¡Eidai, mi gente del Foro! Resulta que el sistema financiero nuestro, ese que nos da pa’ pagar el rancho y las cuentas, sigue parada, firme. Pero no todo es miel sobre hojuelas, porque hay cositas que le andan picando, retos que si no les agarramos rápido, nos pueden llevar al brete.
Un estudio nuevo, hecho por unos economistas pesados, Daniel Ortiz y Luis Liberman – esos mae que saben un huevo de vainas– nos ponen las cartas sobre la mesa. Parece que el panorama ha cambiado bastante en los últimos diez años. Digitalización a toda máquina, dinero moviéndose diferente, y la economía creciendo así, medio pelada, le están dando vuelta al asunto. El estudio, llamado ‘El Sistema de Intermediación Financiera Costarricense: evolución, desafíos y perspectivas 2014-2024’, analiza a fondo cómo hemos llegado a donde estamos y qué nos espera en el camino.
Lo que quedó claro es que, aunque el país ha tenido cierto crecimiento económico, eso no se ha traducido directamente en más créditos para la gente. El famoso Régimen Definitivo, donde trabaja la mayoría de nosotros, parece estar estancado, mientras que las zonas francas, esas que hacen cosas para afuera, sí están agarrándole fuerza. Esto, suma y resta, ha hecho que los préstamos no se estén expandiendo como antes, vamos, que casi no avanzan, y eso sí es motivo de preocupación, chunches. Además, la inflación, que bajó o incluso dio negativo en algunos momentos, complicó aún más las cosas y afectó cómo funciona el Banco Central.
Otro tema clave es que el sistema financiero se ha ido haciendo más chico, con menos bancos y compañías, pero no por eso menos competitivo. Al contrario, estos mae están teniendo que sudar la gota gorda para sobrevivir: más eficiencia, más tecnología, menos sucursales… todo eso para poder seguir funcionando. Hay presión por tener más ganancias, la regulación está más dura que nunca, y ahora tienen que lidiar con cosas como el fraude digital, los criptoactivos y otras tonterías que aparecen de repente. ¡Qué torta!
Y hablando de dinero, el estudio señala que mucha de la responsabilidad de mantener el sistema a flote en los últimos años ha caído sobre las espaldas de los hogares costarricenses, que han sido como esponjas absorbiendo los golpes. Pero eso no puede durar siempre, porque la gente se cansa, el salario no rinde y la morosidad empieza a subir. Las Pymes, nuestros pequeños negocios, siguen teniendo problemas para conseguir financiamiento, y muchas veces dependen de inversionistas extranjeros, lo cual no es malo, pero sí requiere cuidado.
Ahora, no todo es negativo. Hay señales de esperanza. Fitch Ratings, esa compañía que califica a los países, mejoró nuestra nota recientemente, lo que demuestra que el mundo todavía confía en nosotros. Eso es importante para atraer inversiones y seguir creciendo. Pero también necesitamos ponerle atención a los temas de ciberseguridad y fraude, porque ahí la cosa se pone peligrosa. Imagínate perder todo tu ahorro por culpa de un hacker… ¡qué sal!
Los expertos nos dicen que el sistema financiero necesita adaptarse a esta nueva realidad. Ya no basta con ser sólido, tenemos que ser rentables, competitivos e inclusivos. Tenemos que pensar en grande, innovar, buscar nuevas formas de llegar a la gente, especialmente a aquellos que más lo necesitan. Porque al final del día, un sistema financiero sano es fundamental para el desarrollo de nuestro país, para que todos podamos tener una vida digna y construir un futuro mejor para nuestros hijos. Es hora de darle un buen meneo al sistema y sacarle todo su potencial.
Entonces, mi gente, aquí va la pregunta para agitar el foro: ¿Creen que el gobierno y los bancos están haciendo lo suficiente para asegurar que el sistema financiero siga siendo robusto y accesible para todos los costarricenses, o necesitamos medidas más drásticas? ¡Déjenme sus opiniones, estoy ansioso por leerlas!
Un estudio nuevo, hecho por unos economistas pesados, Daniel Ortiz y Luis Liberman – esos mae que saben un huevo de vainas– nos ponen las cartas sobre la mesa. Parece que el panorama ha cambiado bastante en los últimos diez años. Digitalización a toda máquina, dinero moviéndose diferente, y la economía creciendo así, medio pelada, le están dando vuelta al asunto. El estudio, llamado ‘El Sistema de Intermediación Financiera Costarricense: evolución, desafíos y perspectivas 2014-2024’, analiza a fondo cómo hemos llegado a donde estamos y qué nos espera en el camino.
Lo que quedó claro es que, aunque el país ha tenido cierto crecimiento económico, eso no se ha traducido directamente en más créditos para la gente. El famoso Régimen Definitivo, donde trabaja la mayoría de nosotros, parece estar estancado, mientras que las zonas francas, esas que hacen cosas para afuera, sí están agarrándole fuerza. Esto, suma y resta, ha hecho que los préstamos no se estén expandiendo como antes, vamos, que casi no avanzan, y eso sí es motivo de preocupación, chunches. Además, la inflación, que bajó o incluso dio negativo en algunos momentos, complicó aún más las cosas y afectó cómo funciona el Banco Central.
Otro tema clave es que el sistema financiero se ha ido haciendo más chico, con menos bancos y compañías, pero no por eso menos competitivo. Al contrario, estos mae están teniendo que sudar la gota gorda para sobrevivir: más eficiencia, más tecnología, menos sucursales… todo eso para poder seguir funcionando. Hay presión por tener más ganancias, la regulación está más dura que nunca, y ahora tienen que lidiar con cosas como el fraude digital, los criptoactivos y otras tonterías que aparecen de repente. ¡Qué torta!
Y hablando de dinero, el estudio señala que mucha de la responsabilidad de mantener el sistema a flote en los últimos años ha caído sobre las espaldas de los hogares costarricenses, que han sido como esponjas absorbiendo los golpes. Pero eso no puede durar siempre, porque la gente se cansa, el salario no rinde y la morosidad empieza a subir. Las Pymes, nuestros pequeños negocios, siguen teniendo problemas para conseguir financiamiento, y muchas veces dependen de inversionistas extranjeros, lo cual no es malo, pero sí requiere cuidado.
Ahora, no todo es negativo. Hay señales de esperanza. Fitch Ratings, esa compañía que califica a los países, mejoró nuestra nota recientemente, lo que demuestra que el mundo todavía confía en nosotros. Eso es importante para atraer inversiones y seguir creciendo. Pero también necesitamos ponerle atención a los temas de ciberseguridad y fraude, porque ahí la cosa se pone peligrosa. Imagínate perder todo tu ahorro por culpa de un hacker… ¡qué sal!
Los expertos nos dicen que el sistema financiero necesita adaptarse a esta nueva realidad. Ya no basta con ser sólido, tenemos que ser rentables, competitivos e inclusivos. Tenemos que pensar en grande, innovar, buscar nuevas formas de llegar a la gente, especialmente a aquellos que más lo necesitan. Porque al final del día, un sistema financiero sano es fundamental para el desarrollo de nuestro país, para que todos podamos tener una vida digna y construir un futuro mejor para nuestros hijos. Es hora de darle un buen meneo al sistema y sacarle todo su potencial.
Entonces, mi gente, aquí va la pregunta para agitar el foro: ¿Creen que el gobierno y los bancos están haciendo lo suficiente para asegurar que el sistema financiero siga siendo robusto y accesible para todos los costarricenses, o necesitamos medidas más drásticas? ¡Déjenme sus opiniones, estoy ansioso por leerlas!