¡Ay, Dios mío! Se armó un bronca tremenda allá en Cieneguita de Limón. Un señor, don Norman, de 29 años, dejó este mundo por culpa de un perro bravo. Qué pena, chavos, esto da escalofríos a cualquiera. Estaba caminando al perro cuando pasó lo inesperado. Uno nunca sabe cuándo le va a tocar, diay.
Según nos cuentan los vecinos y confirmaron desde el OIJ, el incidente ocurrió el domingo pasado, cerca de las siete de la noche. Don Norman estaba tranquilamente paseando a su can, un perrito mestizo bastante mansito, cuando, de repente, apareció otro perro, grande y agresivo, que se abalanzó sobre él. No sabemos qué gatillo provocó esta reacción tan violenta, pero parece que el pobre hombre no tuvo oportunidad de defenderse.
Las primeras informaciones indican que el perro atacante infligió varias mordeduras profundas en diferentes partes del cuerpo de don Norman: brazos, cuello e incluso en el pecho. ¡Imagínense la impresión! De inmediato, unos testigos llamaron a la ambulancia de la Cruz Roja, quienes llegaron rápidamente al lugar para prestarle asistencia médica. Lo trasladaron de urgencia al hospital Tony Facio, pensando que sí lo podían salvar, pero lamentablemente llegó sin signos vitales. Una pérdida dolorosa para toda la comunidad limonense.
Ahora mismo, las autoridades ya están investigando qué pudo haber detonado este terrible hecho. Están revisando si el perro atacante tenía dueño y, en caso afirmativo, si cumplía con las normas municipales sobre tenencia responsable de mascotas. La Fiscalía ha abierto una investigación para determinar las responsabilidades correspondientes, porque esto no puede quedar impune. Que sepan los dueños que tienen que tener sus perros bajo control, ¡la seguridad de todos está en juego!
Muchos vecinos de Cienaguita están indignados y exigen mayor control sobre los animales potencialmente peligrosos. Dicen que llevan tiempo alertando a las autoridades sobre perros callejeros y abandonados que representan una amenaza para la población, especialmente para niños y adultos mayores. “Ya era hora de que pasara algo así para que se pongan las pilas”, comentó Doña Rosa, vecina de la zona. “Uno camina por la calle con miedo de que te tire encima un perro rabioso”.
Este tipo de incidentes, aunque raros, nos recuerdan la importancia de la responsabilidad ciudadana en cuanto a la tenencia de mascotas. No basta con tener un perro bonito, también hay que asegurarse de que esté debidamente vacunado, identificado y controlado. Además, es fundamental educar a nuestros hijos sobre cómo interactuar de forma segura con los animales, enseñándoles a respetar su espacio y a evitar acercarse a perros extraños.
Pero no todo es culpa de los dueños negligentes, chunches. También existe un problema serio con la falta de políticas públicas efectivas para controlar la proliferación de perros callejeros y garantizar la seguridad de todos. Se necesita una coordinación entre el gobierno municipal, organizaciones protectoras de animales y la comunidad para implementar programas de esterilización, adopción y educación que contribuyan a solucionar este problema de raíz. Con inversión y planificación, podríamos reducir significativamente estos riesgos que afectan a tanta gente.
La muerte de don Norman es una tragedia que nos obliga a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos y como sociedad. ¿Cómo podemos trabajar juntos para prevenir futuros ataques caninos y crear un entorno más seguro para todos? Les pregunto a ustedes, lectores del Foro: ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para evitar que este tipo de tragedias vuelvan a ocurrir en Costa Rica?
Según nos cuentan los vecinos y confirmaron desde el OIJ, el incidente ocurrió el domingo pasado, cerca de las siete de la noche. Don Norman estaba tranquilamente paseando a su can, un perrito mestizo bastante mansito, cuando, de repente, apareció otro perro, grande y agresivo, que se abalanzó sobre él. No sabemos qué gatillo provocó esta reacción tan violenta, pero parece que el pobre hombre no tuvo oportunidad de defenderse.
Las primeras informaciones indican que el perro atacante infligió varias mordeduras profundas en diferentes partes del cuerpo de don Norman: brazos, cuello e incluso en el pecho. ¡Imagínense la impresión! De inmediato, unos testigos llamaron a la ambulancia de la Cruz Roja, quienes llegaron rápidamente al lugar para prestarle asistencia médica. Lo trasladaron de urgencia al hospital Tony Facio, pensando que sí lo podían salvar, pero lamentablemente llegó sin signos vitales. Una pérdida dolorosa para toda la comunidad limonense.
Ahora mismo, las autoridades ya están investigando qué pudo haber detonado este terrible hecho. Están revisando si el perro atacante tenía dueño y, en caso afirmativo, si cumplía con las normas municipales sobre tenencia responsable de mascotas. La Fiscalía ha abierto una investigación para determinar las responsabilidades correspondientes, porque esto no puede quedar impune. Que sepan los dueños que tienen que tener sus perros bajo control, ¡la seguridad de todos está en juego!
Muchos vecinos de Cienaguita están indignados y exigen mayor control sobre los animales potencialmente peligrosos. Dicen que llevan tiempo alertando a las autoridades sobre perros callejeros y abandonados que representan una amenaza para la población, especialmente para niños y adultos mayores. “Ya era hora de que pasara algo así para que se pongan las pilas”, comentó Doña Rosa, vecina de la zona. “Uno camina por la calle con miedo de que te tire encima un perro rabioso”.
Este tipo de incidentes, aunque raros, nos recuerdan la importancia de la responsabilidad ciudadana en cuanto a la tenencia de mascotas. No basta con tener un perro bonito, también hay que asegurarse de que esté debidamente vacunado, identificado y controlado. Además, es fundamental educar a nuestros hijos sobre cómo interactuar de forma segura con los animales, enseñándoles a respetar su espacio y a evitar acercarse a perros extraños.
Pero no todo es culpa de los dueños negligentes, chunches. También existe un problema serio con la falta de políticas públicas efectivas para controlar la proliferación de perros callejeros y garantizar la seguridad de todos. Se necesita una coordinación entre el gobierno municipal, organizaciones protectoras de animales y la comunidad para implementar programas de esterilización, adopción y educación que contribuyan a solucionar este problema de raíz. Con inversión y planificación, podríamos reducir significativamente estos riesgos que afectan a tanta gente.
La muerte de don Norman es una tragedia que nos obliga a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos y como sociedad. ¿Cómo podemos trabajar juntos para prevenir futuros ataques caninos y crear un entorno más seguro para todos? Les pregunto a ustedes, lectores del Foro: ¿Qué medidas creen que deberían tomarse para evitar que este tipo de tragedias vuelvan a ocurrir en Costa Rica?