¡Ay, Dios mío! Resulta que andaba moviéndose por León XIII una señora con más problemas que un gallito en domingo, según nos cuentan desde la oficina de prensa de la Fuerza Pública. Se trata de una dama de 29 años que resultó ser buscada por las autoridades judiciales, así que, pues, ¡directo a las celdas!
Ahora, pa’ ponerle pausa a la historia, esto no es como ir a comprar pan. La muchacha tenía cinco órdenes de captura activas, ¡cinco! Imagínate el brete en el que estaba metida. La Fuerzakillera la topó durante un control rutinario, y ahí salió el pastel. Como dicen por ahí, a veces te topas con una vara bien espesa.
Y es que no estamos hablando de cositas menores, chunches perdidos o llegar tarde al trabajo. No, no, señores. Tres de esas órdenes giran alrededor de presuntos hurtos agravados – ¡imagínate el daño que causó! – además, también la quieren enfrentar por introducir drogas a un centro penal. ¡Eso ya es apanarle duro! Y para completar la chincha, también le tienen una orden por hurto simple. Una verdadera ‘carga’, como diríamos aquí en Costa Rica.
Según el reporte oficial, los agentes de la Fuerza Pública estaban haciendo su trabajo normal, revisando documentos y asegurándose de que todo estuviera al día. De repente, ¡bam!, descubren que la señorita estaba en la lista negra de las autoridades judiciales. Ya saben, esos papeles que indican que alguien anda debiéndole cuentas al sistema judicial. Pues, como decía mi abuela, “lo que está escrito, está escrito”.
“Tras verificar la información, nuestros oficiales confirmaron la existencia de múltiples órdenes de captura en contra de la femenina”, nos comentaron fuentes internas de la Fuerza Pública. Pa' que se hagan una idea, esto no es que se haya caído un clavo suelto; es una investigación seria y ahora, pues, toca esperar a ver qué dicen las autoridades judiciales.
Este caso, como muchos otros, nos hace reflexionar sobre la seguridad ciudadana en nuestro país. Claro que siempre hay gente buena, gente laburando honradamente, pero también hay quienes deciden tomar caminos poco éticos y terminar enfrentándose a la ley. Es un problema complejo, diay, con muchas aristas... y requiere soluciones integrales y sostenibles.
Pero volviendo a la protagonista de este relato, ahora estará a disposición de las autoridades judiciales competentes, donde se determinará si cumple su condena o logra demostrar su inocencia. Un proceso que podría tardar un buen rato, porque como todos sabemos, la justicia a veces camina a paso de tortuga… aunque espero que en este caso se agilice un poquito, pa’ que la verdad salga a la luz pronto.
En fin, una historia más que ilustra la realidad de algunos de nuestros ciudadanos. Ahora me pregunto, ¿cree usted que las penas actuales son suficientes para disuadir estos actos delictivos y proteger a la población costarricense, o necesitamos replantearnos toda nuestra estrategia de seguridad?
Ahora, pa’ ponerle pausa a la historia, esto no es como ir a comprar pan. La muchacha tenía cinco órdenes de captura activas, ¡cinco! Imagínate el brete en el que estaba metida. La Fuerzakillera la topó durante un control rutinario, y ahí salió el pastel. Como dicen por ahí, a veces te topas con una vara bien espesa.
Y es que no estamos hablando de cositas menores, chunches perdidos o llegar tarde al trabajo. No, no, señores. Tres de esas órdenes giran alrededor de presuntos hurtos agravados – ¡imagínate el daño que causó! – además, también la quieren enfrentar por introducir drogas a un centro penal. ¡Eso ya es apanarle duro! Y para completar la chincha, también le tienen una orden por hurto simple. Una verdadera ‘carga’, como diríamos aquí en Costa Rica.
Según el reporte oficial, los agentes de la Fuerza Pública estaban haciendo su trabajo normal, revisando documentos y asegurándose de que todo estuviera al día. De repente, ¡bam!, descubren que la señorita estaba en la lista negra de las autoridades judiciales. Ya saben, esos papeles que indican que alguien anda debiéndole cuentas al sistema judicial. Pues, como decía mi abuela, “lo que está escrito, está escrito”.
“Tras verificar la información, nuestros oficiales confirmaron la existencia de múltiples órdenes de captura en contra de la femenina”, nos comentaron fuentes internas de la Fuerza Pública. Pa' que se hagan una idea, esto no es que se haya caído un clavo suelto; es una investigación seria y ahora, pues, toca esperar a ver qué dicen las autoridades judiciales.
Este caso, como muchos otros, nos hace reflexionar sobre la seguridad ciudadana en nuestro país. Claro que siempre hay gente buena, gente laburando honradamente, pero también hay quienes deciden tomar caminos poco éticos y terminar enfrentándose a la ley. Es un problema complejo, diay, con muchas aristas... y requiere soluciones integrales y sostenibles.
Pero volviendo a la protagonista de este relato, ahora estará a disposición de las autoridades judiciales competentes, donde se determinará si cumple su condena o logra demostrar su inocencia. Un proceso que podría tardar un buen rato, porque como todos sabemos, la justicia a veces camina a paso de tortuga… aunque espero que en este caso se agilice un poquito, pa’ que la verdad salga a la luz pronto.
En fin, una historia más que ilustra la realidad de algunos de nuestros ciudadanos. Ahora me pregunto, ¿cree usted que las penas actuales son suficientes para disuadir estos actos delictivos y proteger a la población costarricense, o necesitamos replantearnos toda nuestra estrategia de seguridad?