Maes, fijo ya vieron el video que anda dándole la vuelta al planeta, pero diay, había que sentarse a analizar la jugada con calma. Porque una cosa es ver el clip de 30 segundos y otra es entender el nivel de lo que pasó allá en Pérez Zeledón. Estamos hablando de Sol Vargas, la mae que en cuestión de segundos pasó de atender su restaurante a convertirse en la heroína que PZ no sabía que necesitaba. Y es que el video ya no es solo nuestro; se lo piratearon en TV Azteca, en Ecuador... a este paso la vemos en un noticiero japonés comentada por un mae con una voz toda seria.
La escena es de película, no me digan que no. Un sujeto, apellidado Araya, se quiso pasar de vivo y manoteó la cartera de Sol que estaba en la barra. Error de cálculo nivel épico. En lo que el mae pestañeó, Sol ya lo tenía prensado, le hizo una llave que ni en la UFC se ve tan limpia y lo dejó tieso en el suelo, pidiendo cacao. ¡Qué nivel! La reacción no fue de miedo, fue de "en mi turno no, papito". Y ahí lo tuvo, inmóvil, hasta que llegó la Fuerza Pública a llevarse al artista. Es que hay que decirlo: la mae es una carga. No hay otra forma de ponerlo.
Pero aquí es donde la vara se pone todavía más tuanis. Cuando uno ve esa técnica, esa precisión para neutralizar al compa, uno se imagina que Sol es cinturón negro tercer dan en siete artes marciales distintas. Fijo entrena desde güila, ¿verdad? Pues nanai. En una entrevista, la misma Sol confesó que ella no sabe absolutamente nada de defensa personal. Que nunca en su vida ha practicado jiu-jitsu, ni karate, ni judo. La llave maestra fue puro instinto, una reacción visceral de "este chunche es mío y de aquí no se mueve". Eso, para mí, le sube mil puntos más a la hazaña. No fue técnica aprendida, fue coraje puro y duro saliendo a flote.
Y parece que ese instinto no es nuevo. Ella misma contó que hace poco, caminando por el mercado, un tipo le metió mano y la respuesta fue inmediata: un manazo y una advertencia bien clara. Eso nos pinta un cuadro completo. No estamos ante una casualidad, sino ante una mujer que simplemente no está dispuesta a ser víctima. Mientras tanto, el sospechoso Araya, para no variar, resultó ser una joyita con un expediente que parece un álbum de postales delictivas: robo simple, robo agravado... un cliente frecuente del sistema. Un recordatorio de que muchas veces, la gente que anda haciendo fechorías no es nueva en el brete.
Al final, más allá del video viral y de los memes, que de fijo ya están saliendo a cachete, el caso de Sol Vargas nos deja pensando. Nos infla el pecho de orgullo ver a una tica tan valiente, pero también nos pone a reflexionar sobre la inseguridad que nos obliga a sacar esa faceta. Ella misma lo dijo: "Qué mujer más valiente que soy". Y tiene toda la razón. Se vio en el espejo del video y reconoció su propia fuerza. Ahora la pregunta es para nosotros, los que estamos detrás de la pantalla.
Maes, ¿ustedes qué creen? ¿Lo de Sol es pura adrenalina del momento o es que los ticos ya nos estamos cansando de la jugada y andamos con el "modo defensa" activado por defecto? ¿Es un caso aislado de coraje o el inicio de una tendencia de no quedarse callado? ¡Abro debate en el foro!
La escena es de película, no me digan que no. Un sujeto, apellidado Araya, se quiso pasar de vivo y manoteó la cartera de Sol que estaba en la barra. Error de cálculo nivel épico. En lo que el mae pestañeó, Sol ya lo tenía prensado, le hizo una llave que ni en la UFC se ve tan limpia y lo dejó tieso en el suelo, pidiendo cacao. ¡Qué nivel! La reacción no fue de miedo, fue de "en mi turno no, papito". Y ahí lo tuvo, inmóvil, hasta que llegó la Fuerza Pública a llevarse al artista. Es que hay que decirlo: la mae es una carga. No hay otra forma de ponerlo.
Pero aquí es donde la vara se pone todavía más tuanis. Cuando uno ve esa técnica, esa precisión para neutralizar al compa, uno se imagina que Sol es cinturón negro tercer dan en siete artes marciales distintas. Fijo entrena desde güila, ¿verdad? Pues nanai. En una entrevista, la misma Sol confesó que ella no sabe absolutamente nada de defensa personal. Que nunca en su vida ha practicado jiu-jitsu, ni karate, ni judo. La llave maestra fue puro instinto, una reacción visceral de "este chunche es mío y de aquí no se mueve". Eso, para mí, le sube mil puntos más a la hazaña. No fue técnica aprendida, fue coraje puro y duro saliendo a flote.
Y parece que ese instinto no es nuevo. Ella misma contó que hace poco, caminando por el mercado, un tipo le metió mano y la respuesta fue inmediata: un manazo y una advertencia bien clara. Eso nos pinta un cuadro completo. No estamos ante una casualidad, sino ante una mujer que simplemente no está dispuesta a ser víctima. Mientras tanto, el sospechoso Araya, para no variar, resultó ser una joyita con un expediente que parece un álbum de postales delictivas: robo simple, robo agravado... un cliente frecuente del sistema. Un recordatorio de que muchas veces, la gente que anda haciendo fechorías no es nueva en el brete.
Al final, más allá del video viral y de los memes, que de fijo ya están saliendo a cachete, el caso de Sol Vargas nos deja pensando. Nos infla el pecho de orgullo ver a una tica tan valiente, pero también nos pone a reflexionar sobre la inseguridad que nos obliga a sacar esa faceta. Ella misma lo dijo: "Qué mujer más valiente que soy". Y tiene toda la razón. Se vio en el espejo del video y reconoció su propia fuerza. Ahora la pregunta es para nosotros, los que estamos detrás de la pantalla.
Maes, ¿ustedes qué creen? ¿Lo de Sol es pura adrenalina del momento o es que los ticos ya nos estamos cansando de la jugada y andamos con el "modo defensa" activado por defecto? ¿Es un caso aislado de coraje o el inicio de una tendencia de no quedarse callado? ¡Abro debate en el foro!