¡Ay, Dios mío! Qué barbaridad lo que pasó en Los Guido, Desamparados. Una mujer, má' tranquila, encontró la muerte a manos de alguien con arma blanca. La Cruz Roja nos dice que recibieron el llamado pasaditas de las ocho de la mañana de este sábado, y cuando llegaron al sitio... pues ahí nomás, no había señales de vida. ¡Esto da qué pensar!
La verdad, la zona quedó picada. Los vecinos andaban hablando, tratando de entender qué pudo haber pasado. Se dice que la señora era muy trabajadora, siempre alegre, ayudando a los demás. Nadie entiende cómo alguien le podría hacer eso, encima en su propia casa. Uno piensa, ¿cómo es posible que esto siga pasando en nuestro país?
Las autoridades judiciales ya están metidas hasta el cuello en el brete, investigando a ver quién fue el responsable y cuál fue el motivo detrás de este acto tan cobarde. Hasta ahora, no han querido soltar prenda sobre la identidad de la víctima, ni tampoco han avanzado mucho con las pistas. Hay que darle tiempo para que hagan bien su trabajo, aunque la verdad, uno se queda con la mosca.
Lo que sí sabemos es que la escena estaba bastante fea, según los oficiales que estuvieron en el lugar. Dicen que encontraron varios objetos personales tirados alrededor, lo que indica que hubo forcejeo. Algunos vecinos comentaron que escucharon gritos durante la noche, pero nadie les dio importancia. ¡Qué sal! Ahora, lamentablemente, resulta que esos gritos eran por algo tan terrible.
Este tipo de situaciones te hacen reflexionar sobre la seguridad que tenemos aquí en Costa Rica. Ya no se puede andar tranquilo ni en la capital, menos aún en barrios alejados. Parece que la violencia se ha apoderado de todo, y a veces uno siente que las autoridades no están haciendo lo suficiente para proteger a los ciudadanos. ¡Qué torta!
Y no es solamente este caso, ¿eh? Recuerdo que hace poco salió en las noticias lo de Kevin Kirby y el movilazo que hicieron en Hatillo. ¡Un escándalo! Y luego tienes los Chances, con gente pegándose unos empujones por agarrar la rifa. Poco a poco, parece que vamos perdiendo los valores y la tranquilidad que nos caracterizaban. ¡Qué carga!
Algunos expertos dicen que esto se debe a la crisis económica, otros culpan a la falta de oportunidades para los jóvenes. Yo creo que es una combinación de todo eso, y también porque hemos perdido el miedo a romper las reglas. Antes, si te portabas mal, tu mamá o tu profe te corrían pal palo, y aprendías la lección. Ahora, parece que todo vale. Este caso de Desamparados debería ser un llamado de atención para todos nosotros, para que empecemos a valorar más la vida y el respeto mutuo.
En fin, esta tragedia deja una profunda tristeza en toda la comunidad de Desamparados y en todo el país. Esperamos que las autoridades logren esclarecer este hecho lo antes posible y llevar al culpable ante la justicia. Pero, dime tú: ¿crees que las medidas actuales son suficientes para garantizar la seguridad de los ciudadanos en Costa Rica o necesitamos urgentemente implementar nuevas estrategias?
La verdad, la zona quedó picada. Los vecinos andaban hablando, tratando de entender qué pudo haber pasado. Se dice que la señora era muy trabajadora, siempre alegre, ayudando a los demás. Nadie entiende cómo alguien le podría hacer eso, encima en su propia casa. Uno piensa, ¿cómo es posible que esto siga pasando en nuestro país?
Las autoridades judiciales ya están metidas hasta el cuello en el brete, investigando a ver quién fue el responsable y cuál fue el motivo detrás de este acto tan cobarde. Hasta ahora, no han querido soltar prenda sobre la identidad de la víctima, ni tampoco han avanzado mucho con las pistas. Hay que darle tiempo para que hagan bien su trabajo, aunque la verdad, uno se queda con la mosca.
Lo que sí sabemos es que la escena estaba bastante fea, según los oficiales que estuvieron en el lugar. Dicen que encontraron varios objetos personales tirados alrededor, lo que indica que hubo forcejeo. Algunos vecinos comentaron que escucharon gritos durante la noche, pero nadie les dio importancia. ¡Qué sal! Ahora, lamentablemente, resulta que esos gritos eran por algo tan terrible.
Este tipo de situaciones te hacen reflexionar sobre la seguridad que tenemos aquí en Costa Rica. Ya no se puede andar tranquilo ni en la capital, menos aún en barrios alejados. Parece que la violencia se ha apoderado de todo, y a veces uno siente que las autoridades no están haciendo lo suficiente para proteger a los ciudadanos. ¡Qué torta!
Y no es solamente este caso, ¿eh? Recuerdo que hace poco salió en las noticias lo de Kevin Kirby y el movilazo que hicieron en Hatillo. ¡Un escándalo! Y luego tienes los Chances, con gente pegándose unos empujones por agarrar la rifa. Poco a poco, parece que vamos perdiendo los valores y la tranquilidad que nos caracterizaban. ¡Qué carga!
Algunos expertos dicen que esto se debe a la crisis económica, otros culpan a la falta de oportunidades para los jóvenes. Yo creo que es una combinación de todo eso, y también porque hemos perdido el miedo a romper las reglas. Antes, si te portabas mal, tu mamá o tu profe te corrían pal palo, y aprendías la lección. Ahora, parece que todo vale. Este caso de Desamparados debería ser un llamado de atención para todos nosotros, para que empecemos a valorar más la vida y el respeto mutuo.
En fin, esta tragedia deja una profunda tristeza en toda la comunidad de Desamparados y en todo el país. Esperamos que las autoridades logren esclarecer este hecho lo antes posible y llevar al culpable ante la justicia. Pero, dime tú: ¿crees que las medidas actuales son suficientes para garantizar la seguridad de los ciudadanos en Costa Rica o necesitamos urgentemente implementar nuevas estrategias?