra para pagar algunas deudas. No hay que fiarse mucho de estas cifras, pues pueden estar maquilladas, brete.
Y ni hablar de las tasas de interés, mijo. Entre que te cobran unos 3% y otros llegan hasta el 38%, ¡qué panorama! La media anda por el 33%, pero eso no quita que algunos bancos estén sacándole jugo a la gente desesperada. El MEIC dice que está vigilando la cosa, pero bueno, ya sabemos cómo van esas cosas… siempre reaccionan tarde, una vez que la vaca ya está fregada. Aunque dicen que no han encontrado tasas que superen los límites legales, da un cosita pensar que podrían estar jugando sucio.
Lo interesante es que, incluso las tasas moratorias (las que te cobran si te atrasas) varían bastante, desde el 0% hasta un brutal 49,78% en colones y hasta el 39,55% en dólares. ¡Imagínate la bronca de estar tratando de recuperar una tarjeta vencida con esas condiciones! Definitivamente, es un terreno minado para cualquiera que tenga problemas financieros, mi pana. Lo mejor es mantener las cuentas al día, sin excusas.
Bueno, pues ya sabes, amigo, todo este rollo de las tarjetas de crédito tiene sus pros y sus contras. Más opciones, sí, pero también más riesgos. Entonces, te pregunto: ¿crees que el aumento en el número de tarjetas de crédito refleja una mayor confianza en la economía nacional o es simplemente una señal de que nos estamos endeudando más de la cuenta? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
Según el MEIC (Ministerio de Economía, para los que no andan al día), esto se desprende de su informe semestral comparativo de medios de pago. Claro, porque ¿quién más nos iba a echar la lupa encima? Los bancos, obvio, contentos con toda esta movida, pero bueno, el MEIC ahí, vigilando la cosa. Y fíjate que no es solo el aumento en la cantidad, sino que ahora tenemos 476 tipos diferentes de tarjetas dando vueltas. ¡Una locura!
Y hablando de bancos, los pesos pesados –Banco Popular, BAC San José y Banco Promérica– siguen siendo los que tienen más variedad de opciones. Dicen que eso los consolida como ‘actores relevantes’, cómo dirían ellos. Suena a publicidad barata, pero bueno, ahí está la data. O sea, si quieres una tarjeta, seguramente alguno de estos tres te va a tener bien atendido, aunque te carguen hasta las pestañas.
Pero espérate, que la cosa no es tan simple. En medio de este boom de tarjetas, el MEIC también descubrió que el saldo total de la deuda asociadas a ellas, en colones y dólares, ¡bajó! Sí, así como lo lees. De poquito, claro, unos 40 billones menos que el año pasado, pero bajó. Pasamos de ¢1.657.789 millones a ¢1.618.163 millones. A ver, ¿será que finalmente nos estamos dando cuenta de que vivir al día es mejor que estar ahogados en deudas?
Ahora, ojo con esto: el MEIC advierte que esa bajada del saldo no significa necesariamente que andamos más tranquilos económicamente. Puede ser cualquier cosa: que nos ajustaron los límites de crédito, que cambió el tipo de cambio, o simplemente que hicimos un esfuerzo extra para pagar algunas deudas. No hay que fiarse mucho de estas cifras, pues pueden estar maquilladas, brete.
Y ni hablar de las tasas de interés, mijo. Entre que te cobran unos 3% y otros llegan hasta el 38%, ¡qué panorama! La media anda por el 33%, pero eso no quita que algunos bancos estén sacándole jugo a la gente desesperada. El MEIC dice que está vigilando la cosa, pero bueno, ya sabemos cómo van esas cosas… siempre reaccionan tarde, una vez que la vaca ya está fregada. Aunque dicen que no han encontrado tasas que superen los límites legales, da un cosita pensar que podrían estar jugando sucio.
Lo interesante es que, incluso las tasas moratorias (las que te cobran si te atrasas) varían bastante, desde el 0% hasta un brutal 49,78% en colones y hasta el 39,55% en dólares. ¡Imagínate la bronca de estar tratando de recuperar una tarjeta vencida con esas condiciones! Definitivamente, es un terreno minado para cualquiera que tenga problemas financieros, mi pana. Lo mejor es mantener las cuentas al día, sin excusas.
Bueno, pues ya sabes, amigo, todo este rollo de las tarjetas de crédito tiene sus pros y sus contras. Más opciones, sí, pero también más riesgos. Entonces, te pregunto: ¿crees que el aumento en el número de tarjetas de crédito refleja una mayor confianza en la economía nacional o es simplemente una señal de que nos estamos endeudando más de la cuenta? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!