¡Ay, pata! Se armó un relajo tremendo en todo el país. Resulta que justo cuando todos estábamos digiriéndonos el pavo y el rompope, la Junta Protectora Social (JPS) nos soltó la bomba: el premio mayor de la consolación ya tiene dueño. Sí, mijo, todavía había esperanza después del apocalipsis que fue el Gordo Navideño, y parece que alguien la agarró con pinzas.
Para los que andábamos medio zonchos pensando que ya quedó todo atrás, la JPS recordó que este sorteo, aunque secundario, puede cambiarle la vida a varios. No es el billetón mamalon del Gordo, claro, pero unos 40 millones de colones por fracción no se diga poquito. Imagínate poder pagar las deudas, echarle techo a la casa o hasta comprarle un chunche nuevo al carro… ¡Qué carga!
El número afortunado resultó ser el 82, acompañado de la serie 844. Ya se imaginan el alboroto en las redes sociales: gente publicando capturas de pantalla, preguntándole al primo si revisó su rifa, compartiendo memes de pura desesperación... Era una mezcla de angustia, esperanza y nerviosismo colectivos que solo nosotros, los ticos, sabemos apreciar.
Y hablando de desesperación, no cualquiera puede ir a cobrar el premio, eh. La JPS, siempre pendiente de hacer bien las cosas, recuerda que el cobro tiene sus propios procesos y plazos. Hay que llevar el pedazo de papel con cuidado, seguir las indicaciones y validar todo en los lugares autorizados. Nada de andar corriendo con el boleto en la mano como alma que lleva el diablo, brete.
Ahora, no nos olvidemos que detrás de estos premios hay algo más que suerte. Ese dinerito que se reparte sirve para financiar programas sociales importantísimos que ayudan a familias en situaciones de vulnerabilidad. Así que, mientras algunos celebran su fortuna, otros reciben una mano amiga gracias a la JPS. Un círculo virtuoso, dirían algunos, pero yo prefiero llamarlo una muestra de solidaridad tica.
Muchos se preguntarán, ¿por qué tanta importancia al sorteo de la consolación? Pues porque representa una segunda oportunidad. Después de ver cómo el Gordo Navideño se escapaba entre los dedos, esto le da a la gente un motivo extra para celebrar y soñar un poco más. Es como ese último aguacate que encuentras maduro en la guanabana, ¡pura alegría!
Pero dejando de lado los números y las formalidades, lo que realmente me interesa saber es: ¿qué harán con esos millones las personas afortunadas? ¿Será un viaje a Miami, una inversión en negocios o simplemente pagarán todas sus deudas? Espero que sepan administrar bien su buen destino y, sobre todo, que lo usen para mejorar sus vidas y la de sus seres queridos. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que importa, ¿no?
En fin, llegó el momento de cerrar este capítulo lleno de emociones encontradas. Ahora me pregunto, compas: si te tocara el premio de la consolación, ¿cuál sería la primera cosa que harías y por qué? Déjenme sus respuestas en el foro, ¡quiero saber qué se les ocurre a mis panas!
Para los que andábamos medio zonchos pensando que ya quedó todo atrás, la JPS recordó que este sorteo, aunque secundario, puede cambiarle la vida a varios. No es el billetón mamalon del Gordo, claro, pero unos 40 millones de colones por fracción no se diga poquito. Imagínate poder pagar las deudas, echarle techo a la casa o hasta comprarle un chunche nuevo al carro… ¡Qué carga!
El número afortunado resultó ser el 82, acompañado de la serie 844. Ya se imaginan el alboroto en las redes sociales: gente publicando capturas de pantalla, preguntándole al primo si revisó su rifa, compartiendo memes de pura desesperación... Era una mezcla de angustia, esperanza y nerviosismo colectivos que solo nosotros, los ticos, sabemos apreciar.
Y hablando de desesperación, no cualquiera puede ir a cobrar el premio, eh. La JPS, siempre pendiente de hacer bien las cosas, recuerda que el cobro tiene sus propios procesos y plazos. Hay que llevar el pedazo de papel con cuidado, seguir las indicaciones y validar todo en los lugares autorizados. Nada de andar corriendo con el boleto en la mano como alma que lleva el diablo, brete.
Ahora, no nos olvidemos que detrás de estos premios hay algo más que suerte. Ese dinerito que se reparte sirve para financiar programas sociales importantísimos que ayudan a familias en situaciones de vulnerabilidad. Así que, mientras algunos celebran su fortuna, otros reciben una mano amiga gracias a la JPS. Un círculo virtuoso, dirían algunos, pero yo prefiero llamarlo una muestra de solidaridad tica.
Muchos se preguntarán, ¿por qué tanta importancia al sorteo de la consolación? Pues porque representa una segunda oportunidad. Después de ver cómo el Gordo Navideño se escapaba entre los dedos, esto le da a la gente un motivo extra para celebrar y soñar un poco más. Es como ese último aguacate que encuentras maduro en la guanabana, ¡pura alegría!
Pero dejando de lado los números y las formalidades, lo que realmente me interesa saber es: ¿qué harán con esos millones las personas afortunadas? ¿Será un viaje a Miami, una inversión en negocios o simplemente pagarán todas sus deudas? Espero que sepan administrar bien su buen destino y, sobre todo, que lo usen para mejorar sus vidas y la de sus seres queridos. Porque, al fin y al cabo, eso es lo que importa, ¿no?
En fin, llegó el momento de cerrar este capítulo lleno de emociones encontradas. Ahora me pregunto, compas: si te tocara el premio de la consolación, ¿cuál sería la primera cosa que harías y por qué? Déjenme sus respuestas en el foro, ¡quiero saber qué se les ocurre a mis panas!
