¡Ay, Dios mío, qué torta! Llevan más de 85 días, señores, 85 días sin ver ni un colón de ese subsidio que les prometieron. Familias enteras, con abuelitos cancerosos, nenes gravecitos, y todo porque el proyecto de ley 25.240 parece irse al traste. Están clavados afuera de Casa Presidencial, protestando, y la cosa está que arde.
Todo esto viene porque la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se quedó sin varas para seguir pagando esas licencias extraordinarias. Imagínense, gente que le dedica toda su vida cuidando de sus seres queridos, teniendo que salir a la calle a mendigar una ayuda mínima. De esos casos hay miles, mae, miles. Una señora, Nancy Quirós, le soltó que 'estamos desesperados', y es normal, ¡compadre!
Y el Presidente, Rodri Chaves, bueno, ahí anda dando vueltas, echándole la culpa a la Caja, a la Contraloría... ¡Un despiche total! Según él, solo necesita el aval de unas juntas directivas, pero nadie le cree, ni siquiera su propio ministro de Trabajo, Andrés Romero. Ahora resulta que sí, que sí se necesita una ley, pero ya es agua pasada para esas familias.
Lo peor es que dicen que le mandaron la policía a dispersarlos. ¡Imagínense eso! Gente luchando por sus derechos, por el bienestar de sus hijos, y la policía ahí, como si estuvieran cometiendo un crimen. “No estábamos haciendo nada, solo luchando por los hijos”, gritaba una manifestante, y da ganas de darle un abrazo, ¡pura verdad!
Este proyecto de ley 25.240, que propuso el diputado del Frente Amplio, Jonathan Acuña, es la clave para solucionar este brete. Busca que se puedan usar más recursos del Fodesaf, pero Chaves se pone como renego, dice que es innecesario. Pero la Contraloría, directamente, le reventó la cara, diciéndole que la ley es fundamental para poder mover la plata que ya aprobaron. ¿Se dan cuenta el embrollo?
Según una auditoría interna de la CCSS, faltan unos 2.100 millones de colones para poder taparle el ojo a la cerradura hasta diciembre. Y ni hablar del montón de papeleos y requisitos absurdos que tienen que cumplir las familias para acceder al subsidio. ¡Qué carga, señores! Un laberinto burocrático que te hace perder las ganas de vivir.
Ahora bien, hablemos de cómo funciona esto. La Dirección General de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Desaf), que depende del Ministerio de Trabajo, es quien debería estar transfiriendo los fondos a la CCSS, pero parece que están atados de manos por las restricciones legales. Dicen que el Fodesaf está al 80% comprometido, así que no hay mucho margen de maniobra. ¡Un lío más grande que una mata de ortigas!
En fin, la situación es crítica y las familias siguen clamando por justicia. Con tanta demora y trabas, ¿creen que el gobierno va a ceder finalmente y convocar al proyecto de ley 25.240, o seguiremos viendo a estas personas pasando hambre mientras el presidente sigue jugando con la pelota? ¿Ustedes qué opinan, compadres? ¿Cómo podríamos mejorar el sistema de cuidado para los enfermos terminales y los niños gravemente enfermos en Costa Rica?
Todo esto viene porque la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se quedó sin varas para seguir pagando esas licencias extraordinarias. Imagínense, gente que le dedica toda su vida cuidando de sus seres queridos, teniendo que salir a la calle a mendigar una ayuda mínima. De esos casos hay miles, mae, miles. Una señora, Nancy Quirós, le soltó que 'estamos desesperados', y es normal, ¡compadre!
Y el Presidente, Rodri Chaves, bueno, ahí anda dando vueltas, echándole la culpa a la Caja, a la Contraloría... ¡Un despiche total! Según él, solo necesita el aval de unas juntas directivas, pero nadie le cree, ni siquiera su propio ministro de Trabajo, Andrés Romero. Ahora resulta que sí, que sí se necesita una ley, pero ya es agua pasada para esas familias.
Lo peor es que dicen que le mandaron la policía a dispersarlos. ¡Imagínense eso! Gente luchando por sus derechos, por el bienestar de sus hijos, y la policía ahí, como si estuvieran cometiendo un crimen. “No estábamos haciendo nada, solo luchando por los hijos”, gritaba una manifestante, y da ganas de darle un abrazo, ¡pura verdad!
Este proyecto de ley 25.240, que propuso el diputado del Frente Amplio, Jonathan Acuña, es la clave para solucionar este brete. Busca que se puedan usar más recursos del Fodesaf, pero Chaves se pone como renego, dice que es innecesario. Pero la Contraloría, directamente, le reventó la cara, diciéndole que la ley es fundamental para poder mover la plata que ya aprobaron. ¿Se dan cuenta el embrollo?
Según una auditoría interna de la CCSS, faltan unos 2.100 millones de colones para poder taparle el ojo a la cerradura hasta diciembre. Y ni hablar del montón de papeleos y requisitos absurdos que tienen que cumplir las familias para acceder al subsidio. ¡Qué carga, señores! Un laberinto burocrático que te hace perder las ganas de vivir.
Ahora bien, hablemos de cómo funciona esto. La Dirección General de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Desaf), que depende del Ministerio de Trabajo, es quien debería estar transfiriendo los fondos a la CCSS, pero parece que están atados de manos por las restricciones legales. Dicen que el Fodesaf está al 80% comprometido, así que no hay mucho margen de maniobra. ¡Un lío más grande que una mata de ortigas!
En fin, la situación es crítica y las familias siguen clamando por justicia. Con tanta demora y trabas, ¿creen que el gobierno va a ceder finalmente y convocar al proyecto de ley 25.240, o seguiremos viendo a estas personas pasando hambre mientras el presidente sigue jugando con la pelota? ¿Ustedes qué opinan, compadres? ¿Cómo podríamos mejorar el sistema de cuidado para los enfermos terminales y los niños gravemente enfermos en Costa Rica?
