¡Ay, Dios mío! El corazón roto, mae… En la tranquila comunidad de La Casona, en pleno territorio Ngäbe Buglé, una familia está pasando por momentos inimaginables. Una nena chiquita, apenas dos añitos, nos dejó este mundo tras sufrir una picadura de alacrán. Qué pena, qué pesar... No hay palabras que describan el dolor que sienten ahí arriba.
Según nos cuentan, todo pasó el martes pasado. La criatura estaba jugando tranquilamente cuando recibió la picadura venenosa. Sus papás, rápido, organizaron el viaje hasta el hospital más cercano, el Juana Pirola de San Vito. Se fajaron buscando llevarla sana y salva, pero a pesar del esfuerzo de los doctores y enfermeras, la nena falleció alrededor de las diez de la noche. Un golpe durísimo para todos.
Imagínate, mae, allá arriba en La Casona, las casas son sencillas, los caminos son de lastre y el acceso a los servicios básicos, pues digamos que no es precisamente como aquí en la capital. Eso hace que cualquier emergencia médica se convierta en una verdadera carrera contra el tiempo. Y en estos casos, cada segundo cuenta, diay… Un recurso sanitario más cerca podría haber cambiado el desenlace de esta terrible historia.
La noticia corrió como pólvora por toda la comunidad. Vecinos, líderes comunitarios, todos consternados. Hablan de la fragilidad con la que se vive en esos lugares, donde la naturaleza te da bonitos paisajes pero también trae sus propios peligros. El alacrán es un chunche que anda suelto, y aunque no es común que haya mordeduras graves, esta tragedia sirve para recordar que hay que estar siempre alerta. Y claro, para exigir mejores condiciones.
Representantes de la comunidad Ngäbe Buglé ya han levantado la voz, pidiendo al gobierno que escuche sus necesidades y fortalezca las rutas de transporte de emergencias. Que le pongan el ojo a esto, porque así no va a funcionar. Necesitan ambulancias equipadas y personal capacitado disponible las 24 horas, para llegar rápido a donde sea necesario. Y no solo eso, sino también acceso a medicamentos y atención médica especializada.
Este caso pone sobre la mesa una realidad incómoda para muchos: la desigualdad en el acceso a la salud en Costa Rica. Mientras nosotros acá abajo tenemos hospitales modernos y seguros, allá arriba, en las comunidades más remotas, la gente sigue luchando por conseguir lo básico. No es justo, y menos cuando hablamos de la vida de unos niños. Esta nena se fue demasiado pronto, dejando un vacío enorme en su familia y en toda la comunidad.
Se ha habilitado un brinde comunitario para apoyar a la familia doliente. Desde la iglesia hasta el rancho, la gente se está organizando para aportar lo que pueda: comida caliente, ropa, ayuda económica. Porque cuando alguien está sufriendo, aquí en Costa Rica nos echamos una mano, ¡eso sí que es pura verdad! Este brete les duele a todos, y no es para menos. La pérdida de una vida tan pequeña es un mazazo que cuesta asimilar.
Ahora bien, pensando en todo esto, ¿usted cree que el Estado debería invertir más recursos en mejorar los servicios de salud en las zonas rurales e indígenas de Costa Rica, incluso si eso significa destinar fondos de otras áreas? ¿O considera que la responsabilidad recae principalmente en las propias comunidades para organizarse y buscar soluciones alternativas?
Según nos cuentan, todo pasó el martes pasado. La criatura estaba jugando tranquilamente cuando recibió la picadura venenosa. Sus papás, rápido, organizaron el viaje hasta el hospital más cercano, el Juana Pirola de San Vito. Se fajaron buscando llevarla sana y salva, pero a pesar del esfuerzo de los doctores y enfermeras, la nena falleció alrededor de las diez de la noche. Un golpe durísimo para todos.
Imagínate, mae, allá arriba en La Casona, las casas son sencillas, los caminos son de lastre y el acceso a los servicios básicos, pues digamos que no es precisamente como aquí en la capital. Eso hace que cualquier emergencia médica se convierta en una verdadera carrera contra el tiempo. Y en estos casos, cada segundo cuenta, diay… Un recurso sanitario más cerca podría haber cambiado el desenlace de esta terrible historia.
La noticia corrió como pólvora por toda la comunidad. Vecinos, líderes comunitarios, todos consternados. Hablan de la fragilidad con la que se vive en esos lugares, donde la naturaleza te da bonitos paisajes pero también trae sus propios peligros. El alacrán es un chunche que anda suelto, y aunque no es común que haya mordeduras graves, esta tragedia sirve para recordar que hay que estar siempre alerta. Y claro, para exigir mejores condiciones.
Representantes de la comunidad Ngäbe Buglé ya han levantado la voz, pidiendo al gobierno que escuche sus necesidades y fortalezca las rutas de transporte de emergencias. Que le pongan el ojo a esto, porque así no va a funcionar. Necesitan ambulancias equipadas y personal capacitado disponible las 24 horas, para llegar rápido a donde sea necesario. Y no solo eso, sino también acceso a medicamentos y atención médica especializada.
Este caso pone sobre la mesa una realidad incómoda para muchos: la desigualdad en el acceso a la salud en Costa Rica. Mientras nosotros acá abajo tenemos hospitales modernos y seguros, allá arriba, en las comunidades más remotas, la gente sigue luchando por conseguir lo básico. No es justo, y menos cuando hablamos de la vida de unos niños. Esta nena se fue demasiado pronto, dejando un vacío enorme en su familia y en toda la comunidad.
Se ha habilitado un brinde comunitario para apoyar a la familia doliente. Desde la iglesia hasta el rancho, la gente se está organizando para aportar lo que pueda: comida caliente, ropa, ayuda económica. Porque cuando alguien está sufriendo, aquí en Costa Rica nos echamos una mano, ¡eso sí que es pura verdad! Este brete les duele a todos, y no es para menos. La pérdida de una vida tan pequeña es un mazazo que cuesta asimilar.
Ahora bien, pensando en todo esto, ¿usted cree que el Estado debería invertir más recursos en mejorar los servicios de salud en las zonas rurales e indígenas de Costa Rica, incluso si eso significa destinar fondos de otras áreas? ¿O considera que la responsabilidad recae principalmente en las propias comunidades para organizarse y buscar soluciones alternativas?