¡Ay, Dios mío! Limón amaneció temblando, pura agua. Un agarrón tremendo sacudió la tranquilidad de la provincia con el secuestro del Dr. Abner Centeno, un odontólogo de la Caja que todos conocíamos. La maraña se formó rápido y ahora estamos esperando a ver cómo sale esto.
Según nos cuentan los judiciales, el doctor estaba regresando a su casa después de un día de brete en el Ebais de Matama. Era alrededor de las siete de la noche cuando unos maleantes le cerraron paso en la ruta 36, en Bananito Norte. Al parecer, le hicieron parar a punta de balazos, ¡qué susto pa’ los que estaban cerca!
Lo peor es que dejaron el carro del doctor varado ahí mismo, con una llanta ponchada y un balazo marcado en la puerta. Parece que ya lo estaban siguiendo, ¡tremenda dedicación pa’ hacerle daño a un mae trabajador! La Fuerza Pública y el OIJ anduvieron moviéndose como hormigas, peinando la zona buscando alguna pista, cualquier chancla que les pudiera ayudar a encontrarlo sano y salvo.
Mis fuentes me dicen que el ambiente en la Caja está que arde. Todos preocupadísimos por el doctor Centeno, un señor bien respetado y querido por todos. No era de meterse en problemas, siempre dispuesto a echarle una mano a quien lo necesitara. Este tipo de situaciones te dejan pensando, ¿por qué a veces la gente decide tomar este camino?
Ahora, los investigadores no descartan nada, ni siquiera un posible ajuste de cuentas. Algunos murmuran sobre extorsión, otros creen que podría estar relacionado con negocios turbios, pero hasta ahora todo son especulaciones. Lo cierto es que el Organismo de Investigación Judicial tiene todo el terreno para tratar de resolver este caso cuanto antes.
Hablando con algunos vecinos de la zona, me comentaron que escucharon los disparos y vieron un carro huyendo a toda velocidad. Dijeron que parecía que tenían prisa por desaparecer. ¡Qué pena!, porque eso dificulta aún más la investigación. Uno se queda pensando qué clase de personas pueden actuar así, sin importarles el sufrimiento que causan a las familias.
Esta situación nos recuerda que, pese a ser un país relativamente tranquilo, la delincuencia sigue acechando. Hay que estar alerta y denunciar cualquier actividad sospechosa. Pero también hay que confiar en las autoridades y esperar que hagan su trabajo bien. Porque al final, todos queremos vivir en un lugar seguro y donde nuestros seres queridos estén protegidos.
Y hablando de seguridad, ¿ustedes qué opinan? Con tanto crimen creciendo en el país, ¿creen que las autoridades deberían invertir más recursos en combatir la delincuencia organizada o enfocarse en programas sociales para prevenirla? Dejen sus opiniones aquí abajo, quiero saber qué piensa la gente de este agarrón en Limón, y cómo creemos que deberíamos enfrentar estos desafíos.
Según nos cuentan los judiciales, el doctor estaba regresando a su casa después de un día de brete en el Ebais de Matama. Era alrededor de las siete de la noche cuando unos maleantes le cerraron paso en la ruta 36, en Bananito Norte. Al parecer, le hicieron parar a punta de balazos, ¡qué susto pa’ los que estaban cerca!
Lo peor es que dejaron el carro del doctor varado ahí mismo, con una llanta ponchada y un balazo marcado en la puerta. Parece que ya lo estaban siguiendo, ¡tremenda dedicación pa’ hacerle daño a un mae trabajador! La Fuerza Pública y el OIJ anduvieron moviéndose como hormigas, peinando la zona buscando alguna pista, cualquier chancla que les pudiera ayudar a encontrarlo sano y salvo.
Mis fuentes me dicen que el ambiente en la Caja está que arde. Todos preocupadísimos por el doctor Centeno, un señor bien respetado y querido por todos. No era de meterse en problemas, siempre dispuesto a echarle una mano a quien lo necesitara. Este tipo de situaciones te dejan pensando, ¿por qué a veces la gente decide tomar este camino?
Ahora, los investigadores no descartan nada, ni siquiera un posible ajuste de cuentas. Algunos murmuran sobre extorsión, otros creen que podría estar relacionado con negocios turbios, pero hasta ahora todo son especulaciones. Lo cierto es que el Organismo de Investigación Judicial tiene todo el terreno para tratar de resolver este caso cuanto antes.
Hablando con algunos vecinos de la zona, me comentaron que escucharon los disparos y vieron un carro huyendo a toda velocidad. Dijeron que parecía que tenían prisa por desaparecer. ¡Qué pena!, porque eso dificulta aún más la investigación. Uno se queda pensando qué clase de personas pueden actuar así, sin importarles el sufrimiento que causan a las familias.
Esta situación nos recuerda que, pese a ser un país relativamente tranquilo, la delincuencia sigue acechando. Hay que estar alerta y denunciar cualquier actividad sospechosa. Pero también hay que confiar en las autoridades y esperar que hagan su trabajo bien. Porque al final, todos queremos vivir en un lugar seguro y donde nuestros seres queridos estén protegidos.
Y hablando de seguridad, ¿ustedes qué opinan? Con tanto crimen creciendo en el país, ¿creen que las autoridades deberían invertir más recursos en combatir la delincuencia organizada o enfocarse en programas sociales para prevenirla? Dejen sus opiniones aquí abajo, quiero saber qué piensa la gente de este agarrón en Limón, y cómo creemos que deberíamos enfrentar estos desafíos.