¡Quihubole! Dos mentes brillantes de nuestro país se mandaron de cajón en las Olimpiadas Centroamericanas y del Caribe de Biología (Olcecab). Kristen Solís, una jovencita de 16 años del Colegio Bilingüe Reina de los Ángeles, se trajo el oro a casa, demostrando que el talento tico sí existe y está a tope. Y ni hablar de Lynn Knight, de 17 años, del Colegio Científico de Puntarenas, que le siguió los pasos con una merecidísima medalla de plata. ¡Qué lujo!
Estas Olcecab, que este año se realizaron en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana, son un escaparate para jóvenes científicos de la región. No es solo competir; es una movida para conectar con otros cerebros jóvenes, intercambiar ideas y poner a prueba sus conocimientos en biología. Nuestros representantes llegaron acompañados por José Pereira y Federico Herrera, académicos de la Escuela de Ciencias Biológicas de la UCR, quienes les brindaron apoyo y guía durante todo el brete.
José Pereira, coordinador de las Olimpiadas Costarricenses de Biología, nos comentó que estas olimpiadas van mucho más allá de las medallas. “Es una experiencia formativa profunda,” nos dijo, “cultivan competencias cruciales para el siglo XXI, como pensar rápido, ser creativos, resolver problemas complicados y comunicar ideas científicas con claridad”. Realmente, suena a que le meten toda la carne al asador en estos eventos.
Pero la onda no se limita a lo académico. Pereira también enfatizó en lo importante que es fortalecer las habilidades socioemocionales, como la confianza en uno mismo, la capacidad de levantarse después de un golpe (resiliencia), liderazgo, disciplina y saber trabajar en equipo. Porque, díganlo claro, el mundo necesita personas preparadas no solo intelectualmente, sino también emocionalmente. Imaginen tener un científico con inteligencia bruta pero cero empatía… ¡Qué despiche sería eso!
Ahora, la gran noticia es que Costa Rica será la sede de las Olcecab el próximo año. ¡Esto es a todo dar! Un reconocimiento al esfuerzo constante de nuestro país por impulsar una educación científica de calidad. Además, representa una oportunidad única para mostrarle al mundo nuestros valores: compromiso con el medio ambiente, respeto por nuestra biodiversidad increíble, igualdad y fe en el poder transformador de la juventud. ¡Nos vemos obligados a dejar todo en el terreno para que la visita sea inolvidable!
Para lograr esto, las olimpiadas a nivel local son coordinadas por las universidades públicas a través del Conare, apoyadas por el MEP y Micitt. Esta colaboración interinstitucional demuestra que hay una voluntad seria de invertir en el futuro de nuestro país, formando nuevos profesionales capaces de enfrentar los desafíos que se avecinan. Ya saben, porque la ciencia es la herramienta que nos permitirá construir un futuro más sostenible y próspero para todos.
Y hablando de futuro, vale la pena destacar cómo estos eventos inspiran a otros jóvenes a seguir carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Ver a Kristen y Lynn alzando la bandera costarricense en un escenario internacional es un motivador poderoso para muchos niños y adolescentes que sueñan con hacer una diferencia en el mundo. ¡Es pura inspiración, diay!
En fin, con este panorama tan alentador, me pregunto: ¿qué medidas podemos tomar como sociedad para fomentar aún más el interés por la ciencia y la tecnología entre nuestros jóvenes, asegurando que tengan acceso a recursos de calidad y oportunidades para desarrollar su potencial al máximo? ¿Estamos haciendo suficiente para apoyar a estos talentos emergentes y convertirlos en líderes del mañana?
Estas Olcecab, que este año se realizaron en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana, son un escaparate para jóvenes científicos de la región. No es solo competir; es una movida para conectar con otros cerebros jóvenes, intercambiar ideas y poner a prueba sus conocimientos en biología. Nuestros representantes llegaron acompañados por José Pereira y Federico Herrera, académicos de la Escuela de Ciencias Biológicas de la UCR, quienes les brindaron apoyo y guía durante todo el brete.
José Pereira, coordinador de las Olimpiadas Costarricenses de Biología, nos comentó que estas olimpiadas van mucho más allá de las medallas. “Es una experiencia formativa profunda,” nos dijo, “cultivan competencias cruciales para el siglo XXI, como pensar rápido, ser creativos, resolver problemas complicados y comunicar ideas científicas con claridad”. Realmente, suena a que le meten toda la carne al asador en estos eventos.
Pero la onda no se limita a lo académico. Pereira también enfatizó en lo importante que es fortalecer las habilidades socioemocionales, como la confianza en uno mismo, la capacidad de levantarse después de un golpe (resiliencia), liderazgo, disciplina y saber trabajar en equipo. Porque, díganlo claro, el mundo necesita personas preparadas no solo intelectualmente, sino también emocionalmente. Imaginen tener un científico con inteligencia bruta pero cero empatía… ¡Qué despiche sería eso!
Ahora, la gran noticia es que Costa Rica será la sede de las Olcecab el próximo año. ¡Esto es a todo dar! Un reconocimiento al esfuerzo constante de nuestro país por impulsar una educación científica de calidad. Además, representa una oportunidad única para mostrarle al mundo nuestros valores: compromiso con el medio ambiente, respeto por nuestra biodiversidad increíble, igualdad y fe en el poder transformador de la juventud. ¡Nos vemos obligados a dejar todo en el terreno para que la visita sea inolvidable!
Para lograr esto, las olimpiadas a nivel local son coordinadas por las universidades públicas a través del Conare, apoyadas por el MEP y Micitt. Esta colaboración interinstitucional demuestra que hay una voluntad seria de invertir en el futuro de nuestro país, formando nuevos profesionales capaces de enfrentar los desafíos que se avecinan. Ya saben, porque la ciencia es la herramienta que nos permitirá construir un futuro más sostenible y próspero para todos.
Y hablando de futuro, vale la pena destacar cómo estos eventos inspiran a otros jóvenes a seguir carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Ver a Kristen y Lynn alzando la bandera costarricense en un escenario internacional es un motivador poderoso para muchos niños y adolescentes que sueñan con hacer una diferencia en el mundo. ¡Es pura inspiración, diay!
En fin, con este panorama tan alentador, me pregunto: ¿qué medidas podemos tomar como sociedad para fomentar aún más el interés por la ciencia y la tecnología entre nuestros jóvenes, asegurando que tengan acceso a recursos de calidad y oportunidades para desarrollar su potencial al máximo? ¿Estamos haciendo suficiente para apoyar a estos talentos emergentes y convertirlos en líderes del mañana?
