¡Ay, Dios mío! La comunidad de Zapote está lidiando con una tragedia que te pone la piel de gallina. Un incendio voraz arrasó una vivienda en Quesada Durán, dejando una estela de dolor y preguntas flotando en el aire. Parece sacado de película, pero la realidad supera cualquier guion, máxime cuando involucra a inocentes.
Según las autoridades, todo ocurrió ayer por la tarde cuando las llamas se propagaron rápidamente, atrapando a tres menores de edad y a una mujer adulta dentro de la casa. Las primeras investigaciones apuntan a que las pequeñas eran visitas, amigas de la niña que residía en la propiedad, y estaban bajo el cuidado de una niñera. Un brete terrible, vaya.
Luis Salas, jefe operativo del Cuerpo de Bomberos, señaló que la dificultad para evacuar la vivienda radicaba en su diseño particular. “Las medidas de seguridad contra el hampa han complicado la evacuación, ya que dificultan el acceso rápido. Entendemos la necesidad de protegerse, pero esto nos puso en una situación complicada”, comentó Salas visiblemente afectado. Imaginen la desesperación….
Erick Acuña, un trabajador de la ebanistería que pertenece a la misma familia propietaria de la vivienda, narró cómo el humo y las llamas surgieron repentinamente, generando pánico entre los empleados. “Al principio pensamos que era un pequeño incidente, pero en cuestión de segundos el fuego se salió de control. Intentamos hacer algo por las niñas, pero era imposible, el calor era demasiado intenso”, relató con voz quebrada.
La familia, recién llegada a la zona, aún estaba terminando algunas adecuaciones en la casa, lo que sugiere que la rápida expansión del fuego podría haber sido facilitada por materiales de construcción presentes en el lugar. Según algunos vecinos, incluso se escuchó una posible explosión justo antes de que iniciara el infierno, aunque las autoridades aún investigan esa versión.
Este trágico suceso ha puesto en evidencia nuevamente la vulnerabilidad ante los incendios domésticos en nuestro país. Lamentablemente, el 2025 está siendo catalogado como uno de los años más críticos en cuanto a atención de emergencias por incendios, con un aumento alarmante en el número de víctimas mortales. Dejemos de poner pretextos y comencemos a tomar precauciones reales, porque esto no puede seguir pasando. Que pena, mae, qué pena.
La vecina Edelma Castillo, con lágrimas en los ojos, describió la desesperación generalizada al intentar sofocar las llamas sin éxito. Recordó a las niñas como unas “chiquillas muy alegres que pasaban todas las mañanas acompañadas de sus papás.” Eso sí duele... Ver la impotencia de la gente, tratando de ayudar y sin poder hacer nada, es de llevarse las manos a la cabeza. Un verdadero desfogue emocional.
Ahora, con el duelo presente y las investigaciones en curso, nos preguntamos: ¿Qué medidas concretas podemos implementar como sociedad para prevenir tragedias similares y proteger a nuestros seres queridos de este flagelo? ¿Será suficiente con campañas de concienciación o necesitamos regulaciones más estrictas en materia de seguridad contra incendios en hogares?
Según las autoridades, todo ocurrió ayer por la tarde cuando las llamas se propagaron rápidamente, atrapando a tres menores de edad y a una mujer adulta dentro de la casa. Las primeras investigaciones apuntan a que las pequeñas eran visitas, amigas de la niña que residía en la propiedad, y estaban bajo el cuidado de una niñera. Un brete terrible, vaya.
Luis Salas, jefe operativo del Cuerpo de Bomberos, señaló que la dificultad para evacuar la vivienda radicaba en su diseño particular. “Las medidas de seguridad contra el hampa han complicado la evacuación, ya que dificultan el acceso rápido. Entendemos la necesidad de protegerse, pero esto nos puso en una situación complicada”, comentó Salas visiblemente afectado. Imaginen la desesperación….
Erick Acuña, un trabajador de la ebanistería que pertenece a la misma familia propietaria de la vivienda, narró cómo el humo y las llamas surgieron repentinamente, generando pánico entre los empleados. “Al principio pensamos que era un pequeño incidente, pero en cuestión de segundos el fuego se salió de control. Intentamos hacer algo por las niñas, pero era imposible, el calor era demasiado intenso”, relató con voz quebrada.
La familia, recién llegada a la zona, aún estaba terminando algunas adecuaciones en la casa, lo que sugiere que la rápida expansión del fuego podría haber sido facilitada por materiales de construcción presentes en el lugar. Según algunos vecinos, incluso se escuchó una posible explosión justo antes de que iniciara el infierno, aunque las autoridades aún investigan esa versión.
Este trágico suceso ha puesto en evidencia nuevamente la vulnerabilidad ante los incendios domésticos en nuestro país. Lamentablemente, el 2025 está siendo catalogado como uno de los años más críticos en cuanto a atención de emergencias por incendios, con un aumento alarmante en el número de víctimas mortales. Dejemos de poner pretextos y comencemos a tomar precauciones reales, porque esto no puede seguir pasando. Que pena, mae, qué pena.
La vecina Edelma Castillo, con lágrimas en los ojos, describió la desesperación generalizada al intentar sofocar las llamas sin éxito. Recordó a las niñas como unas “chiquillas muy alegres que pasaban todas las mañanas acompañadas de sus papás.” Eso sí duele... Ver la impotencia de la gente, tratando de ayudar y sin poder hacer nada, es de llevarse las manos a la cabeza. Un verdadero desfogue emocional.
Ahora, con el duelo presente y las investigaciones en curso, nos preguntamos: ¿Qué medidas concretas podemos implementar como sociedad para prevenir tragedias similares y proteger a nuestros seres queridos de este flagelo? ¿Será suficiente con campañas de concienciación o necesitamos regulaciones más estrictas en materia de seguridad contra incendios en hogares?
