¡Ay, Dios mío! Una escena digna de película ocurrió ayer en la ruta 32, a la altura del kilómetro 222+300. Dos tráileres se agarraron carretonazo, desatando un incendio que nos pintó el cielo de negro y dejando a un pobre tipo luchando por su vida. Parece sacado de una novela, ¿verdad?
Según Caminos y Puentes Federales (CAPUFE), todo comenzó con un golpe trasero, un alcance que terminó en pura calamidad. El fuego se expandió rapidísimo, tragándose a los dos camiones de carga y provocando algunas explosiones. ¡Imagínate el susto!, varios carros tuvieron que frenar en seco, y gente valiente se acercó para ayudar, arriesgando su pellejo.
Los videos que circularon en WhatsApp eran de pelos de punta. Se escuchaba al conductor, atrapado entre las llamas, gritando desesperado: “¡No veo, por favor, ayúdenme!”. Un testigo le decía que se tranquilizara, esperando a los bomberos, pero el pobre hombre estaba visiblemente alterado, tratando de escapar del infierno que lo rodeaba. ¡Qué torta!, da escalofríos solo pensarlo.
Y ni hablar de la respuesta de los equipos de emergencia. Bomberos de toda la zona y Protección Civil llegaron a la brecha, trabajando contra reloj para sofocar las llamas y sacar al conductor. La tarea no fue fácil, pues el fuego era voraz y había riesgo de más explosiones. Se dice que estuvieron ahí hasta la madrugada, removiendo los restos de los tráileres calcinados. La circulación se restableció cerca de las tres de la mañana, pero quedó un ambiente pesado, lleno de humo y tristeza.
Las autoridades todavía no han querido revelar los nombres de los involucrados, pero fuentes cercanas al Hospital San Rafael aseguran que el conductor que sufrió las quemaduras podría haber perdido la visión. ¡Qué sal!, esto pinta feo, muy feo. Están esperando resultados oficiales para confirmar su diagnóstico y darle seguimiento médico adecuado. Esperamos que se recupere pronto, porque eso sí que es una carga para él y su familia.
Esta no es la primera vez que ocurre algo así en la ruta 32. Como bien sabemos, es una carretera conocida por sus descensos pronunciados, sus curvas peligrosas y el tráfico constante de camiones. Muchos maes han denunciado falta de mantenimiento, baches, señalización deficiente y excesos de velocidad. La verdad es que esta vía necesita urgentemente una revisión a fondo, o vamos a seguir viendo tragedias como ésta. No podemos andar jugando con la vida de la gente, diay.
En las redes sociales, la bronca ha ido creciendo. La gente exige mayor control y supervisión por parte de las autoridades competentes. Hay quienes piden más operativos sorpresa para verificar las condiciones de los vehículos y sancionar a los que exceden los límites de velocidad. Otros sugieren mejorar la iluminación y ampliar algunos tramos de la carretera, para hacerla más segura. De verdad que es hora de ponerle pausa a este panorama.
Sin duda, este incidente deja mucho en qué pensar. ¿Es suficiente lo que se está haciendo para garantizar la seguridad en nuestras carreteras? ¿Deberíamos exigir medidas más estrictas a las empresas transportistas? ¿Qué responsabilidad tienen tanto el Estado como los propios conductores en prevenir este tipo de accidentes? ¿Creen ustedes que CAPUFE debería estar bajo una lupa más exhaustiva considerando la cantidad de incidentes que ocurren en sus vías? ¡Vamos a debatir sobre esto, compas!
Según Caminos y Puentes Federales (CAPUFE), todo comenzó con un golpe trasero, un alcance que terminó en pura calamidad. El fuego se expandió rapidísimo, tragándose a los dos camiones de carga y provocando algunas explosiones. ¡Imagínate el susto!, varios carros tuvieron que frenar en seco, y gente valiente se acercó para ayudar, arriesgando su pellejo.
Los videos que circularon en WhatsApp eran de pelos de punta. Se escuchaba al conductor, atrapado entre las llamas, gritando desesperado: “¡No veo, por favor, ayúdenme!”. Un testigo le decía que se tranquilizara, esperando a los bomberos, pero el pobre hombre estaba visiblemente alterado, tratando de escapar del infierno que lo rodeaba. ¡Qué torta!, da escalofríos solo pensarlo.
Y ni hablar de la respuesta de los equipos de emergencia. Bomberos de toda la zona y Protección Civil llegaron a la brecha, trabajando contra reloj para sofocar las llamas y sacar al conductor. La tarea no fue fácil, pues el fuego era voraz y había riesgo de más explosiones. Se dice que estuvieron ahí hasta la madrugada, removiendo los restos de los tráileres calcinados. La circulación se restableció cerca de las tres de la mañana, pero quedó un ambiente pesado, lleno de humo y tristeza.
Las autoridades todavía no han querido revelar los nombres de los involucrados, pero fuentes cercanas al Hospital San Rafael aseguran que el conductor que sufrió las quemaduras podría haber perdido la visión. ¡Qué sal!, esto pinta feo, muy feo. Están esperando resultados oficiales para confirmar su diagnóstico y darle seguimiento médico adecuado. Esperamos que se recupere pronto, porque eso sí que es una carga para él y su familia.
Esta no es la primera vez que ocurre algo así en la ruta 32. Como bien sabemos, es una carretera conocida por sus descensos pronunciados, sus curvas peligrosas y el tráfico constante de camiones. Muchos maes han denunciado falta de mantenimiento, baches, señalización deficiente y excesos de velocidad. La verdad es que esta vía necesita urgentemente una revisión a fondo, o vamos a seguir viendo tragedias como ésta. No podemos andar jugando con la vida de la gente, diay.
En las redes sociales, la bronca ha ido creciendo. La gente exige mayor control y supervisión por parte de las autoridades competentes. Hay quienes piden más operativos sorpresa para verificar las condiciones de los vehículos y sancionar a los que exceden los límites de velocidad. Otros sugieren mejorar la iluminación y ampliar algunos tramos de la carretera, para hacerla más segura. De verdad que es hora de ponerle pausa a este panorama.
Sin duda, este incidente deja mucho en qué pensar. ¿Es suficiente lo que se está haciendo para garantizar la seguridad en nuestras carreteras? ¿Deberíamos exigir medidas más estrictas a las empresas transportistas? ¿Qué responsabilidad tienen tanto el Estado como los propios conductores en prevenir este tipo de accidentes? ¿Creen ustedes que CAPUFE debería estar bajo una lupa más exhaustiva considerando la cantidad de incidentes que ocurren en sus vías? ¡Vamos a debatir sobre esto, compas!