¡Ay, Dios mío! Qué pena contarla, pero la tranquilidad de Ciudad Cortés, en Osa, quedó hecha añicos este finde. Una nena, apenas con cinco años, encontró un final demasiado pronto en las aguas del Río Balsar. La noticia cayó como balde de agua fría y ahora todo el cantón está de luto. Parece mentira que algo así le pudiera pasar a una criatura tan inocente.
Según nos cuentan los compañeros de los Bomberos, la alerta llegó temprano el domingo. Al llegar al río, se toparon con la menor sumergida. Inmediatamente entraron en acción con RCP, pero ni modo, lucharon como verdaderos campeones durante más de veinte minutos, pero la situación era irreversible. Pobreza ajena, ¿verdad?
La Fuerza Pública tuvo que hacerse cargo de la escena, y bueno, la familia... imagínense el golpe. No hay palabras para describir el dolor que estaban sintiendo esos papás y abuelos. Se nota que esto les va a dejar una cicatriz enorme, una herida que no creo que cierre nunca. Uno piensa, ¿cómo puede pasar esto en nuestro país, en nuestra comunidad?
Este triste episodio nos trae de vuelta el tema de la seguridad en nuestros ríos y zonas de recreación. Con tanto sol y calor, la gente busca refrescarse en el agua, pero a veces olvidamos los peligros que acechan. Sobre todo si hay niños cerca. Los cuerpos de emergencia siempre andan recalcando que hay que estar ojo avizor y evitar que los puros se metan en corrientes peligrosas. Ya pasó varias veces antes, diay.
En Osa, los ríos son parte fundamental de la vida cotidiana. Son fuente de agua, de alimento e incluso de diversión. Pero también pueden ser traicioneros si no se toman precauciones. Esta tragedia debería servirnos de ejemplo y recordarles a todos que la seguridad es lo primero, especialmente cuando se trata de los más pequeños de casa. Hay que enseñarles a respetar la naturaleza y a entender que el río no es un parque acuático.
Algunos vecinos comentan que el río había estado bastante crecido últimamente debido a algunas lluvias fuertes en la zona alta. Aunque aparentemente no estaba desbordado el día del incidente, eso pudo haber influido en la corriente y dificultado cualquier intento de rescate. Siempre es mejor prevenir que lamentar, ¿no creen?
Las autoridades ya están investigando lo sucedido para determinar si hubo alguna negligencia o factor contribuyente. Dicen que van a revisar los protocolos de seguridad en las áreas turísticas de Osa para ver qué se puede mejorar. Esperemos que estas investigaciones sirvan para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir en el futuro. Uno quiere pensar que sí, ¿verdad?
Ahora bien, esto me lleva a preguntarles a ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿qué medidas cree usted que deberían tomarse para aumentar la seguridad en los ríos y zonas de recreación de Costa Rica, especialmente para proteger a los niños? ¿Deberían haber más señalización, salvavidas o programas educativos? Compartan sus ideas y opiniones en los comentarios, vamos a armar un buen debate y tratar de aportar soluciones constructivas a esta problemática que nos afecta a todos.
Según nos cuentan los compañeros de los Bomberos, la alerta llegó temprano el domingo. Al llegar al río, se toparon con la menor sumergida. Inmediatamente entraron en acción con RCP, pero ni modo, lucharon como verdaderos campeones durante más de veinte minutos, pero la situación era irreversible. Pobreza ajena, ¿verdad?
La Fuerza Pública tuvo que hacerse cargo de la escena, y bueno, la familia... imagínense el golpe. No hay palabras para describir el dolor que estaban sintiendo esos papás y abuelos. Se nota que esto les va a dejar una cicatriz enorme, una herida que no creo que cierre nunca. Uno piensa, ¿cómo puede pasar esto en nuestro país, en nuestra comunidad?
Este triste episodio nos trae de vuelta el tema de la seguridad en nuestros ríos y zonas de recreación. Con tanto sol y calor, la gente busca refrescarse en el agua, pero a veces olvidamos los peligros que acechan. Sobre todo si hay niños cerca. Los cuerpos de emergencia siempre andan recalcando que hay que estar ojo avizor y evitar que los puros se metan en corrientes peligrosas. Ya pasó varias veces antes, diay.
En Osa, los ríos son parte fundamental de la vida cotidiana. Son fuente de agua, de alimento e incluso de diversión. Pero también pueden ser traicioneros si no se toman precauciones. Esta tragedia debería servirnos de ejemplo y recordarles a todos que la seguridad es lo primero, especialmente cuando se trata de los más pequeños de casa. Hay que enseñarles a respetar la naturaleza y a entender que el río no es un parque acuático.
Algunos vecinos comentan que el río había estado bastante crecido últimamente debido a algunas lluvias fuertes en la zona alta. Aunque aparentemente no estaba desbordado el día del incidente, eso pudo haber influido en la corriente y dificultado cualquier intento de rescate. Siempre es mejor prevenir que lamentar, ¿no creen?
Las autoridades ya están investigando lo sucedido para determinar si hubo alguna negligencia o factor contribuyente. Dicen que van a revisar los protocolos de seguridad en las áreas turísticas de Osa para ver qué se puede mejorar. Esperemos que estas investigaciones sirvan para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir en el futuro. Uno quiere pensar que sí, ¿verdad?
Ahora bien, esto me lleva a preguntarles a ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿qué medidas cree usted que deberían tomarse para aumentar la seguridad en los ríos y zonas de recreación de Costa Rica, especialmente para proteger a los niños? ¿Deberían haber más señalización, salvavidas o programas educativos? Compartan sus ideas y opiniones en los comentarios, vamos a armar un buen debate y tratar de aportar soluciones constructivas a esta problemática que nos afecta a todos.