¡Aguante! Resulta que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ya tiene listo el presupuesto para las elecciones del 2026, y no es poca cosa: ¡44.824 millones de colones! Eugenia Zamora, la presidenta del TSE, le soltó la bomba a los diputados en la comisión de Asuntos Hacendarios, donde tuvieron que escucharle detallar cómo planean gastar esa lana.
Si nos ponemos a pensar bien, estas elecciones serán bastante movidas. Tenemos las presidenciales, sí señor, pero también la posibilidad de una segunda vuelta si nadie sale avante en primera instancia, y encima hasta quieren meterle mano a un referéndum. Así que, al final, no es para sorprenderse tanto de que hayan pedido semejante brete, aunque claro, siempre hay quien se rasca la cabeza pensando dónde van a parar todos esos guanitos.
Pero eso no es todo, changui. Dentro de los 45 billones, también hay unos 15.363 millones destinados a echarle una varita mágica a los partidos políticos. Porque claro, ellos también necesitan su sustento para poder seguir echándose flores y prometiéndonos el cielo en la tierra cada vez que se acercan las urnas. A ver si así les da para pintar paneles y comprar megáfono, que parece que algunos todavía andan desfasados en tecnología.
Y hablando de números, el presupuesto total del TSE, incluyendo sus gastos normales, se eleva hasta los 77.807 millones de colones. Una suma considerable que, según dicen, irá destinada a garantizar la transparencia y seguridad del proceso electoral. Pero bueno, como dice el dicho, “el que mucho abarca poco aprieta”, así que esperemos que no se les vaya la pinza en el intento y terminen cometiendo alguna torta que nos cueste caro a los contribuyentes.
Ahora, para ponerlo en perspectiva, esto significa que casi medio centenar de escuelas podrían tener nuevas computadoras, o quizás un par de hospitales podrían mejorar sus equipos médicos. Obviamente, esto es solo para hacernos pensar qué otras prioridades podría haber tenido el gobierno, especialmente en un momento en que muchos estamos apretándole la careta para llegar a fin de mes. No digo que las elecciones no sean importantes, ¡claro que lo son!, pero a veces uno piensa que podríamos encontrar maneras más eficientes de invertir nuestro dinero.
Algunos analistas políticos ya han levantado la ceja ante esta cifra tan elevada, argumentando que podría haber áreas donde se podrían recortar gastos sin afectar la integridad del proceso electoral. Dicen que tal vez podrían modernizar un poquito más el sistema informático, o invertir en campañas de concientización ciudadana que realmente lleguen a la gente y les expliquen cómo ejercer su derecho al voto de manera responsable. En fin, cada quien tiene su opinión al respecto, pero la verdad es que uno no puede dejar de preguntarse si todo este dinero es realmente necesario.
Este presupuesto llega en un momento delicado para el país, con una economía que aún se está recuperando de los embates de la pandemia y una creciente preocupación por la deuda pública. Por eso, es fundamental que el TSE demuestre que está utilizando estos recursos de manera transparente y eficiente, rindiendo cuentas a la ciudadanía y evitando cualquier tipo de sospecha de corrupción o favoritismo. Que no anden jugando con la confianza de la gente, porque ahí sí, la cosa se pone fea.
Después de toda esta información, uno se queda pensando: ¿Crees que el TSE justificará adecuadamente este gran desembolso de fondos públicos, o este presupuesto se convertirá en otra oportunidad para el despilfarro y la ineficiencia? Déjanos tus comentarios y dime qué opinas tú sobre este tema. ¿Es justo el presupuesto o deberíamos exigir una revisión más exhaustiva?
Si nos ponemos a pensar bien, estas elecciones serán bastante movidas. Tenemos las presidenciales, sí señor, pero también la posibilidad de una segunda vuelta si nadie sale avante en primera instancia, y encima hasta quieren meterle mano a un referéndum. Así que, al final, no es para sorprenderse tanto de que hayan pedido semejante brete, aunque claro, siempre hay quien se rasca la cabeza pensando dónde van a parar todos esos guanitos.
Pero eso no es todo, changui. Dentro de los 45 billones, también hay unos 15.363 millones destinados a echarle una varita mágica a los partidos políticos. Porque claro, ellos también necesitan su sustento para poder seguir echándose flores y prometiéndonos el cielo en la tierra cada vez que se acercan las urnas. A ver si así les da para pintar paneles y comprar megáfono, que parece que algunos todavía andan desfasados en tecnología.
Y hablando de números, el presupuesto total del TSE, incluyendo sus gastos normales, se eleva hasta los 77.807 millones de colones. Una suma considerable que, según dicen, irá destinada a garantizar la transparencia y seguridad del proceso electoral. Pero bueno, como dice el dicho, “el que mucho abarca poco aprieta”, así que esperemos que no se les vaya la pinza en el intento y terminen cometiendo alguna torta que nos cueste caro a los contribuyentes.
Ahora, para ponerlo en perspectiva, esto significa que casi medio centenar de escuelas podrían tener nuevas computadoras, o quizás un par de hospitales podrían mejorar sus equipos médicos. Obviamente, esto es solo para hacernos pensar qué otras prioridades podría haber tenido el gobierno, especialmente en un momento en que muchos estamos apretándole la careta para llegar a fin de mes. No digo que las elecciones no sean importantes, ¡claro que lo son!, pero a veces uno piensa que podríamos encontrar maneras más eficientes de invertir nuestro dinero.
Algunos analistas políticos ya han levantado la ceja ante esta cifra tan elevada, argumentando que podría haber áreas donde se podrían recortar gastos sin afectar la integridad del proceso electoral. Dicen que tal vez podrían modernizar un poquito más el sistema informático, o invertir en campañas de concientización ciudadana que realmente lleguen a la gente y les expliquen cómo ejercer su derecho al voto de manera responsable. En fin, cada quien tiene su opinión al respecto, pero la verdad es que uno no puede dejar de preguntarse si todo este dinero es realmente necesario.
Este presupuesto llega en un momento delicado para el país, con una economía que aún se está recuperando de los embates de la pandemia y una creciente preocupación por la deuda pública. Por eso, es fundamental que el TSE demuestre que está utilizando estos recursos de manera transparente y eficiente, rindiendo cuentas a la ciudadanía y evitando cualquier tipo de sospecha de corrupción o favoritismo. Que no anden jugando con la confianza de la gente, porque ahí sí, la cosa se pone fea.
Después de toda esta información, uno se queda pensando: ¿Crees que el TSE justificará adecuadamente este gran desembolso de fondos públicos, o este presupuesto se convertirá en otra oportunidad para el despilfarro y la ineficiencia? Déjanos tus comentarios y dime qué opinas tú sobre este tema. ¿Es justo el presupuesto o deberíamos exigir una revisión más exhaustiva?
