¡Aguante, pura vida! Resulta que el otrora tristemente célebre Zoológico Simón Bolívar, ese lugar que dejó más preguntas que respuestas, está camino a transformarse en algo totalmente diferente: un Parque Natural Urbano (PANU). Y ojo, que esto no es promesa vacía, sino una movida seria con billetes reales, unos ¢640 millones pa' empezar la transformación. Más que nada pa' quitarle la espina dorsal a San José, que anda pidiendo a gritos un respiro de concreto.
El Minae, la Muni y el MCJ se pusieron las pilas y firmaron un convenio marco, dejando claro que la intención es darle una vuelta completa al panorama. Se acabó el negocio de encerrar animales. Ahora la onda es rehabilitación, proteger el entorno, y que la gente pueda disfrutar del espacio de manera responsable. O sea, que no vayan a andar echándose bananas ni tirando basura, ¿me entienden?
La visión, según los jerarcas, es que para el 2027 ya podamos ir a pasear tranquilos por el parque. Imaginen la escena: familias disfrutando, turistas sacándose fotos… ¡Un changüío de ambiente! Pero esperen, que no todo es miel sobre hojuelas. Franz Tattenbach, el ministro, nos soltó que podrían cobrarnos entrada, aunque con precios diferenciados: uno pa’ los nacionales, otro pa’ los gringos. ¿Justo o injusto? Ahí es donde empieza el debate, mi clave.
Pero la buena nueva es que, al parecer, se va a invertir bien. No es una de esas cosas que prometen mucho y cumplen poco. Dicen que han encontrado mucho potencial con poca inversión inicial. Habrá personal dedicado a mantenerlo todo en orden, asegurando que sea un parque accesible para todos los que quieran visitarlo, desde el más humilde hasta el más jevi. Eso sí, hay que echarle ojo pa’ que no se les vaya la pincha, ¿eh?
Andrea Herrera, de Azana, nos contó que trabajaron un plan maestro pa’ sacar el máximo provecho de la infraestructura existente. La idea es conectarlo con los barrios cercanos y otros parques, creando una especie de red verde que recorre San José. Lo más interesante es que quieren transformar las viejas jaulas, esos símbolos del encierro animal, en espacios abiertos donde la gente pueda reflexionar sobre la transformación del lugar, de zoológico a pulmón verde.
Diego Miranda, el alcalde, también se sumó a la conversación, comentando que este proyecto busca revitalizar los espacios culturales de la ciudad. Están pensando en instalar un anfiteatro pa’ organizar conciertos y actividades varias, además de crear esos “mercaditos” donde artesanos y productores locales puedan vender sus productos. Y para rematar, quieren convertir una casona antigua en un museo que exhiba la flora y fauna de Costa Rica. ¡Una combinación perfecta!
Y hablando de museos, parece que el Museo Nacional va a aportar con sus colecciones de animales disecados, que estarán exhibidos en el parque. Además, habrá una torre de avistamiento de quince metros con una pasarela elevada sobre el río Torres, ofreciendo vistas panorámicas increíbles. Definitivamente, el nuevo Simón Bolívar promete ser un atractivo turístico y un punto de encuentro para los capitalinos. Totalmente chiva la propuesta, ¿verdad?
Entonces, aquí está la pregunta pa’ calentarle la mente al foro: Con la posibilidad de cobrar entrada diferenciada para nacionales y extranjeros, ¿creen que es justo o debería ser gratuito para todos los costarricenses? ¿Y qué medidas creen que deberían tomar para asegurar que el parque sea verdaderamente accesible y disfrutable para todas las clases sociales?
El Minae, la Muni y el MCJ se pusieron las pilas y firmaron un convenio marco, dejando claro que la intención es darle una vuelta completa al panorama. Se acabó el negocio de encerrar animales. Ahora la onda es rehabilitación, proteger el entorno, y que la gente pueda disfrutar del espacio de manera responsable. O sea, que no vayan a andar echándose bananas ni tirando basura, ¿me entienden?
La visión, según los jerarcas, es que para el 2027 ya podamos ir a pasear tranquilos por el parque. Imaginen la escena: familias disfrutando, turistas sacándose fotos… ¡Un changüío de ambiente! Pero esperen, que no todo es miel sobre hojuelas. Franz Tattenbach, el ministro, nos soltó que podrían cobrarnos entrada, aunque con precios diferenciados: uno pa’ los nacionales, otro pa’ los gringos. ¿Justo o injusto? Ahí es donde empieza el debate, mi clave.
Pero la buena nueva es que, al parecer, se va a invertir bien. No es una de esas cosas que prometen mucho y cumplen poco. Dicen que han encontrado mucho potencial con poca inversión inicial. Habrá personal dedicado a mantenerlo todo en orden, asegurando que sea un parque accesible para todos los que quieran visitarlo, desde el más humilde hasta el más jevi. Eso sí, hay que echarle ojo pa’ que no se les vaya la pincha, ¿eh?
Andrea Herrera, de Azana, nos contó que trabajaron un plan maestro pa’ sacar el máximo provecho de la infraestructura existente. La idea es conectarlo con los barrios cercanos y otros parques, creando una especie de red verde que recorre San José. Lo más interesante es que quieren transformar las viejas jaulas, esos símbolos del encierro animal, en espacios abiertos donde la gente pueda reflexionar sobre la transformación del lugar, de zoológico a pulmón verde.
Diego Miranda, el alcalde, también se sumó a la conversación, comentando que este proyecto busca revitalizar los espacios culturales de la ciudad. Están pensando en instalar un anfiteatro pa’ organizar conciertos y actividades varias, además de crear esos “mercaditos” donde artesanos y productores locales puedan vender sus productos. Y para rematar, quieren convertir una casona antigua en un museo que exhiba la flora y fauna de Costa Rica. ¡Una combinación perfecta!
Y hablando de museos, parece que el Museo Nacional va a aportar con sus colecciones de animales disecados, que estarán exhibidos en el parque. Además, habrá una torre de avistamiento de quince metros con una pasarela elevada sobre el río Torres, ofreciendo vistas panorámicas increíbles. Definitivamente, el nuevo Simón Bolívar promete ser un atractivo turístico y un punto de encuentro para los capitalinos. Totalmente chiva la propuesta, ¿verdad?
Entonces, aquí está la pregunta pa’ calentarle la mente al foro: Con la posibilidad de cobrar entrada diferenciada para nacionales y extranjeros, ¿creen que es justo o debería ser gratuito para todos los costarricenses? ¿Y qué medidas creen que deberían tomar para asegurar que el parque sea verdaderamente accesible y disfrutable para todas las clases sociales?