Uno de los fenòmenos màs curiosos de esta època es ver como el virus de la titulitis se ha esparcido por toda Iberoamèrica e incluso Anglosajonia, hasta el punto de que uno empieza ya a cuestionarse que es lo que realmente hay detràs de todo esto.
Dìa a dìa vemos como cuanto pendejo se encuentra uno en la calle, dice tener un tìtulo universitario, o una maestrìa. Todo el mundo parece obsesionado y ve con naturalidad que "la educaciòn es un requisito para tener un futuro mejor", aunque esta quimera estè en entredicho. Pero en este tema, no es exactmente sobre la validez de la eduaciòn y sus innumerables inconsistencias, sinò sobre la actitud del individo aquejado por la "titulitis" esa "enfermedad" que les hace creer que su valìa es directamente proporcional al nivel acadèmico que tiene. he visto por ejemplo, en ciertas universidades, como indiviuos que son verdaderos donadies, y cuyas contribuciones intelectuales no suman ni restan en nada aparte de un muy pequeño grupo de "expertos" que ni voz ni voto tienen en las decisiones importantes, cuyos oscuros articulos de investigaciòn cientìfica no interesan a nadie y nunca nadie leerà, se sienten grandes en un cìrculo universitario porque ostentan un tìtulo de doctor, como que si eso significara que eso los hace superiores o mejores personas de alguna manera. Y lo curioso es que eso se da mucho en las facultades universitarias, donde estudiantes aduladores de las autoridades universitarias se dedican a lavar cojones desde muy temprano para garantizarse un puesto en una meritocracia absurda y vacìa de unas de estas facultades universitarias. He visto, para mi asombro, como el mundo acadèmico està lleno de comemierdas que pueden tener una gran capacidad intelectual, pero cero capacidad emocional o espiritual, que se dedican a crear estructoras meritocratoides en las que ellos se sienten soberanos suprahumanos que comandan el universo, individuos que si no bretearan en una universidad o fueran despedidos, nadie los contratarìa por su escasa o nula capacidad profesional en un ambiente de trabajo real, o porque tienen tanto tìtulo que nadie los contratariìa porque nadie podrìa pagar el montòn de exigencias econòmicas que sus ilusorios cartones los hacen demandar. Sin embargo, estas vacas sagradas, con su mundo meritocratoide, son el primer bastiòn del virus de la titulitis, y no es raro velrlos con CV de 18 paginas o màs, y vendiendo una imagen de "expertise" que puede ser encontrado perfectamente en cualquier lugar, o en los ambientes laborales màs exigentes, donde se hace el trabajo aplicado de verdad, los de ellos son simplemente CV diseñados para apabullar a las mentes impresionables y hacer que los estudiantillos sin experiencia vivan creyendo que tienen profesores "muy inteligentes, màs que la media nacional" que les estàn enseñando doctrinas no revelada al "bulgo inferior màs allà del claustro universitario". Desde luego que el grado de doctor ha ayudado mucho para que las universidades vendan la idea que sus profesores son superhombres que viven "la vida de la mente" a niveles imposibles de entender. Tales ideas, como muchas cosas en esta sociedad, no son màs que una simple farsa.
Aunque un doctorado no es sinò un trabajo de esclavo que se hace por cuatro años para que algun vivazo se gane la platilla de algùn proyecto a costa de estos pichones de la ilusion intelectualista (claro, a estos esclavos se les vende la idea de que ellos estàn ayudando "al avance del conocimiento humano", cuando la realidad es que en el avance del conocimiento humano colabora una fracciòn muy pequeña de individuos dentro y fuera de las universidades, la mayor parte de las tesis de estos chavalos, si no se hicieran, el mundo no las extrañarìa en lo absoluto), vemos que todos estos amos de la titulitis dan un ejemplo noscivo a todos aquellos que tienen la desgracia de encontrarse con ellos en los claustros universitarios. Les enseñan a los que los ven que entre màs tìtulos saquen, màs "cotizados" o màs valor van a tener como individuos en el mercado laboral. La razòn real por la que enseñan esto, sin embargo, es que en realidad la eduaciòn es un negocio que pretende atraer a estos enfermos de titulitis crònica tantas veces como sea posible. Aunque es claro que un tìtulo està tan devaluado en estos dìas, igual vemos gente que adquiere el hàbito de consumir educaciòn con la falsa expectativa de que esto les abrirà fuentes de trabajo (no lo hacen porque deseen aprender, es solo un mero trueque de intereses monetarios), igual vemos gente en la calle que le dice a uno que es master, o que tiene dos o tres titulos, pero que muchas veces experiencia pràctica real ni trabajo EN SU AREA tienen. Y con razòn, porque un chavalo que tenga un trabajo real donde deba a aplicar lo que sabe y lo estimule intelectualmente, dificilmente va a tener tiempo para sacar dos o tres tìtulos, eso solo podrìa hacerlo alguièn que 1) no puede certificar la solidez de ni siquiera uno de sus cartones con experiencia profesional real o 2) es tan malo como profesional que, con el fin de compensar su mediocridad y su incapacidad innovadora, requiere de sacar un master para no sentirse inferior que otros que no lo tienen, aunque quizàs aquellos que tienen el bachillerato son mejores profesionalmente y màs productivos que el mediocre con el "master". Cuando estuve en la universidad, conocì estudiantes de verdad brillantez, y la mayorìa de estos nunca terminaron dando clases en una universidad. Eso es porque en Costa Rica, el acceso a la docencia es un asunto màs de adulaciòn e influencias, màs que otra cosa, aparte de que una persona de verdad inteligente lleva la inteligencia consigo y tiene acceso a ella desde si misma, donde quiera que estè, no tiene que suministràrsele continuamente como "caldo a un tìsico", como sucede con estos enfermos de la titulitis crònica, y que como se ha dicho, a veces terminan de profesores en los claustros universitarios.
Lo peor de todo, es que este habito irracional de sacar y sacar titulos revela que su negocio de sacar un titulo carisimo para cambiarlo por trabajo posteriormente, fue una inversion fallida y un completo fracaso. Tales personas deberìan ser realistas y entener que es mejor no estudiar si se ve la profesiòn como un negocio, si no se hace por vocacion. La sugerencia en este caso es que es mejor, desde el punto de vista economico, que saquen grados de tecnicos medios, son grados aplicados, que se sacan rapitidito, o certificaciones para oficios concretos y les permiten a las personas sacar lo que ellas buscan, habilidades transferibles al mercado laboral. Muchas veces un oficio le puede a uno dar una mejor remuneraciòn, y trabajo màs estable, que ponerse a ir a calentar asientos a universidades. Ponerse a sacar carreras sin tener el trabajo o la experiencia profesional garantizada podrìa ser un mal movimiento, y a como està la cosa, dudo que haya gente que en ciertos casos desee invertir de 4 a 6 años de su vida en un tìtulo que està estudiando no por vocaciòn, sinò solo por sacar plata. Hay formas màs inteligentes de dirigir el esfuerzo personal que tener que ir a meterse a una universidad, solo por un idiota estereotipo social de supuesta superioridad que un cartòn no da. De esta falsa superioridad muchos de los caducos profesores se terminan dando cuenta, despuès de su descomunal esfuerzo, y al darse cuenta de la farsa, terminan siendo esos profesorcillos frustrados que tienen como aficiòn sonarse a medio mundo en las universidades pùblicas.
MIGUELI Titulitis - YouTube
Dìa a dìa vemos como cuanto pendejo se encuentra uno en la calle, dice tener un tìtulo universitario, o una maestrìa. Todo el mundo parece obsesionado y ve con naturalidad que "la educaciòn es un requisito para tener un futuro mejor", aunque esta quimera estè en entredicho. Pero en este tema, no es exactmente sobre la validez de la eduaciòn y sus innumerables inconsistencias, sinò sobre la actitud del individo aquejado por la "titulitis" esa "enfermedad" que les hace creer que su valìa es directamente proporcional al nivel acadèmico que tiene. he visto por ejemplo, en ciertas universidades, como indiviuos que son verdaderos donadies, y cuyas contribuciones intelectuales no suman ni restan en nada aparte de un muy pequeño grupo de "expertos" que ni voz ni voto tienen en las decisiones importantes, cuyos oscuros articulos de investigaciòn cientìfica no interesan a nadie y nunca nadie leerà, se sienten grandes en un cìrculo universitario porque ostentan un tìtulo de doctor, como que si eso significara que eso los hace superiores o mejores personas de alguna manera. Y lo curioso es que eso se da mucho en las facultades universitarias, donde estudiantes aduladores de las autoridades universitarias se dedican a lavar cojones desde muy temprano para garantizarse un puesto en una meritocracia absurda y vacìa de unas de estas facultades universitarias. He visto, para mi asombro, como el mundo acadèmico està lleno de comemierdas que pueden tener una gran capacidad intelectual, pero cero capacidad emocional o espiritual, que se dedican a crear estructoras meritocratoides en las que ellos se sienten soberanos suprahumanos que comandan el universo, individuos que si no bretearan en una universidad o fueran despedidos, nadie los contratarìa por su escasa o nula capacidad profesional en un ambiente de trabajo real, o porque tienen tanto tìtulo que nadie los contratariìa porque nadie podrìa pagar el montòn de exigencias econòmicas que sus ilusorios cartones los hacen demandar. Sin embargo, estas vacas sagradas, con su mundo meritocratoide, son el primer bastiòn del virus de la titulitis, y no es raro velrlos con CV de 18 paginas o màs, y vendiendo una imagen de "expertise" que puede ser encontrado perfectamente en cualquier lugar, o en los ambientes laborales màs exigentes, donde se hace el trabajo aplicado de verdad, los de ellos son simplemente CV diseñados para apabullar a las mentes impresionables y hacer que los estudiantillos sin experiencia vivan creyendo que tienen profesores "muy inteligentes, màs que la media nacional" que les estàn enseñando doctrinas no revelada al "bulgo inferior màs allà del claustro universitario". Desde luego que el grado de doctor ha ayudado mucho para que las universidades vendan la idea que sus profesores son superhombres que viven "la vida de la mente" a niveles imposibles de entender. Tales ideas, como muchas cosas en esta sociedad, no son màs que una simple farsa.
Aunque un doctorado no es sinò un trabajo de esclavo que se hace por cuatro años para que algun vivazo se gane la platilla de algùn proyecto a costa de estos pichones de la ilusion intelectualista (claro, a estos esclavos se les vende la idea de que ellos estàn ayudando "al avance del conocimiento humano", cuando la realidad es que en el avance del conocimiento humano colabora una fracciòn muy pequeña de individuos dentro y fuera de las universidades, la mayor parte de las tesis de estos chavalos, si no se hicieran, el mundo no las extrañarìa en lo absoluto), vemos que todos estos amos de la titulitis dan un ejemplo noscivo a todos aquellos que tienen la desgracia de encontrarse con ellos en los claustros universitarios. Les enseñan a los que los ven que entre màs tìtulos saquen, màs "cotizados" o màs valor van a tener como individuos en el mercado laboral. La razòn real por la que enseñan esto, sin embargo, es que en realidad la eduaciòn es un negocio que pretende atraer a estos enfermos de titulitis crònica tantas veces como sea posible. Aunque es claro que un tìtulo està tan devaluado en estos dìas, igual vemos gente que adquiere el hàbito de consumir educaciòn con la falsa expectativa de que esto les abrirà fuentes de trabajo (no lo hacen porque deseen aprender, es solo un mero trueque de intereses monetarios), igual vemos gente en la calle que le dice a uno que es master, o que tiene dos o tres titulos, pero que muchas veces experiencia pràctica real ni trabajo EN SU AREA tienen. Y con razòn, porque un chavalo que tenga un trabajo real donde deba a aplicar lo que sabe y lo estimule intelectualmente, dificilmente va a tener tiempo para sacar dos o tres tìtulos, eso solo podrìa hacerlo alguièn que 1) no puede certificar la solidez de ni siquiera uno de sus cartones con experiencia profesional real o 2) es tan malo como profesional que, con el fin de compensar su mediocridad y su incapacidad innovadora, requiere de sacar un master para no sentirse inferior que otros que no lo tienen, aunque quizàs aquellos que tienen el bachillerato son mejores profesionalmente y màs productivos que el mediocre con el "master". Cuando estuve en la universidad, conocì estudiantes de verdad brillantez, y la mayorìa de estos nunca terminaron dando clases en una universidad. Eso es porque en Costa Rica, el acceso a la docencia es un asunto màs de adulaciòn e influencias, màs que otra cosa, aparte de que una persona de verdad inteligente lleva la inteligencia consigo y tiene acceso a ella desde si misma, donde quiera que estè, no tiene que suministràrsele continuamente como "caldo a un tìsico", como sucede con estos enfermos de la titulitis crònica, y que como se ha dicho, a veces terminan de profesores en los claustros universitarios.
Lo peor de todo, es que este habito irracional de sacar y sacar titulos revela que su negocio de sacar un titulo carisimo para cambiarlo por trabajo posteriormente, fue una inversion fallida y un completo fracaso. Tales personas deberìan ser realistas y entener que es mejor no estudiar si se ve la profesiòn como un negocio, si no se hace por vocacion. La sugerencia en este caso es que es mejor, desde el punto de vista economico, que saquen grados de tecnicos medios, son grados aplicados, que se sacan rapitidito, o certificaciones para oficios concretos y les permiten a las personas sacar lo que ellas buscan, habilidades transferibles al mercado laboral. Muchas veces un oficio le puede a uno dar una mejor remuneraciòn, y trabajo màs estable, que ponerse a ir a calentar asientos a universidades. Ponerse a sacar carreras sin tener el trabajo o la experiencia profesional garantizada podrìa ser un mal movimiento, y a como està la cosa, dudo que haya gente que en ciertos casos desee invertir de 4 a 6 años de su vida en un tìtulo que està estudiando no por vocaciòn, sinò solo por sacar plata. Hay formas màs inteligentes de dirigir el esfuerzo personal que tener que ir a meterse a una universidad, solo por un idiota estereotipo social de supuesta superioridad que un cartòn no da. De esta falsa superioridad muchos de los caducos profesores se terminan dando cuenta, despuès de su descomunal esfuerzo, y al darse cuenta de la farsa, terminan siendo esos profesorcillos frustrados que tienen como aficiòn sonarse a medio mundo en las universidades pùblicas.
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