Ay, Dios mío, otra vez la tierra jugando con nosotros. Esta vez, un temblorazo de 6.1 sacudió al país el martes pasado, justo cuando estábamos todos tranquilos viendo la tele o echándonos unas pilas. El Servicio Geológico de Estados Unidos lo midió en 5.9, pero aquí en casa, sentimos que era bastante más, ¡una verdadera torta!
El temblor, con epicentro a unos 20 kilometros al sur de Quepos, nos recordó de sopetón que vivimos en un lugar donde la Madre Tierra tiene sus propios ritmos. A las 9:57 de la noche, la tierra empezó a temblar y ahí se acabó la calma. Desde Puntarenas hasta San José, todo mundo sintió el cosito, y varios maes empezaron a rezarle a quien quieran para que parara ya.
Y ni hablar de las réplicas, diay… Después del primer temblón, vinieron otras más pequeñas, de entre 2.6 y 4.1, que aunque no fueron tan fuertes, tampoco ayudaron mucho a recuperar la compostura. Fue como si la tierra estuviera diciendo: '¿Ya te asustaste? Pues todavía tengo algunas sorpresas guardadas'. Al final, el Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot), actuando rápido como siempre, descartó cualquier peligro de oleaje gigantesco, así que por lo menos eso quedó tranquilo.
Las zonas más afectadas, al parecer, fueron Quepos y la Zona de los Santos, donde algunos comercios y casas sufrieron algunos desperfectos, nada grave, pero suficiente para recordar que estos fenómenos naturales pueden dejar secuelas. También hubo apagones momentáneos en Jacó, Parrita y Quepos, pero los técnicos ya andaban trabajando para restablecer el servicio y tener todo funcionando como debe ser. Menos mal que no se fue todo al traste, ¿verdad?
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha estado manejándose bien, tratando de mantener la calma y evaluar los daños. Saben que estas cosas pasan y que lo importante es estar preparados. Lo bueno es que tenemos sistemas de monitoreo decentes y que la gente, en general, ha aprendido a reaccionar rápido ante estos temblores. Eso ayuda a reducir riesgos y evitar tragedias mayores, porque, vamos a ser honestos, podría haber sido mucho peor.
Ahora, muchos se preguntan si esto significa que vendrán más temblores, y ahí entra en juego el sismólogo, que nos advirtió sobre una posible “dupleta”, es decir, dos terremotos similares que podrían ocurrir en las próximas horas. Eso pone a todos un poquito más nerviosos, pero hay que confiar en que los científicos saben lo que hacen y que estamos tomando todas las precauciones necesarias. Esperemos que todo siga calmado y que podamos volver a dormir tranquilos pronto, aunque eso de dormir plácidamente después de sentir un buen temblor es complicado, ¡la verdad!
Y hablando de temas relacionados, Laura Fernández, la ex primera dama, soltó unas frases que me hicieron reír a carcajadas, dijo que ella y el presidente Chaves eran como ‘juntar el hambre con las ganas de comer’. ¡Qué manera de decirlo, pura verdá! Siempre con el toque de humor característico de las famosas nuestras. En fin, mientras algunos opinan, otros trabajan para asegurar que estemos protegidos ante futuros movimientos telúricos. Un brete, pero toca seguir adelante y prepararnos para lo que pueda venir.
Así que, queridos lectores, después de este temblorazo que nos puso a todos a temblar, me pregunto: ¿Deberíamos empezar a considerar la posibilidad de tener kits de emergencia más completos en casa, o simplemente esperar a que la tierra decida cuándo volver a moverse? ¿Ustedes cómo se sienten respecto a vivir en un país tan activo sísmicamente?
El temblor, con epicentro a unos 20 kilometros al sur de Quepos, nos recordó de sopetón que vivimos en un lugar donde la Madre Tierra tiene sus propios ritmos. A las 9:57 de la noche, la tierra empezó a temblar y ahí se acabó la calma. Desde Puntarenas hasta San José, todo mundo sintió el cosito, y varios maes empezaron a rezarle a quien quieran para que parara ya.
Y ni hablar de las réplicas, diay… Después del primer temblón, vinieron otras más pequeñas, de entre 2.6 y 4.1, que aunque no fueron tan fuertes, tampoco ayudaron mucho a recuperar la compostura. Fue como si la tierra estuviera diciendo: '¿Ya te asustaste? Pues todavía tengo algunas sorpresas guardadas'. Al final, el Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot), actuando rápido como siempre, descartó cualquier peligro de oleaje gigantesco, así que por lo menos eso quedó tranquilo.
Las zonas más afectadas, al parecer, fueron Quepos y la Zona de los Santos, donde algunos comercios y casas sufrieron algunos desperfectos, nada grave, pero suficiente para recordar que estos fenómenos naturales pueden dejar secuelas. También hubo apagones momentáneos en Jacó, Parrita y Quepos, pero los técnicos ya andaban trabajando para restablecer el servicio y tener todo funcionando como debe ser. Menos mal que no se fue todo al traste, ¿verdad?
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha estado manejándose bien, tratando de mantener la calma y evaluar los daños. Saben que estas cosas pasan y que lo importante es estar preparados. Lo bueno es que tenemos sistemas de monitoreo decentes y que la gente, en general, ha aprendido a reaccionar rápido ante estos temblores. Eso ayuda a reducir riesgos y evitar tragedias mayores, porque, vamos a ser honestos, podría haber sido mucho peor.
Ahora, muchos se preguntan si esto significa que vendrán más temblores, y ahí entra en juego el sismólogo, que nos advirtió sobre una posible “dupleta”, es decir, dos terremotos similares que podrían ocurrir en las próximas horas. Eso pone a todos un poquito más nerviosos, pero hay que confiar en que los científicos saben lo que hacen y que estamos tomando todas las precauciones necesarias. Esperemos que todo siga calmado y que podamos volver a dormir tranquilos pronto, aunque eso de dormir plácidamente después de sentir un buen temblor es complicado, ¡la verdad!
Y hablando de temas relacionados, Laura Fernández, la ex primera dama, soltó unas frases que me hicieron reír a carcajadas, dijo que ella y el presidente Chaves eran como ‘juntar el hambre con las ganas de comer’. ¡Qué manera de decirlo, pura verdá! Siempre con el toque de humor característico de las famosas nuestras. En fin, mientras algunos opinan, otros trabajan para asegurar que estemos protegidos ante futuros movimientos telúricos. Un brete, pero toca seguir adelante y prepararnos para lo que pueda venir.
Así que, queridos lectores, después de este temblorazo que nos puso a todos a temblar, me pregunto: ¿Deberíamos empezar a considerar la posibilidad de tener kits de emergencia más completos en casa, o simplemente esperar a que la tierra decida cuándo volver a moverse? ¿Ustedes cómo se sienten respecto a vivir en un país tan activo sísmicamente?